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Tipología de solteros tóxicos

Si durante los veintitantos ellos eran escurridizos y pecaban de muchas cosas, todas esas faltas son perdonables frente a los especímenes en que se transforman algunos cuando pasan los treinta. Son los solteros tóxicos treintones. Como el mercado está a favor del género masculino, muchos de los modelos defectuosos circulan libres de control por la calle. Para aprender a reconocerlos desde lejos y hacerles el quite lo antes posible, una miniguía. Porque son tantos que se corre el riesgo de plaga.

22 de Noviembre de 2005 | 11:30 |
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El SAG debería dar la alerta: con la primavera en el aire queda en evidencia que los solteros tóxicos de más de treinta años ya son una plaga. Paso siguiente, deberían autorizar que una misma se encargue de denunciarlos al centro de control y facilitar lo más posible su rápida salida de circulación. Las cosas funcionarían mucho mejor si sólo el Gobierno colaborara con la causa de la soltera over 30. Mientras se toma cartas en el asunto, una ayuda de una soltera acostumbrada a lidiar con lo más oscuro del género humano, sobre todo, después de mi experiencia con Andrés. Èstos son los siete especímenes de los que hay que huir con la misma rapidez que se hace el quite a las grasas saturadas.


1. Casado desmemoriado

Se pasea como soltero por la vida, pero no lo es. Religiosamente, apenas se sube al auto se olvida que tiene tres hijos, varios años de matrimonio y una señora recién parida en casa. Esta conveniente amnesia le permite comportarse como si al cruzar el umbral de la puerta de su casa iniciara un viaje hacia una dimensión completamente distinta, en que las leyes de la física no se aplican y puede empezar una nueva vida de cero. Desde las ocho de la mañana hasta la hora en que vuelve a pasar por el misterioso umbral, este seudo soltero vive en la dimensión desconocida, donde ni siquiera las fotos de la prole que la esposa le instaló en el escritorio lo mantienen en regla.

Y mientras la señora mártir hace malabares luchando contra los indómitos hijos, él se pasea de lindo por el mundo; almorzando con mujeres que creen que la salida se trata de una cita. Los años bajo el yugo del matrimonio lo tienen bien enseñado. Galán entre galanes, es de los que de verdad dejan con el ego alto, porque sabe exactamente qué decir y con qué tono. Claro, el muy fresco tiene con quien ensayar sus rutinas: la pobre esposa, que ignora toda la vida que hay en la dimensión paralela del muy puerco.
Reconocerlo puede ser difícil, porque siempre tiene alguna excusa para salir de noche, diciéndole a la señora que hay una despedida, bienvenida, celebración de ascenso o viaje de negocios de la oficina que él no puede perderse. Acá, un par de pistas para desenmascararlos. Si se encuentra con conocidos, ¿intenta evitarlos como sea? Es decir, ¿prefiere cruzar Apoquindo a media cuadra con tal de no presentar a los amigos? Mal síntoma. ¿Se pierde durante los fines de semana, apagando el celular, y si es que se reporta suena como rehén gringo en suelo iraquí? Not quite good. Y por último, es el rey de los imprevistos.


2. Sin familia

Ejemplar que primero conquista con gran éxito al entorno y luego se lanza a intentarlo con la pretendida, poniéndole bastante menos empeño. Porque claro, nada que pueda dejar más feliz a una suegra potencial que ser tratada más allá de la poca atención con que se hace un trámite cuatrimestral. Un claro síntoma de estos desarraigados es que a la segunda cita con la soltera en cuestión ya se saben el nombre de todos los miembros de la familia ajena y preguntan por sus logros semanales con más interés que el que una nunca tendrá por los parientes. Ejemplo: "¿cómo le fue finalmente a tu sobrina en el acto del jardín?".

Se ha observado que este espécimen sale de cacería de novia nueva cuando ven que se acercan fechas significativas, como Navidad, Año Nuevo, Fiestas Patrias o Semana Santa. Porque claro, qué mejor que conquistar una soltera una semana antes de las grandes fiestas familiares y así asegurarse la asistencia a alguna reunión aclanada para esos días. Generalmente son hijos únicos o provincianos recién trasplantados a la capital, pero también se han sabido casos de seres tan detestables que fueron sometidos al ostracismo por su propia familia y terminan en una eterna búsqueda de un grupo con el cual reemplazarlo.


3. Eterno adolescente

Son los más atrayentes del circuito por varias razones. Una, su perfecta conservación contra los avances de la naturaleza a una la dejan convencida que se trata del Dorian Gray del nuestra época. O bien, que es un sujeto que tiene acceso a una carga genética que puede ser muy atractiva de heredar a futuros hijos compartidos, o finalmente, que sabe bien todo lo que se refiere al cuidado de la piel. Lo malo de esta excelente conservación es que algunas se aterran ante la posibilidad que al salir juntos en público, alguien asuma que él es menor y una se está aprovechando de sus núbiles encantos como si el pobre fuese un boy toy.

Una vez superada la primera impresión que causa su juvenil look, una se entera del lado negativo del sujeto: o es universitario de 30 que todavía busca su vocación y necesita ser permanentemente subsidiado, o bien, se trata de un hombre bien colocado en el mercado, que sigue pensando que la vida es una eterna pichanga, porque para él así lo es: vive jugando en cuanta liga se le cruza, y sus amigotes siguen siendo lo primero en su lista de prioridades. Aunque esos amigotes tengan varios años menos de vida, porque los de su generación ya sentaron cabeza y lo encuentran un poco patético.

