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El bajo costo se puede pagar caro

Inyectar silicona líquida es diez veces más barato que un implante de gel de silicona. Pero los cirujanos advierten del enorme riesgo que esto conlleva.

07 de Octubre de 2005 | 10:01 |
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El aviso era pequeño, pero efectivo. "¿Quieres senos más grandes, procedimiento rápido, indoloro y a un menor costo? Ven y consúltanos".
Hacía años que Magdalena (32) deseaba mejorar su apariencia, así que cuando vio el aviso en un suplemento comunal, acudió al centro cosmetológico que allí se mencionaba. "Estaba en un edificio en Providencia, cerca del metro, así que no dudé que fuera malo. Además, el lugar tenía una bonita decoración", comenta arrepentida de esa primera impresión. A las dos semanas, se inyectó silicona líquida en ambos pechos.

"Fue en la mañana. Aparte de los pinchazos, no me dolió mucho. Fue todo rápido, en una camilla, pero no era un pabellón. Antes de irme, la cosmetóloga me recetó unos analgésicos por si me sentía mal".

Los dolores iniciales pronto desaparecieron. Magdalena -quien prefirió no dar su nombre verdadero, "por vergüenza"- estaba feliz con su nueva silueta, hasta que, a los dos meses, comenzó a sentir molestias en su mama derecha.

Consultó a un especialista, pensando que las durezas que palpaba eran nódulos o incluso un tumor. Los exámenes no confirmaron sus temores, pero dieron con otro problema: siliconomas.

Por seguridad
Para no tener que lamentar, toda mujer que desea someterse a un procedimiento para aumentar su busto debe considerar lo siguiente:

1. Exigir la acreditación del médico como especialista y corroborarla en el CONACEM o en la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica.

2. La intervención debe ser realizada en un pabellón quirúrgico, dentro de una clínica u hospital.

3. Desconfiar de "ofertones" de centros de cirugía o cosmetología que han aparecido en los últimos años.

(Entre $15.000 y $60.000 cuesta cada inyección de silicona líquida en las mamas. El daño posterior es incalculable).

La silicona, por ser un elemento extraño al organismo, produce reacciones inflamatorias crónicas y agudas y la formación de múltiples granulomas, como explica el doctor Dante González, presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica y Reconstructiva.

Muchas veces, esta respuesta afecta a todo el tejido mamario, "produciendo dolor, deformación de la mama, supuraciones que no mejoran, cambios de coloración de la piel, necrosis, etc.", enumera el doctor Octavio Peralta, cirujano de Clínica Las Condes y del Hospital San Borja Arriarán, aludiendo a la variedad de complicaciones que se producen.

No existe una estadística sobre la magnitud del problema en el país, pero ambos especialistas han recibido en sus consultas a mujeres que buscan una solución a graves problemas en una o ambas mamas, todo como consecuencia de las inyecciones de silicona líquida.

"Tanto es el efecto nocivo en el tejido mamario, que en numerosas ocasiones el tratamiento de estas complicaciones ha sido la mastectomía total con extirpación completa de la mama", precisa el doctor Octavio Peralta.

O sea, mujeres que buscan tener más busto, quedaron sin nada.

Así le ocurrió a Magdalena. Por eso su vergüenza y la rabia de recordar lo que pasó. "Sé que en gran parte fue mi culpa, pero me sentí estafada".

Puso una demanda contra la cosmetóloga, y en ese proceso se enteró de que no era la primera ni la única.

"La primera forma de fiscalizar que esto no se realice es demandando a aquellos centros y personas involucrados", dice el doctor Octavio Peralta.
Sin embargo, el interés femenino por tener un mejor cuerpo es presa fácil de "ofertones" y alternativas de supuestos centros de estética, que publicitan este procedimiento como seguro y, sobre todo, económico: los precios fluctúan entre los $15.000 y $60.000 por inyección. Es decir, por lo menos diez veces más barato que un implante de gel de silicona, que es lo recomendado por los especialistas.

Los entrevistados admiten que no está claro quiénes realizan esta mala práctica, ya que ellos suelen recibir a las mujeres cuando ya están con complicaciones.

Pero hasta donde saben, los responsables no son sólo cosmetólogas o personas sin ninguna preparación en el tema, sino también médicos "inescrupulosos", nacionales y extranjeros.

"Hay médicos que se publicitan como cirujanos plásticos, pero que en realidad son ginecólogos o dermatólogos -advierte el doctor González-. No hay capacidad de fiscalización por parte de la autoridad de salud".

Desde hace años, el uso de la inyección directa de silicona líquida o de polímeros licuados en el tejido mamario está discontinuado y no se aconseja, ya que existen amplios estudios en todo el planeta que demuestran múltiples efectos adversos asociados a esto.

Por eso, el doctor Dante González enfatiza que "la única forma segura de aumentar el tamaño de la mama es la inclusión de una prótesis -idealmente, en base a gel de silicona-, operación que debe ser realizada única y exclusivamente por un especialista en cirugía plástica".

De hecho, aquellas mujeres como Magdalena, que perdieron sus mamas, recurren a estas prótesis para recobrar -y mejorar, pero de manera segura- su figura inicial.


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