EMOLTV

“La política la explico bien; a las mujeres no las entiendo”

Serio a la hora de darle palos a los políticos; relajado, simpático y muy chileno en la intimidad. Defensor de señoras y señoritas, liberales y ortodoxas, cree que si se queda con una chilena es porque ésta le aguanta que vaya con un PC a la luna de miel.

21 de Marzo de 2006 | 15:44 |
imagen
Se ve un tipo perfeccionista y, en cierto modo, lo es. También tiene un trato correcto y casi distante con quienes no conoce, pero a medio andar, sale a la luz su verdadero yo: un tipo relajado y con mucho sentido del humor, con el que se podría conversar de todo, por horas.

El tema de las mujeres es algo que le resulta insondable. Criado entre puros hombres, su madre alcanza la misma categoría de Alicia, la progenitora del "Bam Bam" Zamorano, es decir, “una verdadera santa”.

Por eso, sacar a Patricio Navia del análisis político y llevarlo al terreno de las féminas es un gusto. Más cuando aventura, en eventos públicos, comentarios como que considera trato discriminatorio el que en un panel se identifique a los hombres con la palabra “señor” y a las mujeres con “señora o señorita” dando a conocer en ellas su condición civil. “Se hace una distinción porque a ninguno le ponen señorito”, apunta.

“También me parece insultante cuando ponen honorable diputado y ¿yo no soy honorable?”, cuestiona entre risas.

-Llevas 18 años fuera de Chile y el tema de la mujer, acá, está en boga. Se habla “del año de las mujeres”. ¿Te parece una frase cliché o, realmente, representa algo?
“Creo que las mujeres están ganando muchos espacios y eso me parece saludable. ¡Ya era hora!, pero creo que persisten dos problemas: Uno, no son todas las mujeres; son fundamentalmente las esposas e hijas de –lo que resulta discriminatorio- y, dos, están ganando espacios donde se está perdiendo poder, o sea, hay más mujeres en el Parlamento, pero no están en los directorios. Están ocupando espacios viejos de poder y con poder decreciente, lo que me parece lamentable. Creo que falta mucho para que las mujeres en Chile puedan ocupar espacios en situación de igualdad”.

Y vuelve a la discriminación, que es un tema para él: “Se habla de “la Michelle”, pero nadie de “el Ricardo Lagos”; o sea, es como decir ah, es mujer así que seguro que no va tan en serio”.

-¿Cómo ves a las chilenas? ¿Han cambiado, más si la comparas con las americanas?
“Hay diferencias de edad que son importantes. Las mujeres que entraron al mercado laboral en los ´90 son mucho más libres, mucho menos tradicionales, que las que lo hicieron en los ´80. Hoy hay mujeres que dicen fui madre soltera y otras tuve hijos a los 38 años que es absolutamente razonable.
“Lo veo positivo en ese sentido, pero no diría que se está liberando”.

-¿Por qué?
“Porque eso implica que alguien te tiene oprimido, y yo creo que lo que está pasando es un proceso evolutivo en él que simplemente la mujer está intentando asumir ciertos roles”.

-¿Y no hay una auto-opresión? El machismo, en Chile, lo perpetúan las madres.
“Sí, se perpetúa por las madres. Y es dañino, también, sugerir que la mujer no puede ser maternal porque te restringe las opciones. Creo que es perfectamente legítimo para una mujer estudiar para ser buena esposa en la Universidad de Los Andes o querer ser chofera de micro. Las dos cosas son legítimas y lo interesante es que la mujer pueda tener la posibilidad de decidir lo que quiere.
“No me gusta cuando algunos dicen las niñas del Opus Dei estudian para ser mamá. Si quieren hacer eso, que lo hagan, qué bueno, bien por ellas que pueden cumplir sus sueños y me parece discriminatorio sugerir que todas las mujeres tienen que trabajar fuera de la casa o que es malo que las mujeres lleguen virgen al matrimonio. Algunas lo van a hacer y otras no, y bien por todas.
“La libertad supone que hay gente que escoge cosas que no van con lo que yo quisiera”.

-¿Ves un discurso feminista poco tolerante?
“Bueno, ese fue un problema del feminismo inicial, comprensible en los años ´60 y supongo que a esta altura ya debería haber evolucionado. Es discriminatorio decir que el camino de antes era malo y ahora, hay que seguir otro distinto, porque es igualmente opresivo.
“En las generaciones de más de 50 años hay algo de esa intolerancia, pero creo que una de las gracias de Chile es que no sólo es más tolerante, si no que es capaz de expresar públicamente sus diferencias”.

-Se dice que las chilenas están adoptando patrones masculinos de comportamiento para poder competir con los hombres. ¿Te ha tocado encontrarte con mujeres agresivas?
“Sí y también con hombres agresivos. El género no debiera hacer diferencias sobre la forma cómo enfrentamos el mundo”.

