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Una vida como jefa de prensa nada de glamorosa

06 de Enero de 2006 | 19:13 |
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Estudió Periodismo en la Universidad de Chile, pero antes estuvo un año en Derecho en la Católica. No terminó esa carrera porque, dice, no tenía personalidad para estar en esa universidad y menos en 1983. “Me salí con la sensación de que no me podía meter en ese esquema tan rígido”, afirma.

Como su sueño era conquistar la democracia y la verdad, ingresó a la escuela en tiempos difíciles de la dictadura. Tenía claro que no quería ser reportera, si no más bien, lo que quería era buscar un espacio para expresarse y desarrollar, o sea, poder emitir opinión.

“Periodismo era más como soy yo, más dispersa, con muchos intereses”, asegura entre risas.

Chica de armas tomar, en segundo año se puso a trabajar para costearse su decisión de independizarse y vivir sola. “Me puse a trabajar en la radio Cooperativa y era el goma del goma; no sabía escribir y partí copiando cables. Había gente maravillosa que me enseñó, además fue súper sacrificado porque trabaja en las tardes y sábado y domingo”, cuenta.

Como eso no le alcanzaba “pituteaba” en las revistas de Banmédica, Sigdo-Koppers y hacía una en Copec que inventaba, escribía y publicada. “Entre todas esas pegas juntaba la mínima plata para vivir; de hecho un amigo me prestaba para pagar el arriendo, pero demuestra que uno saca recursos… las necesidades van generando las capacidades”.

Su compromiso hizo imposible que se restara a lo que estaba en juego el ´88. Ese año se empleó tiempo completo en la radio y se involucró en el Comando del No. Y aunque se involucró hasta la médula, asegura que siempre lo hizo en el plano pacifista.

“Era buena para las protestas, pero nunca una piedra”, aclara.

No es de las que se pavonea con los títulos por lo que le da risa que se le comente que fue la primera jefa de prensa de la Presidencia en democracia. La califica de una experiencia bonita que se dio por una casualidad.

Si bien es hija del dirigente DC Belisario Velasco, Patricio Aylwin la ubicó recién ahí, porque la Cooperativa la instaló de punto fijo en su casa los meses previos al traspaso del mando.

“Es ser un attachè (enlace), palabra en francés que ni cachaba. Llegué a La Moneda y con 25 años quedé al mando de 24 personas (secretaria, gente de prensa, fotógrafo, juniors, audio, producción, camarógrafos). Eran todas personas que venían del gobierno militar y ven entrar a una pájara rubia (se ríe)… mira, se llevaron todo, no había ni un computador”, recuerda.

-¿Y cómo fue eso?
“Tuvimos una muy buena relación. No se podían echar, pero Carlos Bascuñán (yerno y jefe de gabinete del ex Presidente) trasladó a un grupo de ellos a la Segob.
“Al entrar dije yo no soy importante, no me creo importante, estoy sirviendo un rol para que los periodistas puedan relacionarse con el Presidente y creo que tuve un exitoso desempeño. Tengo muy buenos recuerdo de mi relación con la prensa”.

-¿Fue agotador? Hay viajes, visitas.
“Aylwin viajó mucho. Era atroz, yo miraba la agenda de viaje y decía no por favor, tengo una guagüita (en ese cargo nació su primer hijo). Tenía que dejar a Lucas por 14 días, tenía que hacer las avanzadas para preparar los viajes, volvía y después iba en la gira.
“Fue muy pesado, conocimos Chile de Arica a la Antártica, en los pueblos más recónditos”.

-Poco de glamour.
“Nada glamoroso. Me pasaron cosas bien especiales, estuve en la misma mesa sentada con Yeltsin y en el closet de Major, en 10 Down Street; (larga una carcajada) nos invitaron, como grupo de apoyo, pero no teníamos mesa y nos hicieron pasar a una sala que era, de verdad, el guardarropía. Estuvimos todos de frac y vestido largo, esperando y nos reímos muchos meses de eso”.

