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La medicina natural en alza

No tiene nada de esotérica ni de charlatanería; es más, muchos médicos la han incorporado como ayuda a sus tratamientos convencionales y gana cada día nuevos seguidores. La idea es lograr una relación complementaria con las prácticas oficiales, a punta de ejercicios, productos y una mejor calidad de vida.

27 de Enero de 2006 | 15:34 |
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Después de cuatro años de inútiles intentos, Patricia (29) sentía que las cosas tenían que tomar otra dirección. No quería acostumbrarse a mirar de lejos lo que más la motivaba, pero que simplemente la naturaleza parecía tenerle negada: la maternidad. Una endometriosis severa - tenía unidos el útero, las trompas de Falopio, parte del intestino y el recto- se interponía entre ella y su sueño. La operaron un par de veces con la promesa de un inminente embarazo, pero al cabo de ocho meses nada sucedía. El doctor tratante dijo que era necesaria otra intervención. Cansada de estos procedimientos, Patricia recurrió a la medicina natural. Con desconfianza al principio, pero con la convicción de que nada perdía con intentarlo, inició un tratamiento integral. Dos meses más tarde, se embarazó. Parece un milagro, pero no lo es. "Sólo el fruto del trabajo sistemático de elementos naturales, que vinieron a completar la tarea que la medicina oficial no había
La inmensa minoría
Según estimaciones del Ministerio de Salud, en Chile cerca de 10 mil personas ofrecen prácticas de medicina natural, incluyendo autodidactas, especialistas que tienen algún tipo de formación acreditada y médicos. Jorge Lastra, subdirector médico del Servicio de Salud Metropolitano Sur, se cuenta dentro de estos últimos, puesto que ha incorporado prácticas alternativas, como reiki, acupuntura y fitoterapia, a la Unidad de Salud del Trabajador, donde se atienden los funcionarios de los hospitales del servicio (Barros Luco, Lucio Córdova, Exequiel González Cortés, El Peral, Buin, Centro de Diagnóstico y Tratamiento) y sus familias, sumando ocho mil personas.

Actualmente, estas terapias se ofrecen de manera experimental en la salud primaria, a través de los 35 consultorios dependientes del servicio en once comunas del sur de la capital.

Aunque algunas son ramificaciones de otras, existen alrededor de 80 terapias disponibles en el mercado, entre las cuales destacan: acupuntura, apiterapia, aromaterapia, cromoterapia, fitoterapia, flores de Bach, homeopatía, quiropraxia, reflexología, reiki, shiatsu, etcétera.

A pesar de que en el país no hay cifras oficiales, la Organización Mundial de la Salud estima que el 80 por ciento de la población de los países en vías de desarrollo consulta la medicina natural. Su crecimiento explosivo en las últimas décadas se aprecia a simple vista a nivel publicitario. La explicación parece tener muchos ángulos. "La gente ahora vive el doble que a principios del siglo pasado; ha subido el nivel de instrucción, por lo que hay más información; las enfermedades más importantes de tipo transmisible están controladas, no así las crónicas, donde la medicina natural ofrece mejores resultados, y por último, en sociedades complejas como las nuestras tiende a haber respuestas diferentes para un mismo tema", opina Eduardo Medina, jefe de la Unidad de Medicina Tradicional y Prácticas Médicas Alternativas, del Ministerio de Salud. "No importa si el gato es feo o es bonito, lo importante es que cace ratones. El fondo de la cuestión es que la gente, en último caso, se preocupa de obtener la solución del problema, y ninguna de ambas medicinas entrega un ciento por ciento de efectividad".

podido hasta ese momento concretar", explica María Loreto de la Maza, la naturópata que la trató.

Es que superando prejuicios, la medicina alternativa o natural ha ido ganando espacio sobre la base de una estrategia de no confrontación, más bien sinérgica, con la medicina oficial. Ya es muy habitual que los médicos acompañen sus recetas con recomendaciones de vida sana, buena alimentación y ejercicios; a su vez, los terapeutas alternativos aclaran que en la mayoría de los casos actúan complementariamente a la labor de la oficial.

