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Labios hidratados y sin líneas

Centro de miradas, los labios no siempre reciben el cuidado que necesitan. Aun cuando las altas y bajas temperaturas, el aire acondicionado y la calefacción los deshidratan, y los rayos UV y la gesticulación favorecen la formación de arrugas. Para prevenir y reparar, puedes recurrir a bálsamos con filtro solar y cremas antioxidantes, incluso, tratamientos de relleno.

12 de Mayo de 2006 | 09:19 |
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En estricto rigor, advierte Patricia Apt, dermatóloga de Clínica Las Condes, los labios son una mucosa, lo que implica que sean más delgados que la piel del resto de la cara. "La fragilidad estructural de esta zona tiene que ver con que carece de glándulas sebáceas y que su film hidrolipídico está debilitado. Eso explica en gran medida el que se trate de una zona más sensible, delgada y vulnerable a las agresiones ambientales como la radiación ultravioleta". La especialista agrega que no hay que olvidar que se trata de una zona que está constantemente expuesta, no importa la hora ni la época del año, y que incluso costumbres tan habituales como mojarse los labios con saliva pueden contribuir a su deterioro. Esto, porque la saliva contiene ciertas enzimas que ayudan a la digestión de los alimentos y que resultan demasiado fuertes al contacto con la piel.

Asimismo, factores externos como las altas y bajas temperaturas, el aire acondicionado y la calefacción favorecen la pérdida de humedad de los labios, lo que trae como consecuencia la aparición de líneas en su contorno, que si no se cuidan podrían convertirse en arrugas más marcadas. Lo bueno, es que pueden ser fácilmente atenuadas aportando hidratación a esta zona.

Lo anterior no hace sino reforzar la idea de que los labios requieren de tantos cuidados como la piel del resto de la cara. Según la doctora Apt, ello hace imperiosa la necesidad de protección de la delicada piel de los labios, y para lograrlo lo mejor es usar un producto básico: el bálsamo labial. "Debieran usarse durante todo el año, y preferirse aquellos que tienen factor de protección solar sobre 20".

En este sentido, no está de más recordar que hoy las fórmulas de muchos labiales también consideran la hidratación y protección de los labios. Es así, que además de entregar atractivos colores, están enriquecidos con agentes emolientes e incluso hay algunos que poseen filtro solar.

Código de barras

Una segunda preocupación respecto del cuidado de los labios son las arrugas que aparecen en su contorno, el llamado código de barras, y que dejan en evidencia no sólo el paso del tiempo, sino la falta de cuidados y hábitos poco saludables como el tabaco. La dermatóloga de Clínica Las Condes explica que se trata de líneas verticales que surgen principalmente sobre el labio superior, y que con el tiempo se remarcan hasta transformarse en arrugas profundas. "Son mucho más frecuentes en fumadoras y en quienes se han sobreexpuesto al sol, por eso la recomendación básica es evitar el tabaco y protegerse del sol".

Se sabe que la fotoexposición hace que el labio vaya perdiendo su tonicidad y turgencia, ya que daña progresivamente las fibras colágenas. Además, con los años también se va adelgazando la capa de grasa que se ubica bajo la piel de la boca, lo que afecta su volumen. La doctora Apt advierte que también debe considerarse la movilidad de la boca al hablar o reír, ya que cuando gesticulamos los músculos alrededor de los labios se contraen y la piel que los cubre se pliega, lo que a la larga se marca como líneas de expresión. Esto es lo que se conoce como mioenvejecimiento.

Por su parte, lo que sucede entre las fumadoras es que la nicotina se va depositando en la superficie de la piel y acelera el deterioro. Además, la acción de fumar supone la contracción continua del músculo orbicular del labio, movimiento necesario para succionar el humo, lo que favorece las dermocontracciones y con ello la marcación de arrugas. A esto se suma el que los propios mecanismos de defensa de la piel pueden atentar contra ella, puesto que al defenderse de la agresión externa produce unas enzimas destructivas que no sólo neutralizan los radicales, sino que dañan células sanas y fibras de colágeno y elastina.

