Mauricio Bustamante llega al canal alrededor de las seis de la mañana; después del noticiero, se integra al equipo de "Buenos días a todos", lee boletines de noticias cada una hora; hace edición periodística y luego conduce el noticiero y corta su jornada televisiva a las 14:30 horas. Trata de ir a almorzar a su casa con su señora, Paulina Flaño, también periodista.
La tarde se la dedica a sus cuatro hijos, Fernanda, de 7 años; Jorge, de 6; Ignacia, de 4, y Juan Pablo, de 2. Hace deporte tres veces a la semana. Aprovecha la tarde hasta las 18:30 y de ahí corre a la Radio Infinita, donde, con Juan Manuel Astorga, conversan las noticias del día, de las que se ha enterado temprano en el canal. Llega a su casa cerca de las 21:00 horas, come algo liviano y "casi como monje, trato de estar acostado a las diez y media, para que no se me pase mucho la mano tampoco".
-¿Amores distintos del periodismo?
"Va a sonar muy cliché, pero me encanta la vida en familia, disfruto estar en mi casa. En la medida que puedo me arranco; recién estuvimos cuatro días en el sur. Planificamos cosas muy de choclón, de andar juntos para todos lados.
"También me encanta salir a comer, aunque no debiera, por el problema de los kilos".
-¿Cómo los regulas para la televisión?
"Noo ¡es un gran esfuerzo!, porque tengo tendencia desde chiquitito a tener un par de kilos extras, pero ¡bueno!, trato de hacer deporte, de comer sano, aunque me desordeno un poco el fin de semana que me doy mis licencias.
"Es una constante, más que por una cuestión sólo estética, también por salud. Ayer, no más, supe de un amigo de 42 años que se levantó, le dijo a la señora que le dolía un poco la guata y se murió de un ataque al corazón. Ya estoy a medio camino de jubilar, entonces, es un tema de preocupación más que nada por salud".
-Pero te has mantenido en el peso bastante tiempo.
"Sí, pero permanezco con esos kilos que no logro bajar; me imagino que son producto de la inversión en parrillas y restoranes con amigos. Pero me encanta salir a comer, no sólo por la comida, sino por la conversa".
-¿Cuál es el restorán preferido?
"Aunque sea de la competencia, me gusta mucho lo que hace Carlo Von Müllenbrock en el 'Osadía'. También me gusta mucho explorar, buscar y encontrar rincones, cocinas distintas; ahora, recién estuve, en el Villarrica Park Lake, que tiene una cocina espectacular, muy, muy buena… desayunos y onces alemanas, espectaculares".
-¿Y el peso?
"Después de ésos, quinientos abdominales" (se ríe a carcajadas).
Cuenta que también disfruta mucho viajar, desde ir a la playa hasta viajar más lejos, cuando tiene tiempo y plata para hacerlo.
-¿Se arrancan solos o con los niños?
"Lo que pasa es que con la Paulina estuvimos casi seis años casados antes de tener a la Fernanda, allí disfrutamos mucho y salimos mucho juntos. Ahora también nos arrancamos en la medida que podemos, pero pasamos un día solos y les empezamos a echar de menos, entonces, es casi un auto tormento salir solos. Lo pasamos muy bien en pareja, pero lo pasamos tanto o mejor con los niños, además que están en una edad espectacular".
Se declara absolutamente chocho de sus hijos y, aunque dice que no está dentro de sus planes tener otro, "si llega, llega". Sin embargo, lo repite varias veces durante la entrevista por lo que parece que ganas no le faltan.
-¡Te gustan las familias grandes!
"Me encantan y he tenido la suerte de poder mantenerla, que es un tema que, obviamente, hay que reflexionar al momento de embarazarnos".
-¿Has tenido tiempo para involucrarte en la crianza de los niños?
"Ahí he tenido un papel más secundario, que es algo que echo de menos. Tengo el tiempo para estar con ellos en la tarde, pero no siempre para acompañarlos en las tareas, porque, claro, estoy metido en el computador o preparando una entrevista. Mi señora es mucho más activa en eso".
La familia Bustamante Flaño vive en el Arrayán, en una casa que le compraron hace cinco años a una pareja que estaba terminando la labor de criar, quienes fueron muy cariñosos: "Congeniamos muy bien, se me imagina que nos vieron y retrocedieron 20 años, a sus inicios como familia". Explica que tiene "harto espacio, buen terreno, piscina y lugar, por lo menos, para un niño más". La encuentra ideal, porque es como vivir en el campo, pero a quince minutos del trabajo.
-¿Paulina dejó de trabajar?
"Trabajó harto antes de tener a los niños; después creó una sociedad con otra compañera de escuela para hacer revistas institucionales. Es oscilante, de acuerdo a la posibilidad que ellas tengan de hacer más o menos cosas. Ahora están en un período de baja, de la familia que demanda muchísimo… el marido también, pero ella en algún minuto quiere retomar. "En ese sentido, estoy muy agradecido de la opción profesional que ella tomó, que también es personal, pero que es sacrificar cinco años de estudio y su experiencia laboral por hacer el equilibrio con un marido que trabaja harto, muchas veces más de lo que conviene".
-Pero también por eso lo puede hacer.
"Sí, pero no debe ser fácil escuchar todos los días el despertador a las cinco, escuchar la ducha a esa hora y tener que estar acostados todos a las diez y media, sin poder salir a comer con los amigos, un día de semana".
-¿Qué días tienes libres?
"Los sábados, y parte importante del domingo, lo que es harto, porque hay periodistas de mucha trayectoria que tienen que hacer turnos de fines de semana, por lo menos uno de cada tres. También tengo mis tardes".
-¿Vicio privado?
"Ehhh. Es un placer culpable, pero el sólo navegar por Internet sin destino conocido y el sorprenderme con cosas increíbles que uno encuentra en la red, resulta adictivo. Uno se tiene que controlar. Es un recurso ilimitado de información y uno que trabaja con ella y le gusta, se vuelve adicto a Internet.
"Lo otro que me gusta, tanto como viajar, es organizar los viajes. Con mucho tiempo, también por Internet; buscar el vuelo más económico, la conexión correcta, qué cosas entretenidas hay para hacer; el anticiparse al viaje es algo en lo que pierdo o invierto, depende como lo quieras ver, mucho tiempo. Puede que uno gaste mucho tiempo ahora, pero te ahorras mucho cuando ya estás de viaje, porque sabes exactamente dónde vas a ir. Yo no sé, una vez que me retire de esto o que me retiren, es como para dedicarse a ser agente de viaje. A la larga siempre termino encontrando el dato".
