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Almendras en tu piel

Este fruto seco, y en especial su aceite, hoy forma parte de la composición de muchos preparados de belleza caseros y fórmulas cosméticas. Y es que para hidratar la piel, evitar la formación de arrugas y potenciar los mecanismos de defensa y reparación naturales serán siempre un buen aliado.

24 de Mayo de 2010 | 10:25 |
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La incorporación de plantas, flores y frutos en la elaboración de cosméticos, ya sea en forma casera o en un laboratorio, está marcando una fuerte tendencia en lo que al mundo de la belleza y el cuidado se refiere. Y si ya nos habituamos a usar cremas o lociones con extracto de rosa, lavanda y aloe vera, es hora de apreciar también las virtudes que ofrecen algunos frutos secos como las almendras a la salud y buen aspecto de nuestra piel.

María José Alonso, de la Sociedad Española de Fitoterapia, explica que en la naturaleza es posible encontrar muchos de los ingredientes de base (proteínas, lípidos, vitaminas y minerales) utilizados en cosmética, los que por su origen presentan gran afinidad con la piel y una buena tolerancia cutánea. "El poder de flores, plantas y frutos puede ser utilizado en forma directa a partir de sus aceites o extractos, o indirecta, a través de aquellos principios activos que son aislados para maximizar su efecto sobre la piel".

En el caso de la cosmética sobre la base de almendras, lo habitual es que se utilice el aceite que se extrae por presión en frío del hueso de este fruto en su variedad dulce. Se trata de un líquido amarillento y de suave aroma, el mismo que se ha sido usado desde la Antigüedad por sus propiedades calmantes e hidratantes. En otros casos también se usa el fruto o su cáscara molida para generar un efecto de roce que ayude a exfoliar la epidermis.

María Luisa Marchant, experta en herboristería y cosmética natural, coincide en que el aceite de almendras constituye una de las preparaciones más antiguas en el ámbito de la fitocosmética, o cuidado de la piel sobre la base de plantas naturales, aromas y aceites esenciales. "Y es tan eficaz que sigue siendo uno de los ingredientes principales de muchos preparados comerciales, ya sea para limpiar, hidratar o nutrir la piel. Así como de variados productos caseros que se preparan a la medida de las necesidades de cada tipo de cutis", agrega.

En cuanto a las propiedades de las almendras, la experta de la Sociedad Española de Fitoterapia aclara que tiene mucho que ver con su riqueza en vitaminas así como en diversos oligoelementos. En este sentido, este fruto destaca por su alto contenido en ácidos grasos mono y polisaturados, vitaminas A, B1, B2, B6 y E, y fitoesteroles.

Añade que el aceite de almendras también tiene la particularidad de que permite su uso en cosmética en estado puro, en asociación con otros extractos naturales o principios activos, o como vehículo y en sinergia con complejos de aceites esenciales.

Asimismo, y al margen de la efectividad de su acción, por tratarse de un extracto natural se puede asegurar un resultado libre de riesgos y una mayor tolerancia cutánea, incluso en las pieles más sensibles.
Otros usos
María Luisa explica que también se puede sacar provecho del aceite de almendras en su estado puro. "A base de friegas faciales y mascarillas con aceite de almendras se pueden eliminar manchas, puntos negros y poros abiertos. También si se tiene la piel dañada por el sol puede conseguirse un cutis más suave e hidratado añadiendo su aceite a la crema habitual. Y si se utilizan molidas finamente pueden emplearse como agente limpiador para todos los tipos de piel".

Otra forma es combinando el aceite en su estado puro con esencias aromaterapéuticas. María Luisa recomienda macerar pétalos de rosa en aceite de almendras por 15 días, luego filtrar y repetir el proceso con nuevos pétalos para obtener aceite de rosas. También se pueden macerar plantas medicinales y otras flores como la manzanilla o la Hierba de San Juan, donde el aceite absorberá tanto las propiedades medicinales como el aroma.

Y si de combinar cuidado y bienestar se trata, este aceite es uno de las más apetecidos para dar masajes corporales. No sólo por su capacidad para humectar o servir de vehículo para llevar otras esencias a la piel, sino porque es inocuo y tolerable incluso en las pieles más sensibles. De hecho es recomendado por la Asociación Española de Masaje Infantil (Aemi) como lubricante ideal para los niños, ya que permite realizar los movimientos con facilidad aportando además una serie de nutrientes y principios activos muy beneficiosos para el organismo.

