Patologías del embarazo y parto: Con la disminución de la natalidad y el avance médico, la mortalidad materna se ha reducido a cerca de 50 muertes anuales. Sus causas más comunes son: problemas derivados del aborto, principalmente provocado, con 22,5 % del total; hipertensión arterial (preeclampsia) con el 20 %; hemorragias previas, durante y después del parto, debido a problemas placentarios, y complicaciones surgidas durante la cesárea u otro problema quirúrgico, con el 10%.
Prevención y tratamiento: Confirmado el embarazo, deben comenzar los controles médicos. Esto permitirá diagnosticar y tratar oportunamente cualquier problema que se vaya presentando.
Aborto espontáneo: El 15% de los embarazos se pierde en los primeros 3 meses y más del 80 % de ellos tiene que ver con defectos genéticos en el huevo producto del azar. Si se produce en el segundo trimestre, puede obedecer a defectos anatómicos del útero.
Prevención y tratamiento: En el primer caso no es posible prevenir. En el segundo, es necesario una investigación de parte del ginecólogo a fin de evitar casos futuros.
Miomas: A los 35 años el 35% de las mujeres tiene estas alteraciones benignas en el útero. A los 40, son la mitad.
Prevención y tratamiento: No se pueden prevenir, pero sí operar. Cuando crecen al tamaño de tres meses de embarazo o duelen y sangran, deben ser extirpados.
Cáncer cérvico-uterino: Aunque hoy su mortalidad se ha reducido a 8 mujeres por cien mil, estas muertes impactan porque ocurren entre los 35 y 45 años. Este cáncer está relacionado con el virus papiloma humano que el organismo no fue capaz de eliminar y que con el tiempo va alterando las células del cuello uterino.
Prevención y tratamiento: Toda mujer que inicia su vida sexual debe someterse a un Papanicolau una vez al año. Muchas se descuidan; más del 50% de quienes se enferman no tienen su examen al día.
Cálculos en la vesícula: Las chilenas tienen el récord en el mundo, lo que se asocia a sus genes mapuches. Se forman tres veces más en las mujeres que en los hombres y afectan al 30% de la población femenina, porcentaje que se eleva al 50% después de los 50 años. Muchas veces pasan inadvertidos. O producen dolores en la parte alta del abdomen que obligan a consultar de emergencia. Se detectan con una ecografía abdominal y siempre deben extraerse junto con la vesícula, lo que previene a futuro un cáncer. Esta operación es la causa más frecuente de hospitalizaciones quirúrgicas en el país después del parto, en todos los grupos etarios.
Prevención y tratamiento: Se ha visto que los cálculos tienen una relación con la obesidad. Comer en forma regular, empezando con un buen desayuno, disminuiría este trastorno, ya que obliga a la vesícula a vaciar constantemente su bilis. También ayuda el ejercicio regular.
Cáncer gástrico: Un poco más frecuente que el de mama, constituye la segunda causa de muerte por tumores malignos en la mujer. En general avisa dando síntomas como dolores ulcerosos o molestias gástricas.
Prevención y tratamiento: El mejor pronóstico es el incipiente, cuando compromete las primeras capas del estómago y puede ser visualizado con endoscopia. Diagnosticado y tratado en esta etapa tiene más del 90% de posibilidades de sobrevivencia a largo plazo.
Depresión mayor monopolar: Junto con los trastornos ansiosos, es la patología del ánimo más prevalente en la adultez femenina. Su prevalencia es del 15% y afecta tres veces más a las mujeres incluyendo las del embarazo y posparto. Sus síntomas cardinales son la tristeza, y/o anedonia (dificultad para disfrutar). Sobre este panorama aparecen trastornos del sueño, alteración del apetito, sentimientos de minusvalía, de muerte, culpa y alteraciones de la memoria y concentración. Es un cuadro provocado por problemas genéticos hereditarios, cambios vitales, eventos biográficos intensos y estrés crónico. Antes era clásicamente una enfermedad del climaterio y la vejez: ahora no sólo afecta en la tercera o cuarta década, sino a las adolescentes. Es recurrente en la mitad de los casos.
Prevención y tratamiento: Psicoterapia y medicamentos.
Cuadros ansiosos: Son tres veces más frecuente en las mujeres. Entre ellos están el estrés postraumático (angustia extrema a partir de un hecho devastador), y los trastornos de angustia o de pánico, cuyo peak está entre los 20 a 25 años y entre los 30 y 35. Se presenta como crisis repentinas, con sensación de muerte. Los cuadros ansiosos incluyen las fobias específicas y la fobia social o temor al ridículo.
Prevención y tratamiento: Psicoterapia y medicamentos.
Cáncer de mama: Es la tercera causa de muerte por cáncer en las chilenas, después del de vesícula y gástrico, y está en aumento. Suele aparecer después de los 40 o 50 años y el riesgo crece con la edad. Es más frecuente en madres de pocos hijos, en las que no amamantaron, las con antecedentes familiares y las obesas.
Prevención y tratamiento: Hay que pesquisarlo precozmente. Se logra con una mamografía anual a partir de los 40 años. Pero la primera debe realizarse a los 35. Permite detectarlo en forma tan temprana que tiene altas posibilidades de curación total.
Enfermedades de la tiroides: Son mucho más frecuentes en las mujeres que en los hombres. Pueden deberse a una hiperfunción de la tiroides (hipertiroidismo), con síntomas de hiperactividad y sudoración o cuando deja de funcionar (hipotiroidismo), con síntomas como desánimo, frío y alza de peso. El otro trastorno es el crecimiento de esta glándula (bocio). Si aumenta de tamaño, por lo general lo hace en forma nodular. Hay estudios que dicen que entre el 30% y 50% de las mujeres tiene nódulos.
Prevención y tratamiento: El hiper e hipotiroidismo se tratan con medicamentos. Cuando la ecografía detecta nódulos (hasta de milímetros) hay que descartar si son benignos o malignos. En el primer caso, habitualmente se recetan medicamentos. En el segundo, muchas veces hay que operar y tratar con yodo radioactivo. El pronóstico en general es bueno.
Enfermedades en la adolescencia
Enfermedades de la adultez mayor