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La nueva artillería antiaging

Evitar el deterioro prematuro de la piel y atenuar las líneas y falta de firmeza una vez que ya existen es el objetivo de la llamada cosmética antiaging, la que cada tanto nos sorprende con nuevas formulaciones y activos con los que busca hacer frente a las consecuencias del paso del tiempo.

09 de Junio de 2006 | 09:07 |
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Cremas que compensan la pérdida natural de calcio, que aseguran un "efecto relleno de las arrugas" sin inyecciones, que descontraen las líneas de expresión acumuladas durante el día, que mejoran la luminosidad del contorno de los ojos o que estimulan la producción natural de colágeno.

Éstas son algunas de las acciones de las más recientes novedades en el mundo de la cosmética que hace frente a las señales visibles del envejecimiento, la llamada cosmética antiaging. Y es que constantemente los distintos laboratorios se renuevan y sorprenden con nuevas formulaciones y activos, con los que buscan prevenir y reparar de mejor forma las consecuencias del paso del tiempo.

A juicio de la doctora María Cecilia Orlandi, dermatóloga, estamos viviendo un verdadero boom de la cosmética antiaging. "Hoy la mayoría de las firmas trabajan con laboratorios los que están desarrollando cada vez más investigaciones sobre el poder de distintos principios activos. Además, el mercado de personas de sobre los cuarenta años es muy grande, entre quienes existe cada vez más interés por probar cosméticos que aminoren las arrugas, manchas y otras manifestaciones del envejecimiento".

Antes de analizar las acciones de los activos preferidos de la cosmética antiaging, no está de más entender por qué envejece la piel. En este sentido, la doctora Orlandi aclara que las personas debemos enfrentar dos tipos de envejecimiento, uno intrínseco o cronológico y otro extrínseco. "El primero se relaciona con un deterioro natural y propio del ser humano, el que va acompañado de ciertas manifestaciones a nivel cutáneo. El segundo se refiere a factores externos como la radiación ultravioleta y el tabaco, que aceleran el proceso natural de envejecimiento".

La especialista agrega que en el envejecimiento intrínseco influyen ciertos factores genéticos. De ahí que haya personas que si bien son de la misma edad, una se ve mayor que otra. "Algo parecido ocurre cuando se compara hombres y mujeres. En ellas se nota más el paso de los años, debido a que están expuestas a más cambios biológicos durante su vida (embarazos, menopausia), y también variaciones hormonales todos los meses".

Acerca del deterioro extrínseco, la doctora Orlandi sostiene que las agresiones externas que más aceleran el daño es la exposición al sol sin la debida protección y el consumo de tabaco. Se estima que más del 75 por ciento de las líneas y falta de elasticidad son culpa de los rayos UV, que la velocidad de envejecimiento aumenta siete veces si se toma sol en forma exagerada y cinco veces más rápido si se fuma. "El cigarro hace que la piel adquiera una coloración nicotínica (verdosa), que se reseque y luzca rápidamente envejecida. Incluso puede hacer que salgan más vellos", asegura la dermatóloga.

Activos claves

Entre los principios activos que están revolucionando la cosmética antiaging, destacan los siguientes:

Colágeno: Es fundamental para asegurar la elasticidad y firmeza de la piel, y en la medida en que se estimula su producción natural o se aporta desde fuera en forma tópica se asegura un cutis más firme y elástico. También resulta vital para la turgencia cutánea, ya que ejerce un efecto de relleno. La doctora Orlandi advierte que el colágeno es una proteína de gran tamaño, por lo que no penetra fácil. "Si se quiere llevarlo hasta la dermis es necesario hacerlo a través de precursores del colágeno, es decir, partículas más pequeñas que una vez dentro de la piel se juntan y forman colágeno. Por lo general, estos precursores se introducen en liposomas o nanosomas, que son los encargados de llevar el activo a capas más profundas de la piel".

Vitaminas: La más útil desde el punto de vista cosmético, aclara la doctora Orlandi, es la derivada de la vitamina A ácida, conocida como ácido retinoico. Éste actúa sobre los fibroblastos, estimulando la producción de colágeno y elastina, con lo que mejora de inmediato la turgencia de la piel. Otro valorado por la cosmética es el retinol, que durante su proceso metabólico forma el ácido retinoico.

Por su parte, la vitamina C L-ascórbico o lebóreja tiene la capacidad de absorberse y llegar a capas más profundas de la piel, desde donde estimula la producción de colágeno. Además, es capaz de aumentar la protección de cualquier filtro solar que se utilice.

Antioxidantes: Su valor está en que pueden neutralizar los radicales libres, y entre las sustancias con esta cualidad más utilizadas en la cosmética actual destacan las vitaminas A, C y E, coenzima Q10, y oligoelementos como selenio y zinc. También pueden ser consumidas a través de la dieta, ya que se hallan presentes en varios alimentos. La vitamina A se encuentra en zanahorias, espinacas, tomates, calabazas y melones. La C en frutas y verduras como el pimiento, pepino, en todos los cítricos, melón, papaya, kiwi, bruselas y tomates, y la E en aceites vegetales, frutos secos, semillas y cereales.
Cuidados
Aún cuando la crema que usemos sea la más sofisticada, debemos tener presente que una adecuada aplicación hará la diferencia. Algunos consejos importantes que se debe considerar son:

- El cutis debe estar limpio y libre de impurezas.

