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¿Transforma o deforma?

Que las gimnastas tienen cuerpo de niña, que las nadadoras son planas y de espaldas anchas, que las lanzadoras de bala tienen fuerza de hombres. En el deporte hay muchas creencias, pero ¿son ciertas?

27 de Enero de 2006 | 14:54 |
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"El entrenamiento te destruye. Todas mis dolencias se deben al entrenamiento. Definitivamente el deporte de alto rendimiento no es sano". La frase corresponde a Marianne Berndt, maximarquista chilena de la bala y kinesióloga de profesión.
Que no se entienda mal: el deporte es saludable. No hay discusión al respecto. Sin embargo, actividad física, deporte formativo, recreativo y alto rendimiento son conceptos distintos. Quizás por eso es que algunos tienden a confundirse y en esa confusión surgen los mitos y los prejuicios.

"Que los niños que hacen pesas quedarán chicos es falso, también lo es que determinados deportes masculinizan a las mujeres. El entrenamiento te entrega un estado momentáneo de forma, que se pierde en tanto no lo mantengas", afirma Carlos Cardemil, entrenador y master en educación física y salud. El deporte, dice, requiere un biotipo: "Obviamente los bajos y de palancas más cortas tienen una ventaja mecánica para levantar peso o les resulta más fácil girar. Pero lo que está genéticamente determinado no cambia con el ejercicio", explica.

El doctor Luis Maya es más explícito: "La forma física está determinada por un componente genético, por lo que uno hace deportivamente y por lo que come. Esas tres cosas influyen en la estructura corporal de cualquier persona", dice.

El deporte, según los expertos, actúa dependiendo del nivel en el que se realiza. Esos cuerpos musculosos que pueden ser hasta estéticamente raros o esas figuras que se suelen admirar o denostar en los Juegos Olímpicos no responden al biotipo normal.

"Con actividad física y alimentación puedes formar un cuerpo, pero cuando te ayudas con cosas exógenas, como las hormonas o con los esteroides anabólicos para ir aún más lejos, puedes lograr cambios tremendamente significativos. Pero eso cae en otra categoría", explica Maya.

Generalmente, en las disciplinas de fuerza hay más manipulación para aumentar la masa muscular y acelerar la recuperación. Y cuando se trata de obtener resultados, los rumores abundan y traspasan todos los límites. En la gimnasia se ha especulado, incluso, que las grandes potencias manipulaban el desarrollo corporal. ¿Cómo? "Cerrando los cartílagos de crecimiento para conservar sus habilidades y destrezas", explica Maya.
Hay más ejemplos. Los entrenadores de ciclismo revelan que las mujeres se motivan más con la ruta, porque pierden mucha grasa y no hay transformación física. Las velocistas, en cambio, necesitan desarrollar masa muscular, lo que provoca cambios físicos más notorios.
"Cuando una mujer tiene músculos, obviamente se parece más al hombre. Depende cómo se mire. Lo que quizás puede perder es la sensualidad, porque determinados deportes requieren movimientos más rígidos o estereotipados, pero no por el ejercicio en sí", retoma Cardemil.

Si aún persisten las dudas, el doctor Maya aclara el punto con un ejemplo: "La aspirina es buena para el dolor de cabeza, pero si te tomas 100 aspirinas probablemente te dará una hemorragia digestiva con evidente peligro de muerte. Eso es un poco lo que ocurre con el alto rendimiento. La actividad física debe ser indicada igual que un fármaco, de manera muy específica para cada individuo".


Gimnastas con cuerpos de niña

"Prueba entrenar seis meses básquetbol a ver si creces hasta dos metros". Así responde Carolina Alarcón cada vez que le preguntan si la gimnasia deja chicas a las deportistas.
La seleccionada nacional sabe que ese es el gran mito que envuelve a la disciplina: "Si eres alto puedes destacar en básquetbol. Lo mismo ocurre en gimnasia. Si eres baja te es más fácil y puedes llegar lejos. Por eso las campeonas del mundo y olímpicas suelen ser pequeñas", agrega.

