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¿Cómo les vendría una jubilación?

A partir de 2006, esto podría hacerse realidad para más de dos millones de mujeres cuya tarea es el hogar.

26 de Octubre de 2005 | 14:55 |
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"A mis niños grandes los dejé más botados, trabajaba fuera y no los veía casi nunca. Pero, o lo hacía, o se jodían de hambre".

Hace más de tres años que María Elena Martínez, casada y con 4 hijos, "para la olla" haciendo disfraces desde su casa. Y una de sus mayores gratificaciones con este trabajo ha sido el pasar más tiempo con su "concho" de 11 años y criarlo de cerca, aunque dice que a veces "no desconectarse agota".

Cuando se trata de valorar este trabajo al interior del hogar, muchas veces oculto y sin brillo, los primeros que lo hacen son los candidatos a la Presidencia, sobre todo en plena campaña.

Es que este grupo suma en total, según el último Censo, la no despreciable suma de unos 2 millones y medio de mujeres, las que a su vez componen un cuarto del universo total de mujeres votantes.

Para ellas, los 2 candidatos de la Alianza por Chile tienen sus propuestas, que son prácticamente iguales pero con distinto nombre, y consiste en entregarle una jubilación al ama de casa, a partir de los 60 años.

Esta modalidad, que ya se aplica en países como Venezuela, la propuso hace más de tres años la diputada Lily Pérez junto a su colega Osvaldo Pérez y al senador Baldo Prokurica y se la "heredó" a los candidatos de derecha para sus planes de gobierno. De hecho, a ella le tocó redactar la medida para ambos programas.

"Lo que pretendemos es fortalecer la familia, entregarle un valor económico al trabajo del hogar e incentivar a las mujeres que lo deseen a quedarse dentro de sus casas", comenta la diputada RN.

Ella asegura que los estudios demuestran que incluso esta medida es beneficiosa para combatir la delincuencia, dado que el aumento de los delitos cometidos por jóvenes tiene relación con estar desapegado de la madre.

Pero ¿qué tan viable es esta iniciativa y cuánto le costaría al Estado?

Los gestores de la idea proponen que el fisco cotice por las mujeres de los quintiles más pobres -que se determinan cuando quien imponga por ellas tenga un ingreso menor a los $400 mil mensuales- garantizándoles una pensión mínima. Para las de mayores recursos, o clase media, se plantea crear una cuenta de capitalización individual, donde un tercero -que puede ser el marido o hijo- aporte el dinero para la cotización.

También se propone liberar a la dueña de casa del pago del 7% en salud y de la pensión de sobrevivencia para derivar esos fondos a su cuenta de capitalización individual.

Claro que el dilema es el mismo de siempre: el financiamiento. Toda esta maravilla implica que el Estado desembolse cerca de US$ 90 millones al año.

Y si la fórmula es aumentar los beneficios sociales sin una alza de impuestos, ¿de dónde van a salir los fondos?

"La plata está, el tema es cómo la distribuye el gobierno de turno y a qué le asigna prioridad. Además todos sabemos que hay muchos recursos que se malgastan", responde Sebastián Piñera.

¿Podría ser realidad?

No todos los candidatos están de acuerdo con esta iniciativa. Para el presidenciable del pacto Juntos Podemos Más, Tomás Hirsch, una propuesta de este tipo es totalmente inviable y demagógica.

Asegura que si el actual sistema de pensiones ya está colapsado, es absurdo incorporar a las dueñas de casa. "Hoy el 50% de los cotizantes no va a tener pensión alguna. El 30%, una que está por debajo del sueldo mínimo y sólo un 20% va a tener una superior. Esto habla de un fracaso total del sistema de AFP chileno", opina.

En el comando de Michelle Bachelet la idea tampoco consigue muchos aplausos.
Andrés Velasco, asesor económico de la candidata, dice que por el momento no está entre sus planes implementar una iniciativa de esas características.

"A la larga, lo que se plantea es que del propio ingreso del hombre se destine un pequeño porcentaje a un fondo para su cónyuge o pareja, por lo que finalmente el beneficio se limitará a los empleados de mayores ingresos", concluye el economista de la concertación.
Además, la propuesta está lejos de ser el óptimo si también pretende mejorar la situación económica de las mujeres y su núcleo familiar.

En el Sernam estiman que para superar la pobreza es más efectivo desarrollar políticas de apoyo a la inserción laboral de la mujer, como la existencia de guarderías, subsidios de preescolaridad o flexibilidad laboral entre otras.

Las cifras lo demuestran: según el Instituto Libertad y Desarrollo, el 19% de los hogares de menores ingresos que reciben un solo sueldo está bajo la línea de pobreza.

Y como contrapartida a esta realidad, cuando la mujer también sale a trabajar y aporta con su salario, ese porcentaje disminuye al 7%.
Por último, en el Ministerio de la Mujer agregan que no están los tiempos como para que "Papá Fisco" se recargue financiando pensiones adicionales.


Arreglárselas hoy

El economista Salvador Valdés explica que hoy muchas mujeres dueñas de casa cotizan como independientes, simulando que sus cónyuges les pagan un salario.

Con ello pueden recibir una jubilación, pero al momento de cotizar no están exentas del pago del 7% en salud y de la pensión de sobrevivencia, lo que implica más gasto para quien paga.

Las mujeres de menores ingresos no cuentan con beneficio estatal alguno.
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