A Extend se incorporó después de dejar La Moneda, en marzo de 1994. Su hermana Marilú se instaló sola el año 1991, luego de quedar espantada con el tipo de comunicados de prensa que enviaban las empresas a los medios.

Al mismo tiempo que Pilar se sumó Marcelo Trivelli -quien abandonó la empresa para asumir de intendente hace algunos años- y luego la otra Velasco, Ana María.

-¿Le dieron el palo al gato?
“Sí, como que la única que estaba el la Gloria Stanley que siempre ha sido chica porque trabaja con muy pocos clientes. Hemos crecido al 20% en los últimos años”.

-¿No debe ser fácil tener esta empresa porque no faltan las críticas?
“Mira, me han criticado toda mi vida, desde chica, por razones justas o injustas. De verdad, uno las escucha poco, imagínate cuando te critican tus pares…”

-Pero conoces esas críticas: que son hijas de un jerarca de la DC, que son poco consecuentes porque lucharon contra Pinochet y hoy trabajan para los empresarios de derecha.
“Sí, pero las empresas son las empresas de mi país y los productos son los que consumo. No entiendo porqué uno va a tener que cifrar su vida en torno a una polaridad entre la derecha o la Concertación.
“Tengo clientes súper inteligentes, muy de derecha, que les da lo mismo si soy de la Concertación. Siendo muy lavinistas me dicen Pilar, me da lo mismo que votís o no Bachelet”.

-¿Duele más la crítica cuando viene del mismo lado? ¿Cuándo les dicen que se acomodaron?
“No me duele nada. Me duele pelearme con una persona, me duele si agredo a alguien o si un cliente está insatisfecho. Me importan los afectos. Si nos acomodamos o no nos acodamos… estoy híper orgullosa de la relación que tengo con gente de derecha y que ha sido muy respetuosa. El presidente del directorio de Extend es Juan Antonio Guzmán, ministro de Educación cuando yo luchaba contra la dictadura”.

-¿Ser hija de Belisario Velasco fue una ayuda o una dificultad?
“A esta altura, a los 41 años, ser hija de Belisario es un patrimonio maravilloso; de mi papá aprendí cosas como la ética, cierta incorruptibilidad, nadie puede decir que mi padre ha sido deshonesto. Es un legado moral tan potente…
“Me ha cerrado puerta cuando algún cliente ha estado peleado con mi papá, pero me da lo mismo. Va a ser por eso o por otra cosa. Desde que mi papá no está en el Gobierno nos ha ido mejor, definitivamente”.

-¿Ha sido una exigencia demostrar que se es lo que se es no por Belisario?
“No, la exigencia ha sido por ser mujer. Toda la vida ha sido así. A lo mejor en los medios de comunicación está legitimado las mujeres periodistas, pero no en el mundo empresarial, donde una mujer pueda estar de igual a igual con un gerente.
“Por ser hija… demostrar que somos lo que somos lo tengo superado. Trabajo hace 22 años, demasiado tiempo.
“El prejuicio con nosotros va más por la envidia, es si seremos elitistas, y para nada; no hay una empresa con mejor clima interno que ésta”.

Nuevamente se adelanta: “En La Moneda sí que me pelaron feo, feo, y ahí sí que me dolió, ahí sufrí, ahí sentí el odio, la envidia, la rabia, la mala intención, la liviandad con que se levantaban cosas decían cosas de mí como que tenía cuatro amantes al mismo tiempo, pero a estas alturas, ya …” (hace un gesto con la mano de despejar algo)

-¿Qué pasó con tu veta política? Más de alguna ves te habrán pedido que seas candidata a algo por la DC.
“Nunca tuve, me carga. Y no me han pedido asumir cargos… debe ser porque nunca he explicitado un interés”.

-¿Y por qué? Por el alto costo que has visto se paga.
“Me gusta mucho mi vida privada; no mantenerla privada, si no que hacer cosas en mi casa, tener el tiempo”.