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Elegir el sexo de un hijo es posible

Una terapia contra la infertilidad también sirve para predisponer que la futura guagua sea niño o niña.

13 de Febrero de 2007 | 11:47 |
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No podía ser puro azar. Cerca del 80% de las mujeres embarazadas gracias a la técnica de inseminación intrauterina llamada "swim up" o "nadar hacia arriba" -usualmente indicada para casos de infertilidad- terminan siendo madres de un hombrecito. Extraño si se piensa que la naturaleza es bastante más equitativa.

Esto llevó a los doctores encargados del programa a averiguar la razón del desbalance, y la conclusión fue tan rápida como lógica: los espermios seleccionados fueron aquellos que nadaron más rápido, una de las características de los que llevan el cromosoma Y (masculino).

Esto, porque la muestra seminal se obtiene centrifugando los espermatozoides, luego de lo cual se suspenden en posición inclinada durante 30 minutos a una hora. Los que serán inseminados en la mujer son seleccionados de entre aquellos que han logrado nadar hacia la superficie con mayor rapidez.

"Supuestamente, los que quedan abajo son los que tienen mayor concentración de cromosomas X -que definen el sexo femenino- porque son más lentos y tienen un peso molecular superior a los Y", explica el gineco-obstetra del hospital clínico de la Universidad Católica, Alejandro Manzur.

El tema ya se analizó en un congreso de medicina reproductiva en Montreal el 2004 en el cual expuso un grupo de especialistas que investigó el posible uso alternativo de esta técnica para buscar un sexo determinado.
Cuestión de azar
El ser humano tiene 23 pares de cromosomas. Hay un par que nos define sexualmente, que en el hombre es XY y en la mujer XX.

Los gametos o células sexuales son las únicas que no tienen pares de cromosomas, sino que tienen un cromosoma de cada tipo: el óvulo sólo tiene el cromosoma X, en cambio los espermatozoides transportan células sexuales X o

Y, por lo tanto son ellos los que definen el sexo de la criatura que se acaba de fecundar. Si entra un X el embrión será femenino, si entra un Y, será masculino. Las posibilidades de que sea uno u otro son prácticamente las mismas.

Ellos seleccionaron la muestra seminal que nadó hacia arriba para obtener sexo masculino o la que quedó en la parte inferior para fecundar un embrión femenino. Los resultados demostraron efectividad en cerca de un 80% de los casos.

"Si se quiere tener una niñita, se puede combinar con clomifeno, que es un inductor de ovulación que se relaciona con mayor cantidad de partos de mujeres, aumentando las probabilidades de éxito", agrega Manzur.

Según el doctor Gonzalo Duque, especialista en medicina reproductiva de la Clínica Alemana, "las técnicas para elegir niño o niña y que dividen los espermatozoides entre X e Y son mucho más eficaces". Pero acota que se trata de métodos en los que hay que intervenir y que la pareja no va a concebir de modo natural.

Esta puede ser una alternativa para aquellos padres que escuchan frases del tipo "tienes el equipo de baby fútbol", si tienen sólo descendencia masculina. O bien son catalogados de "chancleteros" cuando son las féminas las que conforman la prole.

"También existen casos en que se busca evitar el riesgo de que el niño herede enfermedades que se transmiten por el cromosoma sexual, como la hemofilia", afirma el doctor Duque.

El ginecólogo de la clínica Las Condes Luis Herrera estima que la ciencia está capacitada a través de las técnicas como el "swim up" o la fertilización in vitro para entregarle a los padres un hijo del sexo que ellos prefieran. "Se puede alcanzar una certeza casi del 100%, pero son tratamientos que deben guardarse para casos especiales porque, en el futuro, se puede correr el riesgo de que los hijos se hagan a pedido".

Menos intervención

Muchas veces, el aspecto económico, el tiempo y las opciones de la pareja la llevan a tomar el camino más económico y natural, que es el seguimiento ovular. Éste consiste en hacer un seguimiento de la ovulación de la mujer y programar los encuentros sexuales dependiendo de lo que se busca. Si es un niño, lo mejor sería abstenerse hasta el momento de la ovulación porque "teóricamente, si un espermatozoide X y uno Y hicieran una carrera, el Y llegaría primero", explica el doctor Manzur. Sin embargo, esta eficiencia es también efímera, puesto que mueren mucho antes que los X.

En cambio, si se quiere una niña, la relación sexual debería ocurrir un par de días antes de la ovulación y evitarse al momento de ésta. La explicación es simple: "Cuando la paciente ovule, los espermios que sobrevivieron tienen más posibilidades de ser, en su mayoría, femeninos".

El doctor Herrera afirma que esta técnica es la más utilizada y que, al menos en su caso, le ha dado excelentes resultados. "Indudablemente que la tasa de embarazos del sexo deseado es mucho mayor que si la madre no se hubiera hecho ningún tipo de tratamiento, y lo mejor de todo es que sigue siendo natural".

Así lo confirma Pilar Cabello, quien a los 36 años y luego de tres niños, decidió junto a su marido someterse al seguimiento en busca de una niñita.
Dos intentos en los que no logró embarazarse -con su cuota de decepción de por medio- y el sacrificio de asistir regularmente a la consulta no mermaron sus ganas de seguir tratando hasta que por fin lo logró. "Quedé esperando gemelas y las perdí, pero me dio más ilusión porque fueron niñitas", cuenta.

Durante el último seguimiento al que se sometió le inyectaron una hormona que provoca la ovulación luego de 36 horas exactas. "Con esa certeza es más fácil calcular el minuto adecuado". Y funcionó: María José Figueroa Cabello llegará en dos semanas a completar la familia.