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“Un burócrata sentado aquí no sirve”

23 de Marzo de 2005 | 12:11 |
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La oficina de la directora del Sename parece un congelador. Ella lo sabe, y por eso, cuando recibe a alguien se apura en bajar el aire acondicionado y lo hace con esa tranquilidad con que se la ve hablar en la tele.

A primera vista parece fría, pero es cálida y relajada. No elude ninguna pregunta que tenga que ver con su trabajo y contesta entregando una serie de argumentos y fundamentos, algo propio de una profesora de historia ordenada.

Pero de su vida privada, poco se logra avistar. Es tan celosa de ella que pide, por favor, que no se revele ni el sexo ni la edad de sus dos hijos. Además de que está casada y tiene 46 años, no se consigue saber mucho más.

-¿Qué le pasa a una madre cuando se enfrenta a las realidades que vive el Sename todos los días?
“Cuando asumí esto hace 5 años, el primer impacto fue darme cuenta que hay tanto, tanto niño en situaciones muy tremendas y que están al lado nuestro. Cuando vas a un hogar, los niños se te tiran a los brazos y tú notas la carencia. Si tú le haces un cariño se te pegan, es algo súper emotivo”.

No puede evitar contestar desde su rol de funcionaria pública, por eso, rápidamente habla de la necesidad de hacer algo, de que el trabajo que hace el Sename esté bien hecho porque es “un deber”.

-¿Delia del Gatto recuerda un caso particular que la haya tocado?
“Son tantos los casos que hemos visto”, contesta en plural como intentando no develarse. Y narra la situación de una niña de 9 años que estaba en un hogar en Temuco y que se fue quedando en el sistema. Asegura que se le puso entre ceja y ceja encontrarle unos padres adoptivos y aunque lo consiguieron, implicó sacarla de la región.

-¿Has necesitado endurecerte para enfrentar esta realidad?
“No sé si endurecerme. Es bueno sentir la emoción, la pena y la rabia porque así no te acostumbras y nada de conmueve, pero, sin embargo y te lo dice la gente que trabaja en estos temas, es bueno que uno sea capaz de hacer cortes porque si no te puedes deprimir”.

-¿Qué tipo de precauciones tomas?
“Ser capaz de que lo que estás haciendo en el trabajo no te persiga hasta la casa y no sigas pensando en el caso x. Hay que tener cierta disciplina, porque si no afecta a tu grupo familiar”.

-¿Cómo te va con eso?
“No es tan fácil; soy de las que me involucro harto, he tenido casos en la cabeza y me duermo pensando en ellos, pero uno aprende a no perder la sorpresa, la emoción y a separar un poco. Los casos de violaciones y abusos de niños son los que más impactan cuando uno llega aquí, cuando escuchas los relatos es imposible que no quedes afectado unos días o semanas.
“El mecanismo para enfrentarlo, y lo hacemos todos los que estamos acá, es ver qué hacemos por ayudar a ese niño en concreto. Es cierto que te vuelves un poco cosista, pero es la única forma de no sentir que no estás haciendo nada. Si conoces los casos y te pones simplemente a llorar, estamos liquidados. Soy súper centrada en sacar la tarea, pero no se debe perder la sensibilidad porque un burócrata sentado aquí no sirve”.

El currículo de Delia del Gatto Reyes comprende diversos trabajos ligados al mundo de la mujer, pero ninguno en su calidad de profesora de historia y geografía, profesión que nunca ejerció.

La razón está en que al poco tiempo de egresar de la Universidad de Chile se dedicó a la investigación e hizo cursos de gestión de programas sociales. En la “U” se ligó a la DC; fue vicepresidenta de la mesa JDC de Andrés Palma y desde la Fundación Eduardo Frei, donde ayudó en la elaboración de la política de Aylwin para la mujer, pasó al Sernam con Soledad Alvear a la cabeza.

“Fue como que la vida te va llevando”, explica.

-¿Alguna incógnita frente a no haber sido profesora?
“La única incógnita es que me encanta dar charlas y pienso que si hubiese sido profesora habría sido re buena, porque me entretengo y no soy aburrida para exponer, uso datos. Ahora, creo que habría sido media fregá, media mal genio, porque me gustan las cosas ordenadas”.

-¿Y alguna incógnita con un cargo político? ¿Parlamentaria?
“Siempre me lo he preguntando, pero como he estado más en el servicio público no me lo he planteado en serio. Me encanta lo que estoy haciendo, siento un compromiso y mientras el Presidente crea que soy un aporte, feliz de quedarme hasta marzo de 2006.
“No tengo como respuesta un no tajante”.

-Está de más preguntarte si tu candidata es Soledad Alvear.
Se ríe y escuda en la instrucción presidencial en orden a que las autoridades no pueden pronunciarse. Su risa se agranda cuando se le hace ver que el Presidente ya dijo que su candidata es Michelle Bachelet.

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