En relación al envejecimiento en esta zona, es importante aclarar que el labio superior tiene un comportamiento distinto al inferior. El primero, con los años y a raíz de la fuerza de gravedad, tiende a invertirse, por eso las personas mayores tienen labios más delgados. El segundo tiende a girar más hacia fuera.

Si de prevenir las arrugas alrededor de los labios se trata, la doctora Apt recomienda proteger la piel con filtro solar y usar cremas que además de hidratar tengan una acción antioxidante y regeneradora. "Se pueden escoger fórmulas que contengan sustancias reparadoras como el retinol o alfahidroxiácidos (AHA)". Y si la intención es aminorar el daño que ya existe, añade, se puede combinar el uso de cremas con sesiones de peeling, láser de rejuvenecimiento o la inyección de sustancias de relleno. "El método utilizado va a depender del tipo de piel, lo marcado de las arrugas y las expectativas de la paciente".

La doctora Apt explica también que el ácido hialurónico es la sustancia más utilizada para rellenar las líneas alrededor de los labios y así borrar o atenuar surcos. Según dice, éste se inyecta en la segunda capa de la piel, y tiene la ventaja de que es compatible con todos los tejidos, por lo que no requiere de ningún tipo de prueba cutánea. Su efecto es transitorio, entre ocho meses y un año, pasado ese tiempo se reabsorbe en forma natural. Se puede reaplicar las veces que se desee, y si al cabo de su efecto no se vuelve a inyectar no hay deterioros mayores al original. La especialista sostiene que es un proceso ambulatorio y que su uso estético está aprobado por la Food and Drugs Administration (FDA) norteamericana.

Hay médicos que también recomiendan el bótox. En este caso se inyecta una sustancia que bloquea en forma transitoria la transmisión de impulsos nerviosos que mueven los músculos, lo que provoca su relajación y ayuda a que la piel que lo cubre se distienda y las arrugas desaparezcan. El efecto dura en promedio seis meses. Al igual que con el ácido hialurónico, el bótox también está aprobado por la FDA y el Instituto de Salud Pública de Chile para su uso estético. Lo que sí, en ambos casos, sólo pueden ser inyectados por médicos, no por cosmetólogas ni esteticistas.

Más voluptuosos

Por último, unos labios bonitos casi siempre son también sinónimo de labios voluminosos, y cuando no lo son en forma natural la cosmética puede ayudar con cremas que favorecen la síntesis de colágeno, maquillaje y tratamientos de relleno para quienes buscan soluciones más duraderas.

Para cambios evidentes pero momentáneos, lo mejor es seguir algunos simples trucos de maquillaje. La clave es el brillo, las texturas mate disminuyen visualmente el volumen y las luminosas lo aumentan. La técnica es sencilla: Se debe perfilar la boca de un tono similar al del labial que se usará o en color piel si sólo se va usar brillo, aprovechando para corregir defectos de forma. Después se aplica el color, y al final un toque de brillo en el centro del labio, sin llegar hasta la comisura, para un resultado más natural y que no obligue a estar retocando a cada rato. El efecto visual es inmediato.

Otra alternativa son los cosméticos que favorecen el efecto óptico de mayor densidad a partir de activos que potencian la síntesis de colágeno.

Y por último, las técnicas de relleno en donde se utilizan desde implantes con diferentes sustancias (unas más inocuas que otras) hasta injertos. Los rellenos más comunes son los que se hacen con ácido hialurónico y grasa. En el primer caso el efecto puede durar entre un año y un año y medio. Es un método bastante seguro, donde la única alteración puede ser la inflamación por un par de días. Además, la sustancia se reabsorbe sola. Con grasa el efecto puede durar hasta cinco años. En este caso se injertan células grasas vivas que son extraídas del abdomen de la paciente, lo que evita el rechazo de parte del organismo.

Durante mucho tiempo también se utilizó colágeno de origen porcino, que asegura un efecto de dos años, pero que exigía hacer un análisis de tolerancia antes de inyectarlo.