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"Al que no le gano es porque es mejor que yo"

El entrenador argentino quiere dedicarse por un tiempo de lleno a la familia, con mayor razón ahora que sabe que será padre por cuarta vez. Ese motivo fue el más poderoso para terminar su relación de trabajo con Fernando González, después de cinco años en que logró instalarlo en sólo seis meses del lugar 180 al 16 y llegar a top ten a días de terminar su relación laboral. Está contento en Chile e iniciando nuevos proyectos, entre los que cuenta el entrenamiento de menores y también de grandes empresarios que pueden pagar sus conocimientos del tenis.

01 de Agosto de 2006 | 08:36 |
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Llega unos minutos tarde, pidiendo mil disculpas, a pesar de que ya ha llamado por celular para avisar; le preocupan los demás y se le nota, no sólo en el detalle de la espera, si no que, apenas llega a las canchas del Balthus que arrienda para "De la Peña tenis" se da cuenta que no están en buen estado y pide a la recepcionista que se las arreglen, ella contesta que hable con el encargado; el entrenador dice no, llamame al muchacho, yo arreglo las cosas de abajo para arriba.

Lo acusan de prepotente, de tener un perfil muy alto, de que se quiere mucho; nada de eso aparece en la entrevista, no por lo menos como defecto. Al contrario, conoce sus capacidades y rinde al máximo para dar lo mejor de sí. Por eso no para, mientras conversa recibe llamados, pero los corta rápidamente, revisa mails y llama a su mujer, así y todo no pierde el hilo de la conversación. Es que vive a mil por hora, pendiente de cada pormenor. Sus tiempos están regulados; así que a la media hora se empieza a poner nervioso, está con PuntoMujer, pero se nota que por su mente cruzan muchas cosas más, ya pasó el tiempo que había reservado "sólo para nosotras".

"El Pulga", como lo llaman, es coqueto y divertido, atento y caballero como los de antes; tanto que, al poco rato, ese tono de voz inconfundible y pitudo es sólo un recuerdo, porque su simpatía y buena disposición hace que se olvide rápidamente.

-En Argentina dicen que tienes un ego muy alto ¿es cierto?
"No es que tenga el ego alto porque se me ocurrió, no; me cuesta mucho trabajo mucho; estoy encima de todo, de todo (recalca)… desde la cancha, los sets ¡todo!

-Quienes te conocen afirman que no descuidas detalle, también en tus comentarios para las trasmisiones por televisión.
"Sí, sí, en todo y así me gusta ser".

- ¿Por qué, porque eres perfeccionista? ¿Has sido así desde chico?
"Y… no sé, mi obsesión por el trabajo se debe a que trato de ser el mejor en lo que hago; no es que quiera ser el mejor del mundo, pero quiero, por lo menos, hacer lo mejor que yo puedo. Es como una materia que me metió mi familia de chiquito si podés hacer las cosas bien ¿por qué no las vas a hacer bien? y si las podés hacer hoy ¿para que las vas a dejar para mañana?… y, así, dale, dale.
"Yo sé que a la competencia le gano no sólo porque sé más, le gano porque trabajo más y trato de estar más. Al que no le gano es porque es mejor que yo; si es así tiene que trabajar más que yo, o sea tiene que trabajar mucho y, en el promedio, siempre estoy arriba".

-¿Qué pasa con el fracaso, cuando uno busca siempre el éxito?
"El fracaso es algo que no me mata, porque está claro que si yo hago todo lo posible para hacer bien y no sale bien… ¡mala leche… vamos al próximo!"

-¿Siempre ha sido así?
"Antes, yo el fracaso lo vivía como ¡Ay, cómo me puede ir mal!, y ahora, ya voy a cumplir 40, un poquito más inteligente…"

-¿Más maduro?
"Síii, está bien; no es mas inteligente, sino con más experiencia; entonces, con más experiencia uno entiende que no te puede ir en todo bien y por más que hagás lo mejor de todo, a veces no basta o no alcanza o te equivocaste. Pero si uno hace lo mejor, en el promedio, le va a ir mejor y allí es donde apunto yo. No es que quiero ser el mejor del mundo ni me pienso el mejor del mundo, pero sé que trabajo mucho para lograrlo".

