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Mayor de 30, constante y adversa al riesgo

El que la mujer haya salido de su casa a trabajar y hoy maneje sus propios ingresos es uno de los mayores cambios en la sociedad actual.

30 de Mayo de 2006 | 12:48 |
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¿Para qué ahorran?

"En la historia ­según explica el psiquiatra Sergio Canals con su humor crítico­ han existido tres tipos de mujeres: la primera, de los tiempos primitivos, en los que el hombre la tomaba del moño, le pegaba un garrotazo y se la llevaba a la cueva para que hiciera la comida y tuviera hijos; la segunda, que es sacada de la cueva, pero encerrada en la casa para que cocine y críe, y la tercera es la mujer que se emancipa definitivamente de la definición masculina sobre su proyecto, decide su maternidad, su matrimonio y su vida laboral.

Es precisamente en esta última instancia donde la mujer ha tenido los mayores cambios. Y es que su independencia económica se ha traducido en una mayor preocupación por administrar sus propios ingresos. Pero la pregunta que surge es: ¿Cómo ahorran las mujeres en Chile?

Según Sergio Canals, la mujer siempre ha tenido una planificación mayor respecto del futuro. "Es más realista, mira lo que a uno como hombre no le gusta mirar, como la vejez, por ejemplo", sostiene. Algo que comparte el psicólogo de la Universidad Católica y gerente de formación del BBVA, Sebastián Uriarte, quien asegura que "la mujer ahorra con una visión de mediano y corto plazo. Más que para comprarse algo grande en el futuro, es para controlar situaciones que pudieran suceder". Afirma que ella es más práctica, y por lo tanto, "quiere minimizar los riesgos o peligros que puedan pasar".

La aversión al riesgo es quizás una de las características que mejor la definen. "Las mujeres desde que nacieron han tenido una educación en que se les enseña a ser aversas al riesgo. Tienen una visión global frente al mundo que les permite proyectar situaciones, prevenir riesgos y ser más cautas en general con los gastos", explica Uriarte.

En ese sentido, el gerente general de Fondos Mutuos de Larraín Vial, Felipe Bosselin, asegura que la compañía no hace la diferenciación de sexo entre sus clientes, pero sí los distingue de acuerdo a la forma en que ahorran. "Hay algunos más conservadores y otros más agresivos".

En cuanto a las mujeres, explica que son más sistemáticas al ahorrar, pero cuidan más su plata. Así es como mientras las de mayor edad piensan con mayor cautela en qué instrumentos poner sus ahorros eligiendo generalmente los de renta fija o balanceada, las más jóvenes se atreven más y alternan una cartera de acciones con una de renta fija, por la sencilla razón de que el tiempo que tienen para recuperar una pérdida es mayor.

Las cifras que tiene la corredora Banchile hablan por sí solas: de acuerdo con un índice propio, en el que se comparan los montos asociados a inversiones en renta fija v/s los de renta variable, el 87,2% de las mujeres opta por un índice de riesgo igual a 0, y sólo el 7,3% lo hace por un nivel de riesgo superior. En los hombres, en tanto, el 80,38% opta riesgo 0 y el 13,28% por riesgo mayor.

La inquietud despues de los 30

La conciencia del ahorro en la mujer se da sólo después de determinada edad. Según Sergio Canals, entre los 20 y los 30 años, tanto hombres como mujeres "se sienten omnipotentes, no se preocupan por lo que vendrá más adelante. Sólo después de los 30, y principalmente en ellas, empieza esa mirada de futuro más preocupante y aparece el tema del ahorro".

Felipe Bosselin ratifica que el rango de edad de sus clientes se mueve desde los 30 años en adelante. "Las personas ahorran cuando recién empiezan a trabajar hasta que se casan; después retoman el tema cuando se empiezan a preocupar por su jubilación y eso es a partir de los 30". Agrega que "hoy la gente vive más y ha tomado conciencia de que el ahorro obligatorio a través de la AFP no alcanza y que se hace necesario tener uno complementario para mantener cierta calidad de vida en el futuro".

En el caso de Banchile, su gerente comercial, Pablo Plá, explica que a partir de los 25 comienza a notarse un mayor interés por el ahorro en las mujeres, concentrando entre los 35 y los 45 el mayor número de clientas. En cuanto al monto, éste es muy variable, pero según sus estadísticas, generalmente la mujer invierte, en promedio, $ 900.000 al año.

Algo biológico y no sólo cultural

Felipe Bosselin, de Larraín Vial, asegura que hay mujeres más entendidas que llegan con una idea de instrumento determinado donde invertir, mientras otras delegan la forma de administrar sus ahorros a terceros. Sin embargo, tanto en una como en la otra se da una característica común: son ordenadas y más constantes que los hombres. "Tiene que ver con que ellas están asumiendo un rol más participativo en la sociedad", opina.

Sergio Canals enfatiza que hoy la mujer se mueve con destreza en un campo que antes estaba dominado por el hombre. "Hay algo biológico y no sólo cultural. Efectivamente, creo que la mujer es más ordenada, tiene más rigor y voluntad para desarrollar tareas que requieren un esfuerzo sistemático, como el ahorro", afirma.

Por último, el profesional recalca que la mujer se mueve más por el sentido común, aspira más a la estabilidad y de alguna manera está pensando más en el futuro, "en comparación con el hombre, que tiende a satisfacer las ganas más inmediatas". Prueba de ello, grafica Canals, "¿quién compra las cosas más ricas en el supermercado? El hombre, que quiere el placer inmediato y pasarlo bien en ese momento".

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