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“Me encantaría tener como una especie de menú para la solidaridad”

La directora de Asuntos Socioculturales de la Presidencia detalla los desafíos que tienen las ocho fundaciones que dependen de ella y apunta al hecho de que cada una sea una opción atractiva para que el ciudadano común y corriente muestre deseos de apoyar y lo haga.

01 de Junio de 2006 | 09:16 |
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Las bromas sobre su nuevo rol de seudo Primera Dama la distrajeron sólo pocos días y apenas estuvo instalada en su oficina, en el segundo piso de La Moneda, se concentró rápidamente en el quehacer de su nuevo cargo: directora del área sociocultural de la Presidencia.

Sí, porque Adriana Delpiano no ha perdido un minuto en ponerse al día con las ocho fundaciones que dependen ahora de ella y que en los gobiernos de la Concertación han estado bajo la tutela de las esposas de los Primer Mandatarios.

Se la ve extremadamente entusiasmada y sólo se tensa un poco, precisamente, cuando se le hace alusión a los chistes que renombran el cargo como “Primer Damo”, un juego de palabras que hace referencia a la temática de género e igualdad de oportunidades para la mujer.

-Claramente, te haces cargo de la labor en la fundaciones de una Primera Dama, pero no los temas protocolares.
“Exactamente, lo protocolar -me imagino- que cuando llegue el momento, como quién se hace cargo de Primeras Damas en visita, con programas y actividades, será resuelto entre el gabinete y Cancillería. Si eventualmente hay que dar un apoyo desde acá, lo vamos a dar, pero no está previsto que yo cumpla esa función”.

-¿A qué quedó restringida tu labor?
“La primera es a la coordinación de las fundaciones, y la otra es hacerse cargo de la labor social que tenían tanto el gabinete del Presidente como de la Primera Dama”.

-Te refieres a dar respuestas a las miles de cartas y peticiones que llegan a La Moneda o se reciben en los actos del Presidente.
“Si, es la atención y respuesta a eso. La idea es ser eficiente en los puntos de entrada de esas demandas y para eso hay un equipo de asistentes sociales y secretarias que se encargan de esto, pero no se trata de que la gente venga al palacio. La idea es que la gente no se salte su municipalidad, los servicios públicos especializados”.

-¿Se justifica que sigan existiendo estas fundaciones al alero de lo que se entiende Primera Dama o Presidencia?
“Mira, no sé si se justifican ahora o si se justificaban antes, para decirlo derechamente. Las fundaciones tienen muchas gracias y no sé de donde debieran colgar, pero la distancia que hay entre un ministro y una fundación es súper grande. La gracia de las fundaciones es que son una articulación con el mundo privado muy importante, y por alguna razón, el mundo privado prefiere aportar y apoyar fundaciones que están ligadas a la Presidencia y no con los ministerios. Hay un tema de cercanía con la estructura presidencial que puede ser un plus para las fundaciones”.

-Sí, porque Integra podría depender de Educación y Prodemu del Sernam.
“Ese es un tema que habrá que evaluar en su minuto; ver cuáles son los pro y los contra de eso. Desde es un punto de vista de orden formal, te diría que sí, porque cada fundación recibe hoy sus recursos desde los ministerios sectoriales, cuando antes eran directamente desde el Ministerio del Interior.
“El tema es ver cuál es la ventaja y cuál puede ser la limitación de tener estas fundaciones en los ministerios sectoriales. Es algo que tendremos que ver más adelante, es un tema que hay que definir.
“Yo aspiro a una mayor coordinación y ya tengo agendadas reuniones con los ministros de Educación, Sernam y Cultura, que son los que derivan los presupuestos, pero uno de los objetivos de que existan estas fundaciones es su flexibilidad y cercanía con el mundo privado de manera que puedan allegar aportes y energía. Y no sé si se logre igual desde un ministerio específico que tiene una estructura más pesada”.

-La señora Luisa Durán reconoció que la llegada al mundo privado era muy distinta cuando la llamada era de la Primera Dama.
“Bueno, aquí no va a ser la Primera Dama la que llame, va a ser en nombre de la Presidenta de la República y eso es muy distinto”.

Quizás previendo lo que se venía, Luisa Durán de Lagos promovió la reforma de los estatutos de las ocho fundaciones que estaban a su cargo: Integra, Prodemu, Fundación de la Familia, Tiempos Nuevos con su Museo Interactivo Mirador (MIM), Artesanías de Chile, el Centro Cultural Matucana 100, la Corporación de Orquestas Juveniles e Infantiles y Todo Chile Enter. El Servicio Nacional del Adulto Mayor y la Corporación Danza de Chile ya no pertenecen al ámbito de la Presidencia.

