"Es bien raro lo que hago. Pero bonito, ¿verdad?", pregunta Paula Celedón mientras se sujeta el pelo con un palillo de madera, uno de sus objetos fetiches. "O logotipos", comenta esta empresaria de 36 años, separada, madre de una hija de 6, más conocida como la creadora de marcas de artículos para la casa tan exitosas como Mica, Haus, DecoHogar, Neto Design y muchas otras. Sin vanidad reconoce: "Tengo la capacidad de hacer una marca, ocuparme de su punto de venta, del producto que va dentro y la escenografía para que se luzca y venda".
Pero su trabajo es mucho más que eso: ella aterriza y concreta, de principo a fin, la mayoría de los grandes proyectos que imagina. De ahí el nombre que le colocó a su recién creada empresa - CéReBro- , nacida de la fusión de sus dos anteriores: CéDiseña y CéImagina. El crecimiento de su negocio ha sido sostenido, y más que capital monetario dice que ha invertido tiempo, cratividad y trabajo. Tampoco se ha endeudado.
Éxitos que ella tal vez no creyó lograr cuando estudiaba Diseño en la Universidad Católica y paralelamente trabajaba en la agencia Publicidad Asociada. En Diseñadores Asociados, la segunda agencia a la que trabajó, en menos de cuatro años alcanzó el cargo de directora creativa general, antes de independizarse. Entre sus trabajos destacan el proyecto de la identidad corporativa para la Presidencia de Chile, la imagen de Chile país para las negociaciones del Nafta y CEE y el logotipo para la Primera Bienal de Diseño.
Su clave es no perder nunca el foco de su negocio. "Cada seis meses me sentaba en un café con mi socia para revisar nuestros principios iniciales y saber si nos estábamos desviando del nicho que habíamos escogido. Si era así enmendábamos el rumbo".
Su agencia se dedicó, además, al retail en multitiendas y supermercados. "Después me interesaron los puntos de ventas para armar allí todo un cuento que atrajera a los clientes. Luego empecé a desarrollar colecciones para ellos, a hacer diseños de productos y asesorías en comunicaciones. Hasta que de pronto me vi en la necesidad de viajar para traer cosas de otros países".
Se había dado cuenta de que también podía tener proveedores en China, India, Perú y otros lugares "trabajando con ellos codo a codo incluso desde su casa, porque el mundo se globalizó, lo que incluye a los negocios". Su labor la desarrolla hoy con clientes virtuales y no virtuales.
Como incorporó a una nueva socia, sumándole su secretaria, hoy son cuatro las que trabajan allí, aunque no siempre están juntas. "Eso me permite disponer de tiempo para la soledad, reflexionar sobre el tema que estoy desarrollando, idear nuevos proyectos y escuchar la música que más me gusta. Nunca hago divisiones entre la casa y mi trabajo".
