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“Planchar me empelota”

16 de Enero de 2006 | 18:28 |
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Cuando Ignacio Valenzuela habla sobre su vida privada, cuesta sacarle cada palabra. Él mismo advierte que se pone monosilábico. Se nota incómodo. No sólo se vuelven más cortas y escasas las palabras, además su voz se pone cada vez más grave y su volumen disminuye, como si no le quedara otra opción que ocultarse tras declaraciones ininteligibles.

-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
“¿Qué es tiempo libre? (se ríe). Me gusta salir a partes nuevas, a comer; hacer algún deporte cuando puedo; pero no tengo un hobby en especial”.

-¿Qué te gusta comer?
“Los mariscos me gustan muchísimo”.

-¿Y te gusta viajar en Chile o el extranjero?
“De todo, viajar para mí es lo máximo, sea por trabajo o no. Si me dicen que tengo que ir a Putre, feliz de ir a Putre. Me encanta viajar, me da lo mismo que sea en tren, en avión, en bus. Me gusta la experiencia. De hecho, siempre quise conocer todo Chile y hasta el momento he logrado conocer todas las regiones”.

-¿Vas a hoteles o mochileando?
“Ahora, más a hoteles. Pero salí a mochilear dos veces. Fui a la carretera austral con siete amigos, un viaje espectacular. A Chiloé igual fui a mochilear. Y a otras partes a recorrer parques nacionales como Huerquehue. Afuera igual he ido; cuando puedo, sea por vacaciones o por trabajo o por fútbol cuando era chico”.

Pero el entusiasmo que muestra al hablar de viajes, se esfuma cuando le toca referirse a la música. Su pentagrama de preferencias se mantiene en un silencio sostenido. Luego aclara: “No tengo como grupo favoritos. Nunca me compré un CD o un cassette, sino lo que está sonando”.

Tras esa breve interrupción, regresa al silencio, hasta que un nombre salta de su boca : ‘Tears for Fears’. De nuevo se retrae buscando en su archivo interno algún interés perdido y lo encuentra “también me gusta la música antigua”. Eso sí, no salen fácilmente los nombres que para él entran en esa categoría. Sinatra sí, a Ella Fitzgerald ni siquiera la conoce. Para Valenzuela, antiguo es Adamo y Rafael, aunque aclara que no es cebolla.

Además de no preocuparse mucho por lo que penetra sus oídos, Ignacio tampoco se esfuerza porque algo melódico salga de sus labios: nunca ha cantado serenatas de amor. A pesar de eso, sí se considera romántico… ¡regala flores!, pero la novia que tiene hace seis años no recibe poemas, porque a él no le gusta escribir.

¿Te consideras guapo?
“Me encontraré simpático de cara”.

-¿El cine, te gusta?
“Me gusta, pero no fanático. Me gustan las películas de suspenso”.

-¿Alguna favorita?
“Sí, ‘Los Siete Pecados Capitales’ es mi película de culto”.

-¿Por qué?
“No sé, me gustan las de asesinos en serie, que te tengan aterrado”.

-¿Hay un lado psicópata dentro de Ignacio Valenzuela?
“No, no, pero me gustan las de… a ver, si voy al cine a ver una comedia, me gusta reírme, quiero que me deje algo. Si es de misterios, quiero asustarme”.

-¿Te gusta que te provoquen emociones?
“Claro, pero de suspenso. Tipo ‘El Coleccionista de Huesos’ y ‘El Silencio de los Inocentes’… ¡gran película!”

-¿Lees, te gusta leer?
“Poco, me gusta más como hechos reales. El último libro que leí fue la historia de los uruguayos que se cayeron en la cordillera. García Márquez me gusta”.

-¿Te gusta como periodista o cómo escritor?
“Como escritor”.

-¿Vicio privado?
“Mmmmm.... no tengo muchos vicios”.

Pero aunque no contesta a la pregunta, antes ya había confesado esos gustillos que martillan su conciencia: “Placeres culpables como Rocky. Yo creo que ‘Rocky IV’ la he visto fácilmente 20, 25 veces. ‘Tiburón’ igual, que, de chico, es una película clásica que me encanta. No sé weón, me gustan… ¡placeres culpables, no más!”

-¿A qué le tienes miedo?
“A los espacios cerrados, no me gustan; los ascensores me cargan, si puedo subir por la escalera, subo por la escalera”.

-¿Te quedaste encerrado alguna vez?
“Sí, pero poquito” (con voz de terror agrega otro de los lugares que le asustan). La maleta de los autos. Pero hablando cuestiones más… le tengo miedo a las enfermedades, me da lata que a la gente que quiero de repente le pase algo. Eso me da lata”.

-¿Cómo te llevas con las tareas hogareñas, tienes nana?
“Ahora no, pero tuve nana. Soy desordenado dentro de mi desorden. Eso sí, hay cuestiones que no paso. Un plato sucio en una mesa, no; tiene que estar lavado o por último lo guardo en la cocina y cierro la puerta”.

-¿Pero hacer el aseo te gusta?
“No me gusta, pero cocina y baño los hago siempre, trato de que estén limpios. No, no; están limpios. El baño sobre todo, el espejo, la tina. Lo que me cuesta es la terraza, eso está sucio, pero ya es batalla perdida. Y con la ropa también soy un caso, plancharla me empelota. Además, como soy desordenado, está arrugada, no la plancho toda y cuando necesito ropa la saco y la plancho”.

-Debe ser un caos tu departamento.
“No, ahora no. Hubo un tiempo que era un desorden eterno, entonces dije qué lata. Pero nunca ha sido de entrar pidiendo permiso. Si la hasta la ropa la tengo en unos canastitos”.


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