EMOLTV

Los tres tipos de clase media

Valoran la educación y saben que mantendrán su estatus a punta de esfuerzo. Viven de su trabajo y las deudas los agobian. Los expertos sostienen que el 65 por ciento de los chilenos pertenece a la clase media, el grupo que, pese a su fragilidad, mueve el consumo y hace progresar a Chile.

31 de Mayo de 2006 | 13:29 |
imagen
Si uno hiciera una búsqueda rigurosa y examinara los discursos políticos, no sorprendería encontrarla una y otra vez. Puesta como ejemplo de esfuerzo, oprimida por el alza de la bencina, definida como condición a la cual todos dicen pertenecer. Gente con ingreso, educación y oportunidades promedio. La que ha ganado motes incluso gastronómicos: ahí está, cual jamón del sándwich, la esforzada clase media chilena.

La clase media es la misma que "con su dinamismo y empuje ha sacado adelante al país", como define el sociólogo Roberto Méndez. La misma que es mirada con apetito por la publicidad, el retail, las grandes tiendas y los bancos. "Es la plata y el volumen", reconoce el publicista Mario Balmaceda. "Es ahí donde están los negocios".

Aunque sus puertas de entrada y salida no están definidas del todo, los estudios hablan de un 65 por ciento de chilenos de clase media, con ingresos que varían desde los 400 mil pesos al millón y tanto mensuales. Es cierto: hay algunos más medios que otros. Pero todos tienen el mismo denominador. "Es igualmente posible progresar o retroceder", explica el sociólogo Méndez. Y repara en que su fragilidad está definida, en cierta forma, por el endeudamiento convertido en lastre.

Es la educación la que ha provocado la última revolución de clases. Buena parte de los universitarios de hoy son la primera generación de sus familias en llegar a la educación superior. Son hijos de padres con una condición económica más baja, pero con una máxima que funcionó: la educación es la mejor herencia.
"Resulta ser una palanca de ascenso", dice Méndez, "porque aquí no hay una red de apoyo como en la clase alta. La clase media es, por lo tanto, mucho más individualista. Cada cual se rasca con sus propias uñas".

Para el publicista Mario Balmaceda, ciertos grupos medios están caracterizados al detalle por los expertos en consumo. La clase media que se ha posicionado en La Florida, una clase emergente, es ejemplo de ello. "Vieron que la forma de surgir era trabajar y estudiar", postula el publicista. "Tienen frases típicas: mi hijo tiene que estudiar, tiene que ser más de lo que yo soy. E incorporan algunos elementos de consumo para así aparentar, frente a los vecinos, que efectivamente lo están logrando".

No es el único grupo que Balmaceda distingue. Habría una clase media emprendedora, escondida en aquellos microempresarios que viven en forma modesta pero que están acostumbrados a pagar en efectivo, con ingresos que a veces superan el millón de pesos. Otra clase media, la ñuñoína, se mantiene en el inconsciente colectivo con su imagen "tradicional, conservadora, austera, de perfil más intelectual".

El árbol familiar de la abogada Mercedes Bulnes cuenta cinco ex Presidentes, pero a ella no le agradan las etiquetas. Se define como "una dueña de casa de clase media, profesional, que vive de su trabajo". Vive en Ñuñoa igual que el matrimonio Figueroa-Rodríguez, que prefiere pagar al contado. La tradición familiar ha convertido su casa en el punto de encuentro de tres generaciones.

Lejos de ahí, en el paradero 19 de La Florida, los Millar López ven crecer su familia y esperan saldar sus deudas pronto. En Maipú, Diego Torres se las ingenia para aprovechar el día como gásfiter y chofer de radiotaxi. Saca cuentas alegres: dice que el próximo año, seguro, se compra una casa. Él está "llegando a la clase media" y espera, como los demás, mantenerse en ella a punta de esfuerzo.