La reforma estableció que quienes presidirán dichas fundaciones será el Presidente o Presidenta, su cónyuge o a quien se designe para tal efecto, por lo que para que Adriana Delpiano asuma no hay ninguna traba legal. “Me parece lo más progresista que hay esta mirada. Una cosa es que cuelguen desde una estructura presidencial y otra es que se obligue al cónyuge a tener un conjunto de obligaciones. Creo que éste es un paso; eso de que por ser señora del Presidente o el marido de la Presidenta se tenga que hacer cargo de un monto de tareas del Estado por las que no le pagan me parece bastante del pasado”, explica.

-Bueno, la señora Luisa era bien partidaria de terminar con el cargo y de facto dejó de existir, por lo menos 4 años.
“Sí, exactamente y por eso se ha creado esta dirección de Asuntos Socioculturales”.

-¿Responde un poco a la lógica de modernizar la gestión?
“Sí, tiene que ver con una modernización de tipo cultural. Esto tiene una mezcla, es una etapa de transición. Teóricamente se está más cerca de la lógica Presidenta, pero por otro lado, yo no soy la Primera Dama, no pesco el teléfono y todos corren porque soy la señora de. Esto tiene respaldo en base a lo que uno ha hecho, a los nexos que ha establecido y a la cercanía con la Presidencia”.

Adriana Delpiano está muy motivada con la cantidad de tareas por delante. Se explaya en explicar la labor que cumple la más reciente fundación creada, Todo Chile Enter, que tiene como misión reciclar computadores en buen estado que desechan el aparato estatal y las empresas privadas y que, luego de ser adecuados, se envían al programa Enlace del Mineduc. Menciona que esta labor tiene como desafíos ahora canalizar de alguna forma –quizás con la participación de las municipalidades- los computadores que dan de baja particulares y desviarlos a los jardines infantiles y a los microempresarios que no pueden optar a los precios del mercado.

También ahonda en un trabajo de mayor articulación y coordinación entre las distintas fundaciones de manera de ser más eficientes en la tarea. Plantea como ejemplo el hecho de que Integra atienda principalmente a los niños que están vinculados a la Fundación de la Familia, que es más bien pequeña. “Ahí se podría tener un impacto muchísimo mayor”, dice.

Y menciona además, la necesidad de profundizar la senda de que estas fundaciones vayan tras los objetivos país, como el MIM en el desarrollo científico-tecnológico e Integra en la cobertura universal de salas cunas.

-Más allá de las fundaciones, tiene en carpeta programas especiales como “Sonrisa de Mujer”?
“Sí, las campañas solidarias. El “Sonrisa de Mujer” vamos a ver con Prodemu como se apoya al sistema de salud en esta prestación, pero como campaña no se puede tener eternamente. Las campañas empiezan y terminan, generan la adrenalina suficiente y motivan a la gente, cosa que se pierde cuando son permanentes.
“Creo que hay otras campañas que se pueden emprender como una que se hizo brevemente con “Chile Solidario” que es “Cada niño una cama”. Es fundamental ampliar el número de camarotes, porque en esto involucra la dignidad, la salud mental y física de los niños y que hayan menos abusos. Queremos partir por los niños más pobres detectados en los programas de Integra”.

-Ustedes manejan un presupuesto, pero ¿sigue siendo una dificultad aunar más recursos?
“Nuestro presupuesto es muy poco y es un desafío conseguirlos.
“A mi me encantaría tener como una especie de menú para la solidaridad, donde una persona pueda decidir qué fundación apoyar según su deseo. O sea, si le gusta la música y cree en el impacto que hay significado en los niños, familias y pueblos, tener 202 orquestas en todo el país, entonces que pueda aportar a ese programa”.

-La descentralización fue tu tema hasta hace dos semanas. ¿Cuál es la realidad de estas fundaciones?
“Hay algunas que están en regiones y en provincias desde hace mucho tiempo como es Prodemu, que se ha convertido en una red enorme. Integra está también en todo las regiones, pero Fundación de la Familia, si bien tiene algunas casas, no tiene una cobertura tan grande como las otras.
“Hay temas que son significativos como el de Artesanías de Chile. Nosotros quizás hemos detectado una mínima parte de lo que hay, estamos trabajando con 1.700 artesanos, pero se puede hacer un trabajo de rescate de este patrimonio cultural a través de las municipalidades. Tenemos una sede en Puerto Varas, pero me abro a la posibilidad de trabajar con todos los gobiernos regionales, igual que en el caso de las Orquestas Juveniles porque ambos son programas sociales y culturales a la vez. De hecho, el MIM tiene un programa de itinerancia”.

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