- Utilice una crema desmaquillante y después un tónico facial acorde a su tipo de piel.

- Antes de aplicar la crema antiedad, entibie el producto en sus manos, frotándolo de manera de liberar el perfume.

- Aplique enseguida la crema desde el interior hacia el exterior en movimiento alisantes sucesivos.

- Después de la aplicación, reestructure la piel reforzando sus músculos, esto se logra mediante la práctica de ejercicios faciales.

Fitoestrógenos o fitoflavones: Actúan como antioxidantes y neutralizan los radicales libres, grandes responsables del deterioro de la piel. Además, se sabe que los estrógenos actúan sobre la retención de agua y la capacidad de la piel de producir lípidos que fortalezcan su film hidrolipídico, lo que permitirá evitar la excesiva evaporación de agua.

La dermatóloga explica que la mayoría de las cremas antiedad también poseen una importante cuota de hidratantes, ya que con la edad la piel va perdiendo la capacidad de retener agua. Entre ellos, están los activos despigmentantes como el acido kójico y la hidroquinona, y los factores de protección solar. "Se recomienda SPF 15 como mínimo, pero el factor debiera aumentarse si se trabaja en un lugar cercano a tubos fluorescentes o frente a un computador. Eso, porque ambos son emisores de radiación ultravioleta, en pequeña cantidad, pero en forma mantenida", explica la doctora Orlandi. Advierte también que la hora del día en que el organismo mejor aprovecha los beneficios de las cremas y sus activos es después de las 18:00 horas. "Esto, porque la barrera cutánea tiene variaciones durante el día, y en la tarde es cuando más se absorben las cremas. Además, no se debe olvidar que en la noche es cuando se produce la reparación celular, por lo que si la ayuda extra se refuerza a esa hora seguro se obtendrá un mejor resultado".

El calcio: un secreto de juventud

Siempre se habla de la osteoporosis como la enfermedad más común en la mujer después de los 50 años, incluso se la conoce como la epidemia silenciosa del siglo XXI, ya que afecta a una de cada tres mujeres que pasan por la menopausia y posmenopausia. Pero esta enfermedad, al contrario de lo que se piensa, no afecta solamente a los huesos, sino también a la piel, que al perder abruptamente calcio se pone más delgada, seca y áspera. Es la dermoporosis.

Esta molestia lleva a las mujeres a pensar que no hay nada más que hacer para tratar este problema, y muchas recurren a la cirugía, que las rejuvenece momentáneamente, pero que no les devuelve el brillo. Nuevos estudios han descubierto que lo que la piel necesita para recuperar ese brillo es calcio.

Pensando en esto, se creó la primera y hasta ahora única crema enriquecida con este componente, Platinéum de Lancôme. Ésta se utiliza especialmente en mujeres sobre 60 años y contribuye a recuperar la densidad y la elasticidad de la piel, revitalizándola desde su interior. "El calcio es un elemento que participa en las enzimas, las cuales protegen la piel del exceso de radiación ultravioleta, previenen el envejecimiento y ayudan en una serie de factores que hacen que la piel no se deteriore. Es importante para la dermis, principalmente en la de las mujeres embarazadas o con más de 60 años, pues el cuerpo ya no produce este mineral en la misma proporción que una niña de 5 años", indica Patricia Apt, dermatóloga de la Clínica Las Condes.

A partir de los 60 años la cantidad de este elemento en nuestro organismo es escasa, por lo tanto, éste la dirige - como un mecanismo de defensa- , a los lugares que lo necesitan con más urgencia, excluyéndose así la piel. Debido a esto es aconsejable una aplicación directa sobre el cutis, ya que una piel recargada en calcio, reencuentra su capacidad de mantenerse de manera autónoma, recobrando tersura, frescura y luminosidad, a la vez que le aporta mayor firmeza.

Junto con un cutis hidratado y terso, es aconsejable que una mujer durante todas las etapas de su vida, y más aún después de la menopausia, ingiera un gramo de calcio al día. Esto se logra consumiendo 50 gramos de queso, 150 centímetros cúbicos de leche y un yogur. No importa que éstos sean descremados, ya que aún así mantienen su riqueza y mejor aún no aportan grasa.

Otros alimentos ricos en calcio son la soya, las semillas de sésamo y los frutos secos. Legumbres como el brócoli, la col de bruselas, el nabo y los espárragos tienen un alto contenido de este componente, además de pescados como el salmón, la corvina, la sardina y el atún.

Se debe tener presente, además, que nuestro cuerpo requiere de una dosis diaria de vitamina Otro factor es la actividad física. Es imprescindible cambiar el hábito de vida, de sedentario a activo, lo cual se puede lograr transformando nuestra rutina diaria, es decir, subiendo más escaleras, caminando con más frecuencia, o asistiendo al gimnasio. Esto toma más valor a medida que la persona tiene mayor edad.
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