¿Satélite o pelota? Esas fueron las imágenes que usaron ayer las autoras del libro “Los cambios en la vida de las mujeres; temores, mitos y estrategias” para plantear el rol que las féminas cumplen en la vida de los demás.
Aunque un poco abstractas, ambas imágenes grafican, según las autoras, con bastante certeza el papel de las mujeres en distintas etapas de su vida y plantean que nunca es tarde poder emprender cambios.
Según la psicóloga argentina Clara Coria,
las mujeres fuimos educadas para ser satélites de los deseos de los demás, primero de los padres, luego de los hijos y marido. “O sea, nuestro deseo es lo que al otro le guste y no lo que nos deje a nosotros satisfechas”, explicó.
Clara Coria, junto a Anna Freixas y Susana Covas, expusieron sus planteamientos en un panel organizado por
Comunidad Mujer en donde se debatió la factibilidad cierta de las mujeres para emprender cambios de actitudes, planteado como nuevas oportunidades en la vida.
Coria, quien defendió que los cambios son posibles incluso en la edad media de la mujer, manifestó que la vida en sí, coloca una serie de condicionamientos al actuar de las personas, pero que aunque no se crea posible, pequeñas modificaciones, por leves que sean, pueden mejorar bastante la calidad de vida de las mujeres.
Cambios físicos
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La psicóloga española Anna Freixas abordó los cambios físicos de la mujer y sostuvo que envejecer no es fácil en una sociedad donde lo más importante es ser joven. Por eso, dijo hay que darle un significado a los años vividos.
Además, cuestionó el concepto de belleza que prima en la actualidad, juventud y delgadez, que aplicado en las mujeres de más edad es imposible de lograr. “No se puede ser joven siempre, pero sí bella”, sostuvo.
Freixas ironizó con el doble estándar que en el tema: los hombres maduran y las mujeres envejecen. “No hemos conseguido enseñar un modelo de belleza que no nos oprima; el actual no lo diseñaron las mujeres porque ellas son demasiado inteligente como haber ideado un modelo que nos entristece”.
Hay que buscar un modelo que no nos arruine o no nos mate de hambre, afirmó.
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“La vida es cambio permanente, pero no nos enseñan eso. Por eso los cambios se viven con angustia y temor”, sostuvo.
Clara Coria planteó que el mejor camino para asumir esta posibilidad que presenta la vida es hacer “desprendimientos” de cosas pasadas, para así tomar las que se ponen por delante. “Desprenderse no es perder”, agregó.
También postuló que hay dos formas de enfrentar los cambios de la vida, incluso aquellos que no nos gusten. La primera es aceptarlos con una actitud activa y la otra, resignarse a ellos en forma pasiva.
El rol de la pelota
En la misma línea, la empresaria argentina Susana Covas, postuló un cuestionamiento de fondo al nuevo modelo que las mujeres están trataron de construir y que busca espacios de igualdad frente a los hombres.
En una mirada más incrédula, indicó que las mujeres de hoy dicen elegir ciertos roles con libertad, como ser profesional y no madre, pero advirtió que todas esas elecciones se están dando en un modelo masculino.
La profesional utilizó entonces
la metáfora de la pelota. Explicó que las mujeres son como la pelota en un partido de fútbol, son protagonistas e indispensables porque sin ella no puede haber partido. Sin embargo, la pelota no tiene estrategia, las estrategias las plantean tanto el equipo ganador como el perdedor. “Estamos al servicio de los otros”, dijo y ¿qué nos pasa cuando el estadio queda vacío, sin público ni jugadores?, cuestionó.
Para Covas el cambio pendiente es de estructura, porque estamos eligiendo en un esquema donde realmente no hay posibilidad de elegir.