-¿Y no crees que hay roles que son más femeninos por una cuestión biológica? ¿Y que algunas subyugan eso para poder abrirse espacios?
“Bueno, eso es lo lamentable, no tienen por qué hacerlo. Es verdad que el camino es difícil y fallamos como sociedad cuando algunos no se atreven hacer cosas precisamente por eso, porque es difícil.
“A lo mejor son pocas las mujeres que quieren ser choferas de micro, pero si ellas no pueden por las barreras, quiere decir que estamos fallando como sociedad”.

-Formas parte de una generación que registra cambios, pero vives en un país donde esos se produjeron hace rato. ¿Cómo ves a tus amigos chilenos?
“Hay una cosa, que tiene que ver con las cuestiones de género, que me da lata. Cuando se hacen reuniones en Chile, los hombres se juntan en una parte (del local) y las mujeres, en otra. En Estados Unidos, a veces, me junto con mis amigos y vamos al béisbol y no van las esposas, pero eso de que no haya interacción me parece lamentable.
“Te estai restando posibilidades que pueden ser provechosas.Y pasa también que los grupos son súper poco diversos; acá se juntan entre los compañeros de colegio y se conocen entre todos y si hay gente nueva, es rara, como que la rechazan”.

-¿O sea, el chileno de tu generación no está tan evolucionado? ¿Arrastra todavía lo cavernícola?
“Más que cavernícola es resultado de las desigualdades. Es mucho más difícil que interactúe un chileno que gana 200 lucas con uno que gana 8 millones a que lo hagan dos gringos en esas condiciones”.

-Es decir, siguen siendo “futbolitos y parrilleros”, pero cambian pañales.
“Claro, están dispuestos a cambiar pañales y eso es útil, pero esto no es culpa de ellos; los rangos de opciones son muy distintos. En Nueva York, cuando me quedo hasta tarde, pasa la gente que hace el aseo, inmigrantes rusos, polacos, y probablemente ganan, tal vez, la mitad de lo que gano yo, que hago un doctorado. Acá en Chile, el guardia de la universidad gana un vigésimo de lo que saco yo; entonces, las diferencias de acceso son muy grandes y las posibilidades de interactuar, muy menores”.

-Retomemos el tema de la mujer ¿Qué prefieres, una liberal dudosa o una conservadora ortodoxa convencida?
“Una conservadora. Para que uno acepte a los demás tiene que partir por aceptarse a si mismo. Es ridículo eso que se da de personas que critican a la Iglesia y después te las encuentras yendo a charlas con un cura porque se van a casar. Tiene más sentido decir soy conservadora y voy a misa todos los días; no hay para que dar una pose de algo que uno no es.
“Es más entretenido saber con quien estai interactuando y no ganarte una sorpresa muchos años después. Es perfectamente legítimo ir a misa todos los días, mi mamá lo hace”.

-¿Mucho doble discurso?
“Supongo y quizás se debe a que algunos se auto asignan ciertos valores que son imposibles de mantener. Hay papás que dicen mi hijo es súper sano, tiene 18 años, nunca fuma y no pasa nada con su polola y a lo mejor es cierto, pero sabemos por las estadísticas que un cabro de esa edad ya tiene relaciones sexuales.
“Lo viví mucho de chico; mis papás son adventistas y supuestamente ellos llegan virgen al matrimonio y tengo un montón de amigas de entonces que quedaron embarazadas a los 18; claramente no llegaron virgen al matrimonio y se casaron apuradas”.

Llevado al área chica, sobre si prefiere a una americana o una chilena, Navia salta con que hay demasiada diversidad como para hacer generalizaciones. “En Estados Unidos hay mujeres ultra conservadoras o ultra liberales y yo no interactúo con la media de las mujeres gringas”.

-¿Te liberaste de la idea de volver a Chile para casarte con una chilena?
(Lanza una carcajada) “No sé, uno queda marcado por lo que conoció en la familia, por mi mamá, mi santa madre. Me encanta el acento chileno, me derrite y ese tipo de cosas me matan; entonces a lo mejor sí, pero lo primero que le diría es no va a ser muy probable que vayamos a tener almuerzo los domingos con tus papás porque vamos a vivir en Nueva York buena parte del tiempo.
“O sea, si la conozco lo primero que le digo es muéstrame el pasaporte y si tiene marcas, le suben los bonos”.

-¿Las mujeres somos muy difíciles?
“Son fascinantes; la política la explico bien, pero a las mujeres no las entiendo”.

“Me encuentro con un diputado y me conoce, me encuentro con una súper modelo, y no” (decepcionado)

“Cuando me vaya de luna de miel, voy a llevar mi laptop”
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?