Ya no sólo de hierbas o plantas se nutre la cosmética, en especial la de elaboración más artesanal. Hoy son las frutas las que se convierten en cremas, aguas de colonia, jabones o sales de baño. Las más populares, y cuyas propiedades han sido más difundidas, son los cítricos, como la naranja y mandarina. Pero ya no son las únicas, hoy se aprovecha el poder nutritivo y potenciador de la renovación celular de los berries, la capacidad de regenerar tejidos de la manzana y la acción antienvejecimiento de los polifenoles de la uva. Es hora de disfrutarlos.
Frutilla y frambuesa
Son atractivas para la elaboración de productos de cuidado no sólo por su aroma o la intensidad de su color. Los berries, como la frambuesa y la frutilla, resultan útiles en tanto ayudan a que la piel recobre uniformidad y luminosidad. Además, su contenido de alfahidroxiácidos les asegura un eficaz poder abrasivo que permite barrer con las células muertas acumuladas en la superficie de la piel. Por otro lado, aportan a la humectación cutánea, y, gracias a su alto contenido de ácidos grasos esenciales, resultan un efectivo agente nutritivo.
En cuanto a las vitaminas, la frambuesa es rica en vitamina E, lo que le proporciona propiedades protectoras para la piel, en especial frente a las agresiones del ambiente. Esto explica su efectividad en la protección de los tejidos respecto del deterioro oxidativo. Por si fuera poco, se le atribuyen propiedades antiinflamatorias.
Manzana
Una de sus principales virtudes desde el punto de vista de la cosmética nace de la concentración de ácidos alfa hidróxidos o AHA que posee. Estas sustancias tienen la capacidad de combatir el envejecimiento fisiológico, mejorar la complexión de la piel y también son útiles en los tratamientos atenuadores de manchas. Los AHA frutales en general ejercen una acción exfoliante sobre la piel, ayudando a eliminar las células dañadas y muertas, responsables de la falta de luz de la piel de la cara y cuerpo.
Ya sea en jabones o geles exfoliantes, el uso de la manzana resulta ideal para el cuidado de los cutis grasos, esto porque los AHA también actúan como astringentes, es decir, regulan el exceso de secreción sebácea y el brillo que eso provoca, especialmente en la zona T (frente, nariz y mentón).
Naranja, mandarina y limón
El atractivo de estos cítricos se reparte entre los beneficios que reporta a la piel y al estado de ánimo, no en vano se los encuentra en casi todos los productos de origen natural, desde geles de ducha y aceites hasta barras de masaje. Desde el punto de vista cutáneo, su poder radica en su alto contenido de vitamina C, favorita en el mundo de la belleza por su acción antioxidante capaz de neutralizar los radicales libres, principales responsables del envejecimiento prematuro. Además, la vitamina C ayuda a devolver la luminosidad a los cutis apagados, y en su estado más puro activa el proceso de renovación natural de la piel en sus capas más profundas y rejuvenece su estructura.
También ayuda a aumentar la producción de colágeno, atenúa la inflamación de las células provocada por la exposición al sol y posee propiedades suavizantes. En cuanto al ánimo, naranjas, mandarinas y limones son reconocidos por su capacidad de revitalizarnos y recuperar la energía perdida.
Damasco
Su esencia suaviza la piel y actúa como acondicionador. A esto se suman los efectos positivos derivados de su contenido de vitamina A. Ésta, conocida como retinol, es un eficaz antiarrugas que repara el deterioro provocado por los rayos UV y por el paso natural de los años. En su forma más pura también interviene en el buen mantenimiento general de la piel, las uñas y el cabello. Además, mejora la elasticidad y la producción de colágeno, previene las estrías, las líneas de expresión y normaliza los cutis secos. A esto se suma su capacidad de reparar pieles cansadas entregándoles más vigor. Su uso más común es en productos relacionados con el baño, como espumas, sales y geles de ducha.
Kiwi
Como el resto de los cítricos, la principal cualidad del kiwi está en su alto contenido de vitamina C. Eso le asegura un poder antioxidante que resulta beneficioso para la juventud de la piel. Por eso, tanto solo como en combinación con otras frutas, ha ido ganando popularidad en la cosmética natural y también en los productos de reconocidas firmas cosméticas. Es especialmente beneficioso en el cuidado de las pieles castigadas por el sol y otras agresiones ambientales. Reduce arrugas y manchas, además de otorgarle un brillo extra al rostro, esto porque puede neutralizar el nocivo efecto de los radicales libres. Por si fuera poco, una fruta tan colorida como ésta posee un efecto suavizante e hidratante en la piel.
Frutas tropicales
Junto con la piña y la papaya, el mango está empezando a ser apetecido en la elaboración de la cosmética natural. Hoy se lo encuentra en barras de masaje, en lociones de cuerpo y geles de ducha; su aroma es suave y en estos productos aporta con minerales que son esenciales para el buen funcionamiento de los mecanismos que aseguran la salud y belleza de la piel. La papaya, por su parte, también se recomienda en la preparación de mascarillas caseras, ya que favorece a los cutis normales y grasos. Entre sus componentes destaca la papaína, una enzima que es determinante en el rejuvenecimiento de las células. También posee vitamina A y C, y los beneficios para la piel que ello implica.