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El mundo detrás de la nueva directora de Colo-Colo

19 de Mayo de 2005 | 09:43 |
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Marta Lagos tiene una personalidad fuerte, avasalladora, cuestión que le ha granjeado algunas enemistades a lo largo de su carrera. Y, la verdad, es que ella no tiene pelos en la lengua, dice lo que piensa y lo dice de frente.

Por eso, resulta divertido escucharla contar anécdotas de su vida y escudriñar en ese capítulo privado que poco se conoce. Es sabido que está casada con el cientista político y abogado Carlos Huneeus, pero es poco conocido que tiene cuatro hijos entre los 31 y 18 años.

Declara que recién lleva viviendo en Chile -en forma establecida y adulta- 11 años, porque antes permaneció un largo período afuera (diez años, entre 1973 y 1983, en Alemania, por los estudios de su marido) y otro, itinerando, cuando Huneeus era embajador en el país germano, entre 1990 y 1994.

Sus inicios en el mundo de los sondeos públicos están ligados al Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea, CERC, que dirige su marido, y en donde ella trabajó entre 1988 y 1994. Asegura que a pesar de trabajar juntos nunca tuvieron conflictos que afectaran la vida familiar.

“Fue una época súper entretenida, de construcción, de evolución permanente, los desafíos eran inmensos, entonces, no había tiempo para pelearse”, rememora en medio de su característica carcajada.

Su rol de esposa de embajador lo desplegó por fax, es decir, los menús de las recepciones los definía desde Santiago. Y todo porque cuando Huneeus fue designado, ella le dijo al Presidente Aylwin que no se iba por ningún motivo. El ex mandatario le aseguró, entonces, que no tenía para que renunciar al CERC; que podía ir y venir y ella le exigió que lo dejara por escrito. Al final, toda su familia partió y ella viajó durante cuatro años, cada tres semanas. “Tenía venia presidencial para seguir trabajando aquí”, dice entre risas.

-¿Qué significó para tus hijos esta mamá itinerante?
“Se acostumbraron. Cuando iba era todo como muy intenso y ellos aprovechaban para hacer sus leseras cuando no estaba”.

La Divina Providencia, según ella, la puso al frente de Mori. En un viaje relámpago a Madrid para asistir a un seminario, en 1994, su socio americano le propuso crear la empresa en Chile y en toda América Latina. Desde ese nicho, que comprende las polémicas predicciones electorales, ha enfrentado una andanada de críticas.

-¿Por qué asumir el desafío de hacer encuestas electorales?
“La predicción electoral es a las encuestas como la operación de corazón atajo abierto es a la medicina. Mi entrenamiento estuvo en los estudios políticos, pero yo tengo formación europea. Allá tú no puedes ser encuestador si no eres capaz de hacer una predicción, porque este tipo de sondeos son los que miden si eres capaz de acercarte a la realidad. Una elección es lo más duro y complejo que puedes abordar como cientista social”.

Su labor en este rubro no ha dejado de ser polémico, pero no se inmuta. Es más, afirma ser objeto de la discriminación que las mujeres chilenas sufren en esta sociedad y que califica de brutal. “En mi caso, siempre se dice que soy democratacristiana porque soy nieta, hija y esposa de un DC. No me permiten ser independiente, no tengo esa libertad en este país, tengo que ser la nieta, la hija, la señora de mi pasado. Esto es primitivo, de tribu”.

“Estos son símbolos de una sociedad que no se moderniza, somos incapaces de quitarle la etiqueta a la gente. A mí, ¡que me pongan todas las que quieran!”, sentencia.

Hace muy pocas semanas, esta economista que no se declara hincha del fútbol, asumió como miembro del nuevo directorio, la única mujer, de la sociedad “Blanco y Negro” que busca dirigir los difíciles destinos del club Colo-Colo.

Al consultarle por qué dar ese paso, otro desafío, Marta Lagos para en seco: “Me hablas desde una posición que desconozco… para mí no es un desafío, es entretenido”.

-¿Eres colocolina de toda la vida?
“No, para nada, no soy ni socia”.

-¿Y entonces que haces ahí?
“Viste, de nuevo, esa pregunta para mí no tiene lógica. Para mí, yo no tengo porque cumplir un patrón”.

En esa sinceridad que la traiciona, declara que no tiene idea de fútbol y no conoce a los jugadores del equipo, pero lleva años haciendo estudios sobre el deporte y el uso del tiempo libre en Chile, por lo que tiene claro que Colo-Colo es una marca que se puede potenciar. Es más, asegura que el fútbol es uno de los pocos elementos que puede ayudar a vincular e integrar esta sociedad. “Si me ofrecen una oportunidad como ésta, tendría que ser ciega para no aceptarlo”, dice.

Y volviendo a los desafíos agrega: “Para mí los desafíos son algo en lo que tú no crees porque lo ves difícil. Si me preguntas, el mío es bajar de peso, en cambio, Colo-Colo es una oportunidad” (y lanza una carcajada).

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