Heredera de una marca familiar -que sus padres les transmitieron a ella, Andrés y Roberto- que dice relación con la libertad para realizar proyectos con sentido y tomar riesgos, María Elena ha vivido este último tiempo con sobre demanda por esto de “La hija del general”. Por eso, espera darse un respiro y partir de vacaciones de invierno con sus hijos.
-¿Estás estresada?
“No, acabo de terminar un proceso de un año, de mucha intensidad, y ahora tengo ganas de tratar de descansar”.
En María Elena Wood, en todo caso, todos los procesos parecieran ser iguales. Por estructura, sólo acomete trabajos que tienen un plazo y meta determinada, es decir, se desgasta en el esfuerzo creativo, en ponerle el hombro y echar andar la máquina y cuando ésta se enriela y toma un rumbo de normalidad, ella migra a otro desafío.
-¿”Nuestro siglo” te desgastó tanto como este documental? ¿Por qué embarcarte, entonces?
“Porque está en mi naturaleza. Lo que más me gusta es desarrollar proyectos, que de alguna manera, me hagan sentido profesionalmente y donde sienta que también tiene un sentido para los otros. Parte de eso es el trabajo en el equipo, normalmente trabajo con gente muy joven y tengo una motivación importante de ir traspasando mi experiencia porque así fue como yo aprendí; me dieron espacio para desarrollarme y creo que ésa es la mejor escuela”.
Continúa: “Lo que me gusta es que las cosas que haga adquieran vida propia y sigan existiendo y dé lo mismo que yo esté o no ahí”.
Separada hace algunos años, el centro de su vida personal está en sus tres hijos: Paula, de 19 años, que estudia periodismo en la UC; Francisco, de 16, DJ, y María, el concho, de 14 años.
-¿Qué tiempos te están demandando?
“Los tres tienen una alta demanda de mí y la verdad es que, al final de este proceso, ya no estaban tan contentos. Me exigían mucho; de hecho un día pensé voy a llegar y me van a echar de la casa”.
-¿Cómo logras equilibrar tu demandante trabajo con tus hijos?
“No es fácil equilibrarlo y hay costos”.
-¿Qué grado de culpa carga María Elena Wood?
“Eso es por etapas (le surge una amplia sonrisa). A veces, mucha culpa y a veces, ninguna. Estoy muy contenta con la familia que tengo, es el centro de mi vida y creo que también para ellos es un aprendizaje ver a una madre que se compromete de manera seria y responsable, de que siente que las cosas que hace tienen un sentido; creo que eso es parte de la educación que reciben mis hijos”.
-¿Has logrado recuperar tiempos personales?
“Soy bastante gozadora, me gusta pasarlo bien, por lo tanto, siempre hay un espacio para eso. Creo que ahora viene una etapa para darme tiempo para mí, para estar en mi casa, tranquila, menos exigida”.
-¿Alguna actividad nueva?
“Volver a leer, volver a caminar por la playa, volver al sur” responde con añoranza.
