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Paridad, ¿proceso o imposición?

¿Está la sociedad chilena realmente preparada para la paridad? Ésa fue la gran duda que se instaló en los asistentes al foro de ComunidadMujer y cuya respuesta se despejará sólo con mucho debate.

31 de Mayo de 2006 | 13:31 |
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La polémica está instalada. A las primeras voces de luchar por la paridad en cargos públicos y de representación popular –y por qué no en el ámbito privado- ya se levantaron otras que acusan en esta idea propuestas feministas recalcitrantes e incluso de visión lésbica.

Mientras unas hacen ver la necesidad de acelerar el proceso, otras, más conservadoras, creen que éste no se puede forzar. Por eso, ComunidadMujer invitó a la ministra del Sernam Laura Albornoz y a la filósofa Carolina Dell' Oro a debatir sobre "Familia y trabajo", donde irremediablemente el tema de la paridad salió la luz. La polémica no da luces de salir de la agenda pública.

Carolina Dell´Oro afirmó que siempre, en todos los momentos de la historia, los cambios se han producido desde dentro, han sido parte de un proceso y no una imposición desde la autoridad o las leyes. Aseguró que ese tipo de movimiento es el que permanece y se sustenta a sí mismo y logra permear la sociedad, porque los cambios verdaderos, requieren tiempo.

En ese sentido, indicó que le parecía que las mujeres han ido ocupando sistemáticamente diversos ámbitos del quehacer nacional que finalmente llevarán a la paridad o, más bien, a la tan ansiada integración de lo femenino y lo masculino en un Chile diferente.

Desde otra mirada, la ministra Laura Albornoz señaló que, según un estudio del PNUD, si se sigue el camino de esperar que los hechos lleven al cambio, recién en 450 años la mujer alcanzará la paridad con el hombre. Por esa razón, se declaró partidaria de leyes transitorias que permitan a las mujeres estar representadas en los diferentes cargos de acuerdo a la proporción que ocupan entre los chilenos, es decir, cerca del 50 %. Aún así reconoció que no es una situación fácil, pues la fuerza de trabajo femenina llega apenas al 37%.

Más allá de las concordancias o diferencias que pudieron detectarse en el panel, Carolina Dell' Oro expresó que, a pesar de que está orgullosa del fenómeno cultural que ha llevado a la mujer a papeles más destacados, tiene temor de que éste se pueda estar utilizando con fines efectistas.

Para reafirmar sus palabras, citó el discurso de la Presidenta Michelle Bachelet del 21 de mayo, en la parte que decía: "Estoy aquí como mujer, representando la derrota a la exclusión de que fuimos objeto tanto tiempo. Hoy es la hora de incluir en nuestro desarrollo a aquellos ciudadanos y ciudadanas que sufren otro tipo de exclusiones. A eso nos dedicaremos."

La secretaria de Estado no entró en polémica respecto al punto, pero aseguró que cuando se hablaba del cambio social había que pensar no sólo en la élite, desde y hacia ella, sino también en la pobladora de Huara y en las madres solteras que son el pilar de su familia, en directa alusión a lo dicho por la filósofa, pero sin perder su tono amable.

Para ella, la Presidenta ha demostrado que tiene un liderazgo de estilo muy distinto, que no tiene nada que ver con el de Margaret Thatcher, por ejemplo. "Es un discurso que cala en la gente, porque la ciudadanía demanda la incorporación de la mujer. Ya no es una opción, es una necesidad". Reconoció que los cambios deben ser graduales pero que se deben dar señales políticas, como una ley de cuotas, por ejemplo.

La lógica del poder

Carolina Dell' Oro admitió que el tema de la paridad es indiscutible, pero que eso no significa necesariamente poder, si no influencia en el curso de los acontecimientos. Es más, remarcó que el poder está en la lógica del hombre y no de la mujer, que se interesa más por los procesos. "La mujer incluye, acoge, une, no distingue, eso es lo que tenemos que lograr, una sociedad sintética y sincrónica", dijo.

Afirmó que la mujer debe lograr el éxito con las diferencias propias del género, incluyéndolas. Llamó también a respetar todas las opciones y a no ridiculizar el ser madre, el rol parental, que es indispensable para el crecimiento de toda sociedad. "Distinguir público y privado es la falacia más grande en el tema de la paridad", señaló.

La ministra argumentó que se ha avanzado en muchos campos, como el de la violencia familiar, el acoso sexual y la igualdad de los hijos ante la ley, todo gracias a políticas nacidas desde el Estado y luego aprobadas por el Parlamento; pero, dijo "llegó la hora de que la paridad alcance al ámbito público".

Insistió en que la paridad es la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres, compartiendo roles que hagan que, así como la mujer se incorpora al mundo público o del trabajo, los hombres asuman sus responsabilidades dentro de la casa y la familia.

La filósofa explicó que las mujeres ven el trabajo como una forma de "rebalsarse"; es decir, de aportar, de crecer con el otro y no como una manera de adquirir poder ni crecimiento sólo personal. "La mujer debe conciliar sus labores desde su primer rol, que es ser madre. A la familia no le estamos dando el realce que necesita. Pediría que el aporte sea que ambos roles se cumplan bien. El mundo de hoy no permite padres amateur, deben profesionalizarse. La sociedad debe hacerse cargo de profesionalizar la vida privada y humanizar el tema público y deben existir políticas públicas para mejorar las condiciones cualitativas de la familia", concluyó.