Iván Núñez nació el 7 de mayo de 1970. Está casado por segunda vez con Marlene de la Fuente, llevan más de seis años juntos y, según reconoce, “me ha aguantado un montón y espero que me siga aguantando y apoyando”.
Tiene un hijo de su primer matrimonio, Tomás de ocho años; uno, de un año, del segundo, Diego, y espera la llegada de Florencia para el mes de noviembre. “Me tiene chocho, ojalá se parezca a mi señora, que es guapísima”, dice y muestra las fotos de su oficina.
Antes de tomar la determinación de conducir el matinal lo pensó bien, porque ya estar al mando de un programa en una franja diaria era duro; de dos, lo era aún más, pero el peor problema era que ambos están en extremos de horario: “Súper temprano en la mañana y tarde en la noche. Hubo que hacer un acomodo dentro del equipo del vespertino, dejar un subeditor que me permita salir a la hora de almuerzo y estar con mi mujer y mi hijo. Lo conversé con ella, si decía que no; no, no más. Para mí no es más importante el trabajo que la familia, de ninguna manera”, dice.
-¿Estuvo de acuerdo?
“Me apoyó y me dijo que creía que éste era el momento de hacerlo. Con ese apoyo me tiré a la piscina. Si mi mujer me dice que es el momento de hacerlo y yo creo lo mismo… ¡Hay que hacerlo!”
Sólo está trabajando en Chilevisión, a pesar de que le han ofrecido hacer clases y otras cosas, porque le parece que ya su horario es excesivo.
-Hablando de tiempo, ¿te dedicas a algún hobby?
“Varios, tengo intereses muy diversos y difusos; paso por temporadas. El cine permanentemente, siempre me ha gustado, trato de ir harto, leer revistas y libros del tema. Ha sido siempre como una obsesión paralela”.
-¿Qué deportes practicas?
“Me las arreglo para ir todos los días al gimnasio, entreno harto, me saco la cresta, boto tensiones”.
-¿A qué hora?
“En la tarde, después de almuerzo. Me levanto a las 5 de la mañana, estoy un cuarto para las seis acá, hacemos el matinal, me tomo un café con la Maca, hacemos la pauta de “El Termómetro”; a mediodía, me voy a mi casa, duermo una hora, almuerzo, regaloneo un rato, me voy al gimnasio y vuelvo. Esa es mi rutina.
“También esquío un poco; me gusta practicar tiro; he hecho algo de artes marciales, varias cosas”.
-¿La música te gusta?
“Sí, mucho, de todo… a ver ¿qué ando trayendo hoy día en el auto?, es súper raro tengo Rage Against the Machine y Alejandro Sanz; mañana puedo andar con otra cosa. También tengo mis discos de bolero, súper guachaca, y los escucho, y otras veces trato de ser un poquito más sofisticado. Tengo más de trescientos discos y, depende de cómo esté el ánimo, veo, saco y los llevo pa’l auto.
“Escucho boleros para la nostalgia, cuando ando un poquito atravesado o me quiero sacar las venas con un tenedor, aplicamos un bolero. Cuando ando cansado, pesco Rage Against the Machine, lo meto fuerte y reviento –cierro todas las ventanas, porque no encuentro nada más ordinario que andar con la música potente- y allí llego con unas ganas impresionantes. A veces, quiero como soltar un poco el nervio, música clásica, tranquilizante. Me gusta Wagner, por formación profesional, me gusta como la cosa germanófila. Eso”.
-¿Lees?
“Sí, leo”.
-¿Qué?
“Depende también del estado de ánimo. Ahora estoy con un libro de Bolaño, una cosa así gigantesca que me regaló mi mujer, estoy haciéndole empeño a “2666”, es bien grandote, así que me va a tomar un tiempo. También uno de periodismo que es de un periodista polaco”.
- ¿Lo mejor y lo peor que te ha pasado?
“Creo que lo mejor que me ha pasado y, lejos lo que más me interesa en la vida, es hacer una familia. Te lo digo súper en serio, es MI principal proyecto en la vida, lejos, lejos.
“Lo peor es que cada vez uno tiene menos tiempo para cosas trascendentales como ésa. Es súper contradictorio, para tener una familia tienes que sacarte la cresta para que estén bien y, de tanto trabajar, como que no te queda tiempo para lo otro”.
-¿Ayudas en la casa?
“Sí, cocino, ayudo; las cosas las hacemos entre los dos. Ahora, mi mujer cocina infinitamente mejor que yo, pero lo hago y mudo a la guagua y voy al supermercado, me despierto en la noche si es necesario. No tengo rollo, porque empecé a vivir re chico solo, me fui como a los 18 la primera vez de la casa y siempre tuve que hacer esas cosas. No me complica”.
-¿Frustraciones?
“No. Las de todo el mundo, pero en general trato de hacer todo lo que quiero. Fíjate que de un tiempo a esta parte descubrí que no hay que trabajar los fines de semana, a menos que sea estrictamente necesario. Además, todos los días uno tiene que tomarse un tiempo estrictamente para uno. Todos los días me voy una pequeña válvula de escape que me permite pensar, ordenarme, estabilizarme, todas las cosas que uno hace como sanativas”.
-¿Deseos no cumplidos?
“Tener cinco hijos… voy en camino de eso. Estoy en la etapa de la convicción de la Marlene, porque no sabe si quiere al tiro. Quiero una familia muy numerosa”.
-¿Por qué, la tuya era numerosa?
“No, éramos tres hermanos; pero me encanta la idea de abrir la puerta y que salten muuuchos a hacerse cargo del padre que llega. Me encanta eso”.
Agrega que entre la pega y los embarazos han viajado poco y a él le encanta viajar. Como el mayor tiene sólo un año y la guagua nace en noviembre, queda bastante tiempo de espera para volver a repetir viajes que considera inolvidables, como Punta Cana, junto a Marlene y otro soltero, en que recorrió Europa y se enamoró de Praga.
Dice no considerarse especialmente buenmozo. “El atractivo que yo tengo no va tanto por ése lado como por otro. Yo, si hay algo que tengo de egolatría, es con mis capacidades. Eso me resulta mucho más atractivo, porque finalmente en la tele hay gente con mucho más pinta que uno. No me fijo en ese detalle, compito por otros lados”, dice. Tampoco dice ser trapero, sólo se compra lo que se le antoja y se preocupa de combinar la ropa de trabajo, porque sale en televisión. “Cero formalidad, los fines de semana y en el verano, ando con camiseta musculosa, blue jeans y zapatillas, para relajarme”.
-¿Vicio privado?
“Dormir sin complejos, desenchufarme y poder dormir a pata suelta”.
