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“La farándula me es ajena”

20 de Abril de 2005 | 14:53 |
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Partió haciendo la práctica en “Las Últimas Noticias” el año 1989, cuando el diario no era tan farandulero como lo es hoy. En 1992 se fue a La Red a reportear economía, materia en la que se especializó, y ahí empezó a leer noticias.

Con más de una década en este medio, tan masivo, en el cuerpo, acumula la conducción de dos programas de TVN que han marcado puntos suficientes de raiting como ocupar su espacio en la parrilla programática: “En debate” y “El juego de Chile”.

A esto hay que sumar la conducción de “24 Horas” en distintas épocas y versiones, léase matinal, vespertina, nocturna y festiva. Y todos los días despierta a los auditores de “Duna en punto” con su compañera Cony Stipicic.

-Te has mantenido vinculado al mundo de la noticia dura, la economía y la política, o sea, el mundo del poder. ¿Cómo te relacionas con ese mundo?
“El mundo de la economía me plantea un desafío súper entretenido y grande que es hacer de puente entre una información que, de buena a primeras, no parece útil y la persona común y corriente que sufre sus efectos. Con el mundo de la política me relaciono de manera más bien escéptica; aún cuando es un área interesante, hay un alejamiento evidente entre la política y la gente por varias razones y yo no me caso con ninguna”.

-¿Te has convertido en un incrédulo o desconfiado del político?
“Soy un escéptico por naturaleza, pero en esta pega a uno le pagan por ser así. Creo que los políticos, en Chile, se dividen miti mota entre dos clases: los que están ahí por figuración, calentando el asiento y dejando afuera a otros que lo podrían hacer muy bien y los que están ahí por verdadera vocación. Ahora, es muy difícil detectar cuál es cuál”.

-¿Qué ves; doble discurso, poca consecuencia?
“Creo que eso es parte de todo, todo ese tipo de cosas se presentan. Siento que en el discurso se diluye la utilidad de la política para la gente y estos señores no son si no otra cosa que mandatarios, literalmente. Están en el poder para ejercerlo, pero por un mandato, porque la gente les dice haga estas cosas por mí y eso se desnaturaliza mucho”.

-Con esa visión, parece que no hay mucho futuro para los programas políticos en la televisión.
“A ver, en televisión hay que ser creativos a todo nivel, no sólo en los programas políticos. Todos, incluso los de entretención como los realities, están buscando fórmulas nuevas. La gente va pidiendo cada vez más; así como en economía el consumidor es cada vez más sofisticado, el televidente demanda una mejor calidad.
“El telespectador castiga y premia sin mayor lealtad. En otros tiempos, TVN o canal 13 tenían una lealtad súper grande de su público duro, porque se identifican con él. Hoy no hay lealtad ninguna al medio”.

Juan José Lavín no es muy medido en sus palabras cuando se trata de hacer un descarnado análisis del mundo del poder que intenta develar: “La gente está media aburrida del palabreo político. El escepticismo de las personas es infinitamente mayor que el mío, me dejan pálido, nadie cree mucho en nada”, sentencia.

Cree que la idiosincrasia del chileno potencia este fenómeno porque “somos muy fomes”. Según él, si alguien es consultado en la calle por algún tema, su respuesta se reduce a un monosílabo, en cambio, en otros países como España, la opinión y la crítica van de la mano en el ciudadano.

“El político chileno refleja un poco eso, es como anodino, disfraza su discurso, no siempre dice la verdad y parece que hoy está de moda no ir a la confrontación”, concluye.

-¿Qué opinas del periodismo denuncia?
“Me parece estupendo”.

-¿Ha sobrepasado algunos límites?
“Quizás, vaya uno a saber. No sé si ha sobrepasado los límites en cuanto a sus procedimientos, como usar la cámara escondida para pillar al investigado; lo que sí sé es que el periodismo de investigación en Chile es todavía muy chico, es una herramienta que apenas se está empezando a usar comparado con otros países como Argentina y por eso, es todavía muy oficialista”.

-¿Qué te parece que este periodismo conviva con el de farándula?
“La farándula es algo que veo como algo súper externo a mí, no la cacho. Ahora, para mí la farándula es una cuestión más de entretención; no puedo considerar periodista, francamente, a un señor que se sienta frente a la pantalla con un grupo de amigos y empieza a disparar a diestra y siniestra opiniones que, la pila de veces, no tiene fundamento. Como farándula no es periodismo no le puedes pedir responsabilidad”.

-¿No te espanta?
“Me es ajeno”.


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