Fuerte, segura y muy apasionada es Pilar Gazmuri, la radióloga que lleva la batuta en Chile respecto al cáncer de mamas. La batalla la da desde los 70, época en que trabajaba en el Hospital Militar y descubrió que quería un contacto más cercano con los pacientes y no sólo informar radiografías.
Desde ese tiempo se ha especializado en el tema de la detección precoz del cáncer mamario y ha sido la precursora en traer a Chile una serie de modernos equipos de última generación que hacen más fácil su cruzada. Sin embargo, ha debido sortear una serie de obstáculos, como la molestia de ginecólogos y cirujanos, que sienten que invade su campo, o las fuertes críticas por el valor de los exámenes que no tienen código Fonasa ni en muchas de las Isapres.
Ella no se detiene; al contrario, lamenta no poder hacer el servicio más asequible y sub utilizar los equipos por políticas de salud erradas.
-¿Cuál es el porcentaje de mujeres que padecen cáncer de mamas en Chile?
“Hace 20 años, el promedio de vida de la mujer era de 68 años y el riesgo de desarrollar cáncer mamario es una de 84; hoy el promedio es 84 años de vida y el riesgo es de una mujer cada 14… ha aumentado muchísimo.
“Desgraciadamente no se sabe por qué. Como no existe prevención primaria (como en la tuberculosis por ejemplo), lo único que se puede hacer es diagnóstico precoz. Hay que convencer a las mujeres que el cáncer debe detectarse antes de que se palpe, antes de cualquier síntoma, antes de tener secreción por el pezón”.
Recalca una y otra vez esta afirmación y da testimonio de ella con radiografías: efectivamente, cuando un tumor se palpa, ya ha crecido demasiado y puede haber más de un foco; con las mamografías comunes se observa menos nitidez que en las digitales del equipo de punta del centro de la doctora Gazmuri. Es más, en radiografías iguales a la misma paciente, en la tradicional se observa un solo foco cancerígeno, mientras en la más moderna, se ven otros dos medianos y dos pequeños, que se están formando.
-¿Qué diferencia en tiempo existe entre palparlo y la aparición en los rayos?
“Años. Un cáncer de un centímetro de volumen tiene seis u ocho años de evolución; es lento, por eso se puede tener un 100 % de sobrevida si es detectado a tiempo.
“En este caso que estamos viendo, a nadie se le ocurrió pedirle una mamografía, porque es una mujer muy joven y llegó a este cáncer. Por esta razón el de mamas desplazó al cáncer de estómago y ahora en Chile las causas de muerte femenina por cáncer son: vesícula, mamas y estómago, según datos del Ministerio de Salud”.
-¿Cuántas mujeres mueren al día por cáncer de mamas?
“Tres. En los países desarrollados el riesgo de cáncer de mama es mucho más alta; en EE.UU. es 1 de 10; en los países nórdicos, 1 de 8. Según el ministerio de Salud, el cáncer de mamas ha aumentado más del 20 por ciento en los últimos 25 años. Es un tema nacional, un tema de preocupación para el gobierno.
“Hay otro dato importante, uno de cada tres hogares chilenos lo mantiene una mujer, a todo nivel. Si ella es la que mantiene la familia y se enferma, es una familia que queda volando”.
-¿Las edades más peligrosas?
“En Chile, la mayor frecuencia es entre los 45 y los 55 años, pero en los últimos años hemos visto un alza muy importante en las mujeres jóvenes. Antes, yo no hacía una mamografía bajo los 30 años; con un examen físico y una ecotomografía, volvía a citar en dos años. Hoy no, una persona que me viene a consultar sobre 25 años, por lo que sea –por temor, porque le duele o se le murió la amiga- le hago una mamografía para empezar a conversar y si necesita ECO, se la hago después.
“Es importante dejar en claro que en Chile no hay programas para la detección temprana de cáncer de mamas”.
- Pero existen políticas acerca del autoexamen.
“Uno tiene que decir la verdad, aunque al Gobierno le pueda molestar. Preconizan el
palparse uno misma o el examen de la matrona, pero eso es tarde y todos lo sabemos. Sé que no hay fondos para hacer mamografías, pero no engañemos a la gente… ¡un tumor palpable significa cáncer en la axila!; si esto sucede, vamos a quimioterapia y la sobrevida de esa mujer no es más del 60 o 65 por ciento por diez años”.
-¿A qué edad hay que hacerse la primera mamografía?
“La gente que tiene antecedentes familiares, a los 30 años debe hacerse mamografía de por vida. Sobre los 40 años, una vez al año.
“En Estados Unidos se formó una asociación con las mujeres que han padecido cáncer bajo los 30 años. Es la
”Young survival”, que busca crear conciencia respecto al aumento en las jóvenes, porque es una bomba para ellas”.
-¿Es más grave?