El problema es que una intenta finalizarle la adolescencia a como dé lugar y eso no se logra mucho. Ya lo intentaron sin éxito los padres, los hermanos y alguna ex novia que también se creyó iluminada. Cuando es la tercera vez que cae a Dicom porque se le olvida anotar los cheques o lo llevan preso por manejar curado con una ahí presente, es el momento de salir arrancando.


4. Trabajólico

Esta es una historia triste. Se trata de un hombre que en sus años universitarios era la gran promesa de su generación. El mejor alumno, el que hizo más ayudantías, el que recibió ofertas de práctica antes que los otros terminaran de dar las primeras pruebas solemnes. Vedette absoluta de su facultad, se enfrenta a la dura realidad que una vez en el mercado laboral las cosas no se mueven por leyes ni remotamente parecidas a las de la universidad. ¿Resultado? No se consolidó en el trabajo antes de los 30, así que como los años del lucimiento personal como "joven promesa" ya se le acabaron, ahora la idea es asegurarse con un buen puesto como sea.

Se les reconoce porque sus conversaciones giran en torno al trabajo con tono amargado. No habla de su pega para explicar su mundo y sus intereses, sino que pueden dar monólogos de más de una hora explicando cómo todo el mundo les ha ganado con malas artes y que si él se decidiera a contar la verdad, no quedaría títere con cabeza (o empresa con ejecutivo joven). Porque él ha visto de cerca el lado oscuro de la fuerza. Y así, si una logra pasar su amargura - tan profunda como la de Óscar Andrade en "Rojo Vip"- se topa con la realidad que en su vida no hay tiempo para nadie. Sólo para su trabajo y su loca carrera por alcanzar al resto. Sábados, domingos y festivos tienen una ocupación evidente en su agenda: trabajar. Y si es que por esas casualidades de la vida comienza a galantear a una soltera, es con fines utilitarios: nadie avanza en el mundo corporativo con una mujer del brazo.


5. Bolocco

Tal como la reina de belleza que no halla su lugar en la actual tevé, este soltero circula poniendo todo de su parte para sintonizar con el mundo que lo rodea, pero sin hacer lo más básico de todo: asumir que no siempre todo tiempo pasado fue mejor. Dícese del hombre que no sabe en qué está Chile en estos días. De tan ochentero que es, llega a estar a la moda. El problema con él es que no sale a los bares porque ya no tocan ni los Enanitos Verdes ni Milli Vanilli. Le duele circular por Apoquindo, porque ya no existe ni el Pollo Stop ni el sobrevalorado Bowling, y se deprime hasta decir basta cada vez que comprueba en carne propia que el Apumanque se convirtió en un simple centro de servicios que se niega a morir. Muchas veces este hombre estuvo congelado en el tiempo por una mala ruptura y puede que haya pasado años estancado en la fase del ermitaño. O simplemente, fue el rey de la Gente, del Cordillera y de las pistas de patinaje de Vitacura.

Si una está dispuesta a tener una relación que se limita a salir a bailar una vez a a la semana donde la nostalgia esté reinando, éste es el hombre. El problema es qué se hace los otros días de la semana. Si una se lo encuentra de frente, lo mejor es escapar. O en pocas semanas una termina usando polainas y ensayando los pasos de Flashdance.


6. Alternativo

A los veintitantos era guapo deseado por muchas, por su aura de artista incomprendido. A los treinta y algo siempre está a punto de ser descubierto. Pero una ya está más pilla que antes y ya comprende que impresiona con su pose hasta que una se da cuenta de que la incomprensión radica en su evidente falta de talento. Pela a Sergio Lagos alegando que él carreteó con el señor reality cuando no era nadie, y ahora "Sergio se vendió", cuando la realidad de las cosas es que frente al espejo del baño hasta ensaya cómo protagonizaría él los comerciales de cierta multitienda.

Todos los triunfos artísticos ajenos se los toma como una derrota personal. Todavía está esperando que le salga un Fondart - "aunque son súper arreglados y no está dispuesto a transar y caer en las redes de corrupción que él cree ver en estos premios"- , o que alguna editorial se atreva con su libro de poemas.

Hay dos variaciones: el que se lo toma en serio y el chanta que vende la pomada para enamorar ilusas que se meten a su cama convencidas que serán la musa inspiradora de la gran revelación literaria que se viene. Son una pesadilla, porque manejan el don de la palabra.


7. Ermitaño

Hombre al que alguna mala mujer - o una buena mujer en un mal momento- le destrozó el corazón y ahora se recluye a pasar las penas en su departamento, solo, acompañado por las hamburguesas de Mc Donalds y el siempre variado repertorio culinario del Menú Express.

No le pide mucho a la vida: una tele con control remoto y un sistema de cable que tenga el canal del fútbol para seguir esta tan poco apasionante teleserie que es el campeonato nacional. OK, y también tiene Playboy - después de todo, las compañías de cable ya hacen una promoción por las dos señales- .

Aterrado ante la posibilidad de volver a salir dañado, prefiere hibernar en sus dominios, esperando que su próxima novia llegue a su vida y lo reintegre a la sociedad.

Generalmente uno se lo cruza en una cita a ciegas arreglada por uno de los pocos amigos que le van quedando, y claro, en el papel suena excelente. Hasta que en la cita misma, el sujeto tiene cara de estar muriendo de ganas de volver a su confortable nidito donde nadie lo molesta ni lo contradice.

Tiene ganas de encontrar a alguien, pero está acostumbrándose peligrosamente a la soledad. Es educado en la cita, pero una ya tiene claro que no va a volver a llamar. A menos que se le pierda el control remoto y necesite ayuda para encontrarlo.
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