Durante los últimos años los jóvenes han dado señas de no querer participar en el mundo político. No se inscriben en los registros electorales, no ingresan a militar a los partidos.
Pero, como si se tratara de otros jóvenes, cada vez crece la masa de ellos que hacen trabajos voluntarios, construyen casas en “Un techo para Chile”, dan comida a los que viven en la calle y se la juegan por la vida.
Constanza Bollmann, de sólo 23 años, representa a esos jóvenes.
-Ustedes son un tapaboca a la manida frase “no están ahí”.
“En mala hora el Chino Ríos la dijo, porque no es así. Los jóvenes se mueven un montón por distintas cosas. Yo estoy en este proyecto de vida y vieran como trabajan todos los que están ahí. Y mira como se ayuda a Chile Unido, en las Navidades, los que reparten café en la noche y los que hacen clases en Puente Alto.
“No es verdad que seamos puro carrete; hay muchos que hacemos muchas cosas. El que no se esté ni ahí con la política, no significa que no estemos involucrados en otras cosas.”.
-Se han dado miles de razones por las que no están ni ahí con la política. ¿Cuáles te reflejan?
“En mi universidad (la UC) el mundo político es súper activo; están los gremialistas, los independientes, los K3 y se mueven.
“Lo que creo es que los políticos han sido muy ingratos con los jóvenes; propuestas para nosotros no hay, no hay sobre cultura o deporte enfocadas en los jóvenes; entonces, al final, los ves como algo lejano, se la pasan discutiendo de cosas que, quizás, a nosotros no nos importa tanto”.
-¿Pero tienen conciencia de que si ustedes no se involucran, difícilmente van a cambiar las cosas?
“Sí, pero estamos en un círculo vicioso” (con cierto remordimiento).
-¿Lo social les parece más efectivo?
“Sí, es algo más concreto. Cuando uno hace clases de reforzamiento escolar ve que el niño está aprendiendo a leer y que eso es necesario cuando están en tercero básico y no saben. O que los que no tienen donde vivir, tienen su mediagua o que la niña que pensaba abortar, tuvo su guagua y está radiante.
“Uno ve resultados”.
-Mantienen el juicio a una clase política que sólo los busca cuando los necesitan.
“Creo que hay mucha gente que siente eso, que los políticos se preocupan de los jóvenes sólo en épocas de elecciones y después nunca más”.
-¿Los políticos han errado su percepción en qué?
“Es que nos encasillaron en esa frase que nos mató, la no estoy ni ahí y ellos asumieron que todos los jóvenes no estaban ni ahí, cuestión que es falsa. Nos debieran volver a encantar con propuestas concretas, integrándonos de verdad en sus equipos políticos no sólo para campaña”.
-No mano barata para las elecciones.
“Obvio”.
-Se plantea que los chilenos están muy individualistas, incluidos los jóvenes. ¿Lo ves así o lo están revirtiendo?
“Creo que hay gente muy individualista, pero yo, en la gente con que me toca trabajar, veo seres súper generosos. La cosa va mucho allá, los ideales están sobre cualquier identificación política o credo”.
-Se habla de tolerancia, pero ustedes viven mucha descalificación. Son los conservadores, pechoños, los católicos.
“Sí; hace poco, en el programa “Réplica”, una candidata dijo que odiaba, odiaba (remarca) a los movimientos pro vida porque están encabezados por hombres que no entienden a las mujeres. ¡Qué pena!, yo soy mujer, si las entiendo y nosotros sólo decimos que hay otras alternativas al aborto.
“Nos descalifican mucho, nos dicen que somos de la Iglesia Católica, pero no es así, porque hay personas de todos los credos e incluso ateos. Ese discurso ya no les sirve, pero siempre quieren identificarte en el mismo grupo”.