De idéntica manera piensa la entrenadora nacional, Isabel Lazo. "Por descartes se quedan las niñas que tienen palancas cortas, porque tienen más facilidades". Lo que no impide que algunas sobre el metro sesenta de estatura igual destaquen. "La primera vez que ví a Ashley Miles (1.73 mts.) pensé que no tenía nada que hacer. Y era espectacular, de nivel mundial", reconoce.

El tema alimenticio y de retraso del desarrollo también ronda a la gimnasia.
"Tienes una dieta especial. Pero es en el alto rendimiento, cuando entrenan ocho horas diarias, cuando surgen los problemas", aclara Alarcón.

"Ese mito lo rompió EE.UU.", contradice Lazo. "En una primera etapa, ellos exigían mantener pesos muy bajos. Hubo mucha anorexia y empezaron a tener demandas de los padres. Hoy, en el equipo de USA no hay flacas escuálidas".


La fuerza de las lanzadoras

"Siempre a las gorditas las mandan a bala. A una niña con un cuerpo normal no se le ocurre ser lanzadora. Le da miedo. Pero a nivel mundial hay de todo: desde modelos a verdaderos monstruos. Yo tenía los mismos prejuicios, pero estoy feliz y mi físico me gusta cada vez más", dice Natalia Duco, la atleta de 15 años que tiene el récord nacional de menores en el lanzamiento de la bala.
Mucho antes que ella, Marianne Berndt, campeona nacional adulta de la disciplina, conoció los prejuicios. "Eso de que las gorditas son buenas lanzadoras es un mito", aclara con la misma tranquilidad con la que asume los costos del alto rendimiento. "Si uno hace pesas provoca grandes cambios. Pero depende del entrenamiento y los logros a los que aspires. Es la elección que uno hace. El cuerpo cambia, pero es transitorio. Si dejas de entrenar vuelves a la normalidad", explica.

Su entrenador la respalda: "Eso ocurre en algunos períodos del entrenamiento. Y más en el alto rendimiento. Pero también hay un tema genético. El lanzador reúne características como largo de brazo, ancho de hombros, estatura, etc... Hay que pensar que el lanzador utiliza su peso para aplicárselo al implemento. Creer que las niñas se van a transformar en monstruos porque lanzan bala o disco es falta de conocimiento y cultura deportiva. Es como decir que las pesas dejan chicas a las personas. Pero bueno, en Chile hay gente que no sabe cuánto son 100 metros", dice Marcelo Álvarez.


¿Espaldas grandes? Tonterías

La medallista panamericana de natación Kristel Köbrich no concuerda para nada con los mitos en torno a la practica deportiva de esta disciplina.

"No sé si hoy crecen tanto las mujeres. No es muy común ver nadadoras grandes", dice, aunque reconoce que a nivel mundial sí hay especialistas con cuerpos muy desarrollados. Ejemplo: las chinas. Pero, insiste, esa no es la norma.

"Me parece que en esos casos hay un factor externo o simplemente genético. Creer que todas las mujeres que nadan se van a desarrollar así es una tontera, pues la natación es un deporte completo. No sólo usas la espalda y los hombros, también los abdominales, las piernas, todo...

"Si algunos padres temen eso, que averiguen y descubrirán que no es cierto. El alto rendimiento es distinto, porque lo haces más constante y recibes una carga superior de entrenamiento. Pero francamente no comparto que dejes de hacer lo que te gusta por los cambios fisológicos que el ejercicio te puede provocar.

Todo deportista crece muscularmente, es obvio", dice la eximia nadadora nacional.

Todas las personas son distintas. Y el tema genético es importante. Carlos Cardemil lo refrenda: "La masa muscular o grasa corporal pueden variar, pero las clavículas no crecen". El doctor Maya liquida diciendo que "tienes que nadar, competir y entrenar muchas horas para que el cuerpo cambie. No ocurre en una persona que nada habitualmente".
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