“Es más agresivo, el pronóstico es peor, porque siempre llega tarde. El ginecólogo sigue con el criterio de 30 años atrás de que la mamografía irradia y que puede ser peligroso. La paciente no tiene ningún riesgo con los equipos actuales. Ese concepto hay que tratar de meterlo en la población:
el autoexamen es tarde”.
-¿No es una irresponsabilidad, entonces, la falta de políticas públicas?
“Insisto, uno tiene que decir la verdad y ojalá al Gobierno le parezca mal para que así Michelle Bachelet dentro de su campaña meta al cáncer de mama, como lo hacen en Europa. Allí, las mujeres que votan exigen a sus candidatas que estén con el proyecto cáncer de mama, de lo contrario no las apoyan. Especialmente las francesas, que cuidan mucho su físico y no se arriesgan a perder un pecho”.
-¿Qué consejo le darías a las mujeres?
“En este momento en Chile, entre los 30 y los 35 años, deben hacerse una mamografía basal, junto con el papanicolau. Dependiendo de su resultado, los antecedentes familiares y los factores genéticos (las mujeres judías tienen mayor riesgo, igual que las de raza negra), se debe acordar con el médico la frecuencia de las siguientes mamografías.
“Desgraciadamente el nivel ABC1 es el peor, porque siempre contesta que no tiene tiempo o que no le va a dar cáncer o que en su familia nadie lo ha padecido. Tiene una actitud muy liviana realmente”.
-¿Es cierto que has tenido pacientes que privilegian una cirugía plástica en vez de extirparse un tumor?
“Sí, me ha pasado. Mira, ayer tuve una paciente que le diagnosticamos cáncer; se va por 15 días de viaje y, a la vuelta, recién se va a contactar con el cirujano. No le dije nada, porque no me corresponde, pero el cáncer, hoy día, lo tiene en la mama, pero no se sabe cómo va a reaccionar su cuerpo.
“Hay un factor inmunitario que desconocemos y que tiene mucho que ver con los tratamientos y sus resultados. Existen mujeres con metástasis en todo el cuerpo que resisten hasta 10 años y otras que no tienen ninguna, sus ganglios son negativos y su tumor muy pequeño y se mueren en un año”.
Explica que algo pasa en el organismo femenino en época de crisis (muertes, problemas económicos o sentimentales) que gatilla la enfermedad. Mujeres que se han hecho los exámenes una vez al año y que, de repente, sin una razón aparente más que el estrés, presentan un cáncer. “Tiene que haber un proceso dentro de uno que hace la diferencia entre un caso y otro”.
-¿Y las expectativas de vida?
“Son muy buenas. Estudios hechos en Suecia han demostrado que si una paciente es controlada una vez al año a partir de los 40, permite reducir la mortalidad por cáncer de mamas en un 50 %. Diagnosticar tempranamente es el mejor tratamiento. Ese es el concepto que no hay aquí; incluso la gente de mayores recursos prefiere gastar lo menos posible en el control anual.
“Sobrevida de un cáncer no palpable, in situ (que esté ahí, localizado), es de 97% en 20 años. Es muy bueno, muy poco agresivo si se diagnostica a tiempo”.
-¿Existen estadísticas respecto a cuál es la mortalidad según nivel socioeconómico?
“Sí, las mujeres de mayores recursos se mueren más. En Santiago, por ejemplo, la mortalidad es más alta en la zona oriente. Yo pienso que es porque siempre llegan tarde, no se preocupan”.
-¿Todas las mujeres estamos expuestas?
“Todas, algunas están expuestas a un riesgo leve: menstruación temprana, menopausia tardía, mujeres sin hijos, un hijo después de los 35 años, obesidad, alcohol o cirugía mamaria previa.
“A un riesgo mediano, las mujeres que tengan un familiar en primer grado con cáncer de mama, que hayan tenido radioterapia por otra causa, un cáncer de mama previo o mamas densas (mujeres que no han amamantado o solteras, en general).
“El peligro es mayor en aquellas que tengan dos familiares directos con este tipo de cáncer, con alguna mutación genética o antecedente personal de cáncer de mama”.
-¿El temor a perder la mama es válido, en la actualidad?
“Hay varios tipos de tratamiento, desde el convencional -en el que se extirpa un pedazo de mama y se hace radioterapia-, hasta la reconstrucción total, en que se saca piel de la guatita o dejan la piel de la mama y se hace una mama nueva.
“Esta mujer (muestra fotos) se puede poner un bikini, una polera escotada y se ve completamente normal, porque es el volumen lo que más se necesita. Tener un hueco ahí es súper traumático y a cualquier edad, porque se deteriora la relación de pareja y ni siquiera quieren mirarse al espejo”.
La dura batalla por la biopsia ambulatoria
“A mi hijo… como que le di un poco la espalda”