Su seguridad y fuerte carácter se notan en cada momento. Tiene las cosas muy claras y no duda en contestar ninguna pregunta. A ratos, parece algo molesto, pero después se relaja y sigue con su mismo tono pausado habitual. Asegura que nunca ha dejado de decir lo que piensa y defiende a brazo partido la independencia de Chilevisión respecto de la candidatura de su dueño, Sebastián Piñera.
-¿El episodio de tu despido por decir lo que pensabas no te ha frenado?
“No, porque no creo haber estado equivocado en decir lo que dije, tengo esa impresión y, además, uno antes de hablar, igual le da la vuelta; no es que diga toda las cosas que se me pasan por la cabeza. Suponte, un par de semanas atrás tuve una especie de roce con el diputado Pablo Longueira, que en otro canal insinuó que en Chilevisión había un pauteo de parte de Sebastián Piñera, a mí me pareció que eso es un ataque que no podemos dejar pasar así como así y también le respondí, en una entrevista en LUN”.
-Tu historia con Longueira es larga, en el 2002 ya te criticaba.
“Lo que pasa es que –y me parece lícito- a él no le gusta “El Termómetro”; nadie lo obliga a que le guste. Pero, de ahí a pensar que éste es un programa que manipula la información o que está detrás de una cosa media extraña…”
-¿No será lo que piensa todo el mundo, después de la candidatura de Piñera?
“Es muy curioso el debate que se ha producido a raíz de la compra del canal por parte de Sebastián Piñera, como que nos olvidamos que los medios de comunicación siempre han tenido dueños en Chile y dueños con intereses súper definidos. Entonces, de ahí a pensar que una persona como Sebastián Piñera, que ha dado muestras de habilidad en el mundo de los negocios, va a utilizar esto como instrumento de su candidatura, me parece una cosa muy gruesa y está muy lejos de ocurrir. Pensar eso lo descalifica a él como persona”.
- ¿Qué pasa con la visión de uno como periodista para decir cualquier cosa de Piñera?
“Nosotros no damos pruebas de blancura en entrevistas, sino al aire, todos los días. Yo hago este programa todos los días de lunes a viernes, desde hace cinco años”.
-Probablemente… pero el día que levantó su candidatura, el noticiero central lo llevó como tercer o cuarto titular ¿es lógico eso, periodísticamente?
“Te respondo con lo que hemos hecho en el programa; cuando se producen los rumores de la compra del canal por Sebastián Piñera, marcamos la línea: independientemente de la propiedad del medio de comunicación, lo vamos a tratar como un objeto periodístico; es decir, como un sujeto de la información que hace noticia. Él mismo ha dicho súper claro que no quiere que se le trate ni mejor ni peor, si no que igual a cómo se le ha tratado siempre”.
-En el discurso suena súper bonito…
Interrumpe con cierta molestia, se acomoda en la silla y sube un poco el tono de voz. “En la práctica se hace; hemos hecho preguntas que lo favorecen y otras que no. Éste debe ser probablemente el único programa de televisión que lleva cinco años mostrando opiniones de la gente al aire -¡al aire, pues!- sin censura.
“Me han pasado muchas cosas: he dicho Aló, buenas noches y se tira el tipo con lo que quiera y yo no tengo idea quién es o de dónde llama”.
-No me refiero específicamente al Termómetro, tal vez ni siquiera a los periodistas que tiene un nombre dentro del canal, si no…
Vuelve a interrumpir. “Yo creo que el acomodo se tiene que producir más de los que tienen suspicacias que de nosotros”.
-¿Cómo así?
“Yo creo que el principal activo de este canal es el equipo humano que hay detrás; y eso que suena como una frase, me parece que es substancial. El capital lo constituyen precisamente Alejandro Guillier, la Maca Pizarro, más que los tremendos estudios, las cámaras digitales de alta tecnología que no tenemos o los switch maravillosos, que tampoco están”.
-¿La credibilidad?
“Nadie va a pensar que la Maca Pizarro, que yo, Guillier o Paulsen, por el solo hecho de que el canal cambia de dueño, vamos a cambiar nuestros principios éticos. Tengo la impresión que eso sería… como grueso pensar eso.
“Mira Sebastián Piñera es el dueño hoy día y, a lo mejor, lo vende mañana, pero yo voy a ser periodista toda mi vida”.
-Eso está claro para el medio, pero ¿el público lo tiene tan claro?
“Yo no he recibido ninguna percepción de público distinta; la única opinión que ha habido de eso, fue la de Pablo Longueira. No he escuchado a nadie más.
“Uno tiene que estar en sintonía con el público y yo creo que la gente tiene extremadamente claro que el capital somos nosotros. Tengo la impresión de que la gente hoy día es súper más selectiva de lo que uno piensa. Dicen que la media del público está en los doce años, ¡Mentira!, es bastante mucho más que eso y está bien informado. La gente que ve los programas en los que yo participo, es gente que tiene un barniz informativo básico y no te va a perdonar una cosa gruesa de ese tipo. No tengo ninguna duda sobre eso, ninguna. El que las tenga, que venga, las converse y lo vea al aire; además uno no da explicaciones en entrevistas, sino que uno hace periodismo en lo que hace. Las explicaciones están en pantalla”.