Para entender un poco más el valor que el almendro y sus frutos tienen para la cosmética, es necesario saber algo más acerca de sus propiedades y cómo enriquecen cremas, geles, jabones, exfoliantes, mascarillas e incluso productos capilares. Aquí van algunas pistas.

Hidrata

María Luisa explica que una de las principales cualidades del aceite de almendras es que ayuda a la humectación, hidratación y suavidad de la piel, que es apto tanto para cutis secos como grasos, y que evita irritaciones y alergias.

Su poder hidratante no se deriva de la capacidad de llevar agua a las capas profundas de la piel, sino más bien del aporte de lípidos que permite fortalecer el film hidrolipídico. Éste forma una especie de capa impermeable que, junto con proteger la epidermis de las agresiones externas, evita que la humedad se evapore afectando los niveles óptimos de hidratación. De esta forma, el aceite de almendras dulces constituye un eficaz emoliente y humectante que al actuar sobre la piel le aporta tersura, suavidad y luminosidad propias de una dermis hidratada en profundidad.

Nutre

Esta misma concentración de lípidos hace de las almendras un importante agente nutritivo, que contribuye a darle flexibilidad natural a la piel. Por lo demás, poseen altos niveles de ácidos grasos insaturados, siendo el más importante el ácido oleico. La especialista en herboristería explica que a esto se suma una composición rica en tocoferoles y esteroles, lo que las convierte en uno de los frutos secos con mayor potencialidad nutritiva, y a la vez de alta afinidad con la piel.

Si bien la nutrición es una propiedad que puede ser aprovechada por los distintos tipos de piel, el aceite de almendras es especialmente recomendado en caso de cutis secos, desgastados o escamosos, ya sea por razones estructurales como por un deterioro producto del descuido o las agresiones del ambiente.

A modo de consejo, se llama a probar estas virtudes en una mascarilla facial de elaboración casera. Para un cutis graso se debe usar una mezcla de polvo de almendras con jugo de limón, y de almendras con leche si se trata de uno seco.

Protege

Si bien las almendras poseen vitaminas A, B1, B2 y B6, es la alta concentración de vitamina E la que mayores beneficios cosméticos reporta. La razón, eso le asegura un eficaz poder antioxidante capaz de neutralizar la nociva acción de los radicales libres y prevenir el envejecimiento prematuro. El mecanismo es el siguiente, cuando el oxígeno de las células entra en contacto con el medio ambiente, se forman los radicales libres, los que son altamente reactivos y recorren el cuerpo intentando robar un electrón para recuperar su estabilidad. Si lo logran, esa molécula se convierte a su vez en un radical libre, comenzando así un ciclo destructivo para las células. Lo que hace la vitamina E es neutralizarlos para evitar la degradación de más células, lo que incide en el estado de deterioro de la piel.

A esto se suma el hecho de que la vitamina E ayuda a mantener la producción natural de elastina y colágeno, vitales para la firmeza de la piel, lo que a su vez contribuye a retrasar la aparición de arrugas.

A modo de comparación, se estima que 1/4 de taza de almendras posee 12.7 mg de vitamina E. Y que una ración de 30 gramos de almendras aporta el 50 por ciento de la cantidad recomendada de este nutriente por día.

Fortalece

Otra de las virtudes de las almendras es que son una fuente importante de minerales, como el calcio, necesario para la formación y mantenimiento de huesos y dientes, así como de magnesio, cobre, fósforo y zinc. El beneficio viene porque el aporte de estos oligoelementos, es que son biocatalizadores que potencian los mecanismos de defensa y reparación naturales de la piel. Resultan vitales para potenciar la eficacia de las vitaminas, la renovación celular y la estimulación cutánea.

En el caso del zinc, la importancia viene también porque se sabe que interviene en procesos como el metabolismo de polímeros y ácidos nucleicos, claves en la regeneración celular, así como en la destoxificación de las células y el metabolismo de proteínas y lípidos. Por sus propiedades antiinflamatorias suele estar presente en los tratamientos antiacné. La piel reseca, el cabello frágil y las uñas quebradizas reflejan una baja cantidad de zinc.

Algo similar pasa con el magnesio que puede aportar el aceite de almendras, el que juega un rol importante en la contracción de los músculos y en la regeneración de las células. También es vital en el balance de la piel y las uñas. Y en cuanto a un aporte extra de cobre, podría contribuir en la reproducción celular, en la formación de colágeno y elastina.