Pero, ¿son muy diferentes la una de la otra? Primero hay que aclarar que la medicina natural no tiene nada de esotérica y lucha afanosamente para desligarse de la charlatanería. Al igual que la alópata, todo se inicia con un diagnóstico al cual puede seguir un período de desintoxicación, y luego la terapia propiamente tal. He aquí un gran contrapunto: mientras, teóricamente, la medicina oficial tiene un tratamiento antisintomático y contra problemas específicos, lo alternativo idealmente se plantea como un estilo de vida basado en principios naturales que buscan la normalidad biológica. "La persona debe comprender que si bien podemos librarla de algún cálculo renal, debe mejorar su calidad de vida para que no vuelva a formarlos. De lo contrario, el ajuste de motor que realizamos pierde su sentido", advierte María Loreto de la Maza, quien desde hace veinte años es naturópata, y trabaja en la Clínica Estética Sué.

Otra diferencia es que la curación va por dentro en la medicina natural, puesto a que apunta a lo que en algunas corrientes norteamericanas se conceptualiza como sanación; es decir, si uno sufre un asalto, que el ladrón sea atrapado es estar curado, pero superar el trauma del evento es realmente una sanación. "Digamos que la medicina oficial es eminentemente aplacadora de síntomas; en cambio, para las técnicas alternativas, la curación es un proceso natural e interno. Si una persona tiene fiebre, el mismo cuerpo cuenta con los mecanismos para recuperar el equilibrio, no hay que suministrarle drogas para bajar la temperatura, sino que debemos darle una mano en la tarea que originó el alza, en este caso, la defensa del organismo", opina el doctor Pedro Silva, quien tiene la particularidad de poseer formación en ambas áreas, pues es internista, neurólogo y especialista en medicina natural, y como tal dirige la Villa de Vida Natural.

En la práctica, la medicina alternativa se preocupa de ciertas variables como alimentación, descanso y relación sueño-vigilia. Sus terapias usan elementos naturales como agua, sol, barro, algas, masajes, homeopatía, ejercicios, entre otros, que actúan como gatilladores de la curación interna. El proceso de autoconvencimiento es muy influyente para que resulte todo bien, porque en la curación es considerada un proceso activo, donde no hay "pacientes": quien sufre algún padecimiento participa activamente de su tratamiento Por eso es primordial lograr el reencantar a la persona, con mucho apoyo sicológico y espiritual.

Por eso, para todos quienes tienen algo que ver con la medicina natural, independiente de la formación que posean, el camino de la complementariedad es el óptimo. "Clasificamos a los enfermos en agudos, crónicos, congénitos y en estado degenerativo. A los dos últimos no tenemos acceso, pero los agudos y crónicos se curan fantásticamente con la medicina natural, entonces, lo que debería imponerse es una relación complementaria", concluye el doctor Silva.

La relación debería ir estrechándose cada vez más, ya que en un futuro cercano se espera derribar definitivamente uno de los principales prejuicios que hay sobre la medicina natural:la falta de control y certificación, para que quienes ejerzan tengan la idoneidad suficiente. El proyecto legal incluye una certificación emanada de cuatro criterios no excluyentes: demostrar estudios formales equivalentes a dos años o 1.600 horas académicas; haber trabajado por al menos cinco años en la actividad; pertenecer a alguna de las asociaciones privadas que agrupan a los cultores de las respectivas disciplinas y que dos o tres personas ya reconocidas avalen al postulante. El doctor Eduardo Medina cree que las cuatro primeras terapias en institucionalizarse serán quiropraxia, homeopatía, acupuntura y naturopatía, porque tienen que ver más con el concepto de enfermedad, tal como las ve la medicina oficial, y por ende, su uso está más masificado en la población.
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