Base
La cura de uvas es una dieta que consiste en consumir sólo racimos de esta fruta, entre un kilo y medio y tres, repartidos en cinco comidas a lo largo del día, más jugo de uvas a toda hora.
Su finalidad es producir una depuración de toxinas en nuestro organismo.
Duración
Hay personas que lo hacen de forma puntual durante un día pero si realmente se quiere notar los efectos se aconseja hacer la cura durante un período de entre tres y cinco días.
Destinatarios
Su alto contenido en potasio la hace excelente para enfermos cardíacos, personas que toman diuréticos químicos o laxantes.
Ayuda a la eliminación de retención de líquidos, favoreciendo que desaparezca la sensación de pesadez y la hinchazón.
La piel de la uva contiene taninos, antioxidante natural, y sustancias con una acción estimulante de la circulación venosa que contribuyen a mejorar la oxigenación de todas las células del cuerpo.
La uva contiene un tipo especial de glucosa que limpia el hígado facilitando su función de drenaje de las toxinas. Por se efecto depurativo favorece, también, el buen estado de la piel.
Ventajas
Por su gran aporte energético, es una cura que permite seguir con el trabajo habitual ya que, gracias a su gran efecto remineralizante y antioxidante, combate la fatiga; no obstante, lo ideal sería hacer coincidir la dieta con unos días de descanso o con el fin de semana.
Inconvenientes
No se recomienda a los diabéticos por su contenido en hidratos de rápida absorción.
Otro inconveniente es el hecho de que la uva es una fruta que no se encuentra todo el año.
Observaciones
Es importante lavar bien las uvas y comerlas con hollejo, pues ya que allí están la mayoría de sus propiedades. Masticándolas bien, aumenta la sensación de saciedad y se hace mayor su digestibilidad.
El beber abundante jugo de uva ayuda a potenciar el efecto diurético.
Es una cura ideal para hacer en otoño, porque limpia el organismo y lo prepara para afrontar mejor el invierno (muchas personas observan que se resfrían menos).