-¿Como entrenador?
"Sí, como entrenador, como empresario del tenis. A mí me gusta marcar la diferencia en los productos que hago, ya sea como entrenador, como director de un club, como columnista de diario, como comentarista de televisión. Me gusta, siempre, darle ese punto extra; eso que la gente no pensó o no se le ocurrió. Soy muy creativo".

-Bueno, desde que estás comentando tenis, los telespectadores hemos aprendido mucho respecto de cada jugador, pareciera que te adelantas a lo que van a hacer o pensar.
"Es la experiencia. Pensá que estuve con Fernando mañana, tarde y noche, durante 5 años… yo sé lo que está pensando".

-Pero no es sólo con Fernando, conoces las mañas y los defectos de cada jugador del circuito.
"Una de las razones por las que como entrenador soy distinto a muchos, es que yo estudio y estudio a cada jugador y sé que cuando éste dice por acá, va por allá, o que cuando se desespera hace esta jugada; cuando está arriba hace esta otra… y eso es porque los analizo. Mirá…"

Abre su computador personal y se va a "documentos", luego a "puntos flojos de jugadores"; están uno por uno, investigados a fondo y no sólo en sus puntos flojos, si no también es sus jugadas más fuertes, en las destrezas que más los caracterizan… en fin, no hay duda alguna que Horacio de la Peña sabe de lo que está hablando y que, además, es sumamente mateo.

-¿¡Me podrías mostrar los puntos flojos de Nadal!, por ejemplo?
"Todo, yo voy a la cancha y abro un archivo donde tengo cómo jugó en tal partido, qué es lo que hizo y cómo reaccionó el contrario; en la noche saco una conclusión y se la paso a mi pupilo. Él la lee y aprende que el tipo va a hacer esto o aquello en determinado momento; las chances de que haga lo que le digo son las más.
"Entonces, cuando uno sabe qué es lo que va a hacer su contrario en los momentos difíciles es mucho más fácil".

-¿Ese es el secreto de haber llevado a Fernando de los 180's al 16 en seis meses?
"Claro, entre otras cosas".

Pero no es una hazaña que haya logrado con Fernando González como hecho aislado, no. A Squillari lo llevó de la posición 400 a la 11; a Gaudio al 22 y a Puerta al 16.

Queda más que claro, entonces, que tus éxitos no han sido sólo en Chile, como acusan tus detractores.
"No, al contrario, mis triunfos fueron en Argentina. Yo entrené a Nalbandián, a Gaudio, a Puerta, a Squillari; a Martín Rodríguez y a Gastón Etlis, que en dobles hicieron dos veces Masters, dos veces semifinal de Australia".

-¿Siempre con esta pasión?
"Sí… ¡Me encanta!, por eso cuando la gente me dice ¿Cómo te bajás de un negocio tan bueno como Fernando González?, contesto que trabajar como trabajo yo, cansa, desgasta mucho, y ya iban cinco años… y la familia y eso".

-Tú dijiste hace poco que a Fernando se le pone más pesada la pista con Federer y Nadal, ¿no hay algo de eso también?, de que no lo llevarás al número 1.
"Creo que Federer y Nadal son dos escollos muy altos, muy altos para ser número 1 del mundo, pero igual lo puede lograr, lo puede lograr (recalca). Mirá que se han caído y Nadal va a llegar un momento que se va a romper todo y Federer va a ganar tanta plata que se va a aburrir… entonces ahí es donde tiene que entrar él, encontrar el agujerito."

-¿Cómo cuando llegó al Masters porque se bajó Agassi?
"Por eso, uno tiene que estar en la vida, ahí, siempre".

-¿Fernando siempre está?
"Sí, sí, si hay algo que Fernando ha aprendido a hacer en estos últimos años es a dar el cien por cien para esperar su oportunidad, si no, se hubiera quedado 180".

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