"Cuando empecé a salir con mi pololo, mis amigas me decían que estaba gordo, que era pesado y creído. Les costaba aceptarlo porque no les caía bien. Hasta hoy no lo pasan", dice Matilde (25), quien prefirió persistir en su relación.
"A mí me gusta mucho cómo es, además nos queremos harto. También quiero a mis amigos, por eso los escucho. Pero la que decide finalmente soy yo".
Las opiniones de los amigos sobre una pareja nunca están de más. Pero cuando exceden los límites de la privacidad y una persona empieza a influenciarse demasiado por sus comentarios, hay que tener cuidado, porque pueden desgastar la relación, sin que haya razones de peso para ello.
"Se espera que el adulto joven tenga la capacidad de tomar decisiones autónomas. Si se deja influir mucho por el grupo de amigos, hay que reflexionar acerca de qué sucede con su independencia", dice Alejandro Reinoso, sicólogo juvenil de la Universidad Católica.
Boris Fuentes (25) terminó una relación porque consideró que su ex pareja no fue capaz nunca de establecer diferencias con sus amigos. "Duré cerca de dos años y lo pasé más mal que bien. Los amigos de mi ex eran celosos. Cuando salíamos juntos, me tiraban tallas pesadas. Trataban de dejarme en ridículo, y ella no hacía nada. Sentía que sus amigos eran muy absorbentes y como hubo mala onda desde el principio, nunca me integré (con ellos). Así que empezamos a distanciarnos hasta terminar".
Aprender a escuchar
Quien no asuma que la relación de pareja y la relación de amistad son dos cosas distintas se verá constantemente enfrentado a roces entre los amigos y la persona que quiere. Pero tampoco significa que se deba ignorar a los pares. "Es importante escuchar porque a veces las elecciones que uno hace tienen ciertas miopías y son los amigos quienes pueden advertirnos", explica Reinoso.
Angélica (27) escuchó a sus amigos, pero muy tarde. "Yo estaba agarrada de un gallo muy exitoso, era ingeniero comercial de una empresa. Era un poco soberbio, pero me gustaba. A mis amigas no. Ellas sospechaban que tenía problemas con las drogas y que era un fresco". Terminó por conocerlo realmente después de un viaje a España. "Mientras estuve afuera él quiso tener algo con una de mis amigas, con la que se encontró en un pub. De puro mal tipo; para probar hasta dónde podía llegar con ella. Pienso que como yo estaba tan agarrada nunca vi sus defectos".
Sin embargo, nunca hay que pasar por alto desde dónde viene la crítica. "A veces quien opina negativamente es alguien que siempre va a hacerlo, ya sea por celos o porque simplemente son personas que buscan el defecto en todo y en todos, por lo tanto, su opinión puede carecer de sentido", dice la sicóloga Perla Sanhueza.
Otro aspecto que hay que saber manejar es la presión que ejercen los pares. Hay que pensar bien si las elecciones que se toman tienen relación con algo que queremos hacer por opción propia o por imposición del grupo de amistades.
De ahí que sea importante la toma de decisiones frente a esas presiones. "Si bien el grupo de referencia es fuerte y sus opiniones son avasalladoras en algunos casos, es aconsejable que la pareja sea la que ponga sus normas y valores en lo que están construyendo. Por ejemplo, si una pareja decide, sea por el motivo que fuere, mantenerse sin relaciones sexuales hasta el matrimonio, es una opción tan válida como la otra", dice la sicóloga Perla Sanhueza.
Lo importante es que la pareja esté segura de las opciones que toma y si bien pueden escuchar esas críticas, defender su postura y hacerse respetar es lo mejor. No significa que la pareja comience a dar explicaciones al grupo de lo que hace, si no simplemente poner un límite claro a sus amistades. "Hay que tener en cuenta que no se corta con el amigo, sino con la decisión que éste tomó. No es lo mismo. Diferenciarse de una decisión no es igual que terminar con la amistad", dice Reinoso.
¿Hablar o callar?
También es importante evaluar si vale la pena hablar con la pareja acerca de las opiniones que tienen sus amigos de él o ella. Cuando se entere de las críticas, es muy probable que no quiera relacionarse con los amigos y quizá éstos sean tan importantes para el otro que no querrá abandonarlos, y se sentirá atrapado entre su pareja y sus pares, no siendo sano este triángulo.
No contar es la opción que por ahora ha tomado Matilde. "Lo que dicen mis amigos es algo que queda entre nosotros. Si pasa a mayores, obviamente tendré que hablarlo con mi pareja -precisa-. Pero prefiero esperar a que la mala onda se pase y él se integre y tome más en cuenta al grupo con el que me junto".
Inseguridad
"Las personas que dudan siempre de las decisiones que toman, generalmente van por la vida buscando la aprobación externa de manera generalizada", dice Perla Sanhueza. Por eso permiten que se "metan" en su relación. Son tan sensibles a la crítica que no soportan verse enjuiciados y si rompen con la pareja, generalmente es para volver a ser aceptados por su grupo de amigos.
"Hay que pensar bien si las decisiones que se toman tienen relación con algo que queremos o por imposición del grupo".
