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La suciedad es buena

La psicología infantil defiende hoy la necesidad de que los niños se ensucien; de lo contrario, se pierden la posibilidad descubrir el mundo y aprender los valores que encierra el juego y el deporte.

26 de Abril de 2006 | 12:48 |
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Se imagina usted a su hijo tratando de esquivar a su rival, mirando el arco, pegándole acertadamente a la pelota, buscando el gol y además, preocupado de no embarrarse o llenar sus calcetines de tierra.

Difícil, por no decir, un contrasentido.

Bueno, la psicología infantil moderna cada vez, rescata con mayor fuerza la necesidad de que los niños se ensucien, se ensucien aunque a las mamás les dé un ataque, porque ésa es la única forma en que podrán conocer el mundo.

Pero mejor aún, es la única forma en que se pueden concentrar en los verdaderos objetivos del juego y el deporte: explorar, sociabilizar, aprender, concentrarse, adquirir flexibilidad e integrarse, entre muchos otros.

La importancia de ensuciarse fue defendida en el Foro sobre Desarrollo Infantil organizado por la UNICEF y la empresa Unilever, que en los próximos días va a emprender la campaña “salgamos a jugar” para uno de sus detergentes.

El tema fue abordado por la psicóloga de la UC, Neva Milicic, quien resaltó la importancia para el niño de jugar, y por el psicólogo británico, doctor de Oxford, John Richer, quien en forma intrépida y avezada declamó a los cuatro vientos -y en conocimiento de que algunas madres iban a entrar en crisis- que “la suciedad es buena”.

El experto reconoció que ante la palabra suciedad, hasta hace pocos años, reaccionaba con un rechazo. Su mente de especialista en la salud le decía que la falta de higiene es sinónimo de enfermedades. Y agregó que los seres humanos tienen una emoción natural de repulsión frente a lo sucio y que así lo enseñamos después a los niños.

Sin embargo, aseguró que analizando el tema en profundidad no toda la suciedad es negativa o poco atractiva. De hecho, los hombres que realizan un trabajo esforzado, incluso alcanzan características sexy porque reflejan fuerza.
Cómo juegan los niños
Adimark realizó un estudio para conocer cómo juegan los niños a través de las voces de sus madres. El estudio es bastante singular y devela que en Chile los niños están dedicando tanto tiempo a ver televisión como jugar a la pelota o correr.

Es así como entre las actividades cotidianas de los niños está ver películas o TV (88,4%), jugar a la pelota (85,9%), jugar con juguetes (66,5%), estudiar (57,6%), bailar y escuchar música (50,1%) y dibujar (47,5%).

También detectó que los niños juegan mayoritariamente con sus amigos y compañeros (62%) o solos (54,9%), y después con sus hermanos (39,7%) y mucho menos con la mamá (17,3%) y el papá (11,5%).

Las madres, ya sea que trabajen o no, declaran un alto grado de insatisfacción respecto del tiempo que le dedican a sus hijos a jugar y lo más notable es que en cualquiera de los casos, las madres le destinan casi el mismo tiempo. Es decir, la que trabaja un 14,7% y la que no trabaja un 18,2%.

Por una cuestión de seguridad, a las madres les gusta que sus hijos jueguen en la casa y luego en un lugar público como la plaza.

Richer reconoció que los seres humanos se han adaptado para defenderse de los microenemigos, pero que no se debe rechazar todo la suciedad, si no que se debe buscar un equilibrio. De paso, señaló como un problema las personas que se obsesionan y exagerar con la limpieza ya que ello es signo de ansiedad.

¿Necesitamos la suciedad?

Una pregunta que parece un contrasentido, tiene como respuesta un sí rotundo según John Richer.

“Para conocer las cosas necesito tocarlas”, sostuvo y eso es lo que hacen los niños al aproximarse al mundo, uno que tiene tierra, barro, agua sucia, entre otros.

Desde una perspectiva científica, trajo a colación una hipótesis que desde hace más de 15 años sostiene que aquellos niños que se relacionan con la suciedad desde temprana edad desarrollan más defensas ante las alergias y otras enfermedades.

Pero más allá de ello, el efecto de los niños de no poder ensuciarse en su exploración del mundo es mayor. “Pierden el beneficio de la actividad, estará tan preocupado de no ensuciarse que no aprenderá del juego”, dijo.

Y el juego es tan importante que hasta los animales lo realizan. Gracias a él se es más creativo, los niños se adaptan, tienen mayor integración con su entorno, mayor desarrollo, lograr mejor concentración, más habilidades en el lenguaje, son menos agresivos.

Y la suciedad en el deporte también se hace necesaria. Si el pequeño está preocupado de permanecer limpio difícilmente logrará su objetivo, ganar la competencia. Y los beneficios del deporte está de más señalarlos: enseñan a perder y ganar, permiten el trabajo en equipo, desarrolla habilidades mentales y físicas (control de la obesidad), da disciplina y es un lugar de encuentro social.

”Ensuciarse es señal de que uno está en contacto con el mundo real”, afirmó Richer.

Mientras, Neva Milicic dio algunas pautas sobre la forma como incentivar el juego en los niños (más que importante si se considera la cantidad de horas que están expuestos a la TV).

Dijo que había que estar atento a las necesidades de los niños y validar sus juegps. Postuló observar en qué juega, dónde y con quién porque ello entrega mucha información del desarrollo del infante y su entorno.

Además, Neva Milicic defendió la necesidad de darles libertad para jugar, dejarlos ensuciarse y desordenar, pero simultáneamente, enseñarles a ordenar de forma gruesa, o sea, guardar todo en una caja y no hacer un orden munucioso.

Otro punto importante, es presentarles cierta diversidad en los juegos, es decir, cambiarlos cada cierto tiempo, unos 6 meses, de modo que sigan explorando. Y esto no implica hacer grandes desembolsos.