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¿Cambios reales o maquillaje?

Debate en ComunidadMujer levantó una voz de alerta sobre el hecho de que los cambios sean más bien discursivos y superficiales y que no se esté atendiendo a los temas de fondo como la exclusión, verdadera causa de discriminación.

24 de Julio de 2006 | 13:12 |
Mucho se habla, en el último tiempo, de la irrupción de la mujer en el mundo público, de su empoderamiento y de la diferencia con que ellas ejercen el liderazgo y el poder. También se habla de la necesidad de que los hombres compartan los roles que antes cargaba la mujer y que dicen relación con el cuidado de la familia.

Sin embargo, pareciera que todo responde más a un efecto comunicacional que un hecho con asidero en la realidad; pareciera que esos cambios de los que tanto se habla son más bien superficiales.

ComunidadMujer quiso averiguar que piensan tres destacados representantes del mundo masculino, el abogado Carlos Peña, el ejecutivo de televisión Jaime de Aguirre y el escritor Rafael Gumucio, sobre el tema.

La sorpresa no fue menor. Unos más, otros menos, todos concordaron que no se ha producido un cambio del modelo, donde hombres y mujeres compartan roles privados y espacios públicos.

Gumucio ironizó sobre el tema, indicando que la Presidenta Michelle Bachelet no es un ejemplo de mujer que salió al mundo público y dejó al hombre a cargo de la casa. Es más, aseguró que ella, mientras esté en el poder no podrá casarse ni establecer una pareja porque precisamente los roles no se están compartiendo. “Hemos pasado del gobierno de los hombres al gobierno de las monjas, no de las mujeres” sentenció con humor.

A reglón seguido Gumucó señaló: "este gobierno femenino ha sido como irse a la conchinchina para los hombres, porque si antes ellas lavaban, cuidaban a los niños e iban al supermercado, ahora también gobiernan y nos dejan sin responsabilidades".

En la misma línea, Carlos Peña manifestó que la división sexual del trabajo no ha cambiado ni siquiera en las sociedades más avanzadas y que sigue habiendo más mujeres en la casa que en el mundo público. Lo que ha cambiado, a su juicio, es la manera de mirar las cosas.

Peña también argumentó que el modelo de familiar nuclear de los años ´60 no se expandió por el mundo, que en Chile primó la ilegitimidad y que el modelo de la mujer en la casa y el hombre en el trabajo responde más a las elites, pero no a las demás clases sociales.

Jaime de Aguirre fue categórico al señalar que la razón por la cual la mujer ha salido al mundo público tiene relación con el hecho de que vivimos en un modelo consumista que obliga a la mujer a salir a gastar y conseguir el segundo ingreso para posibilitarlo. Nada más lejano que mujeres saliendo al mundo público a desarrollarse y aportar.

Liderazgo femenino

Uno de los temas que ha copado la agenda pública es las especiales cualidades que tienen las mujeres para ejercer el liderazgo y el poder. Se habla de que es más inclusivo, más acogedor, más participativo. Los tres interlocutores, sin embargo, rechazaron lo anterior.

“Hoy aparece la imagen de que la mujer se empoderó, de que ejercen el poder y el liderazgo en forma femenina, pero es superchería”, sostuvo Carlos Peña. Agregó que no tiene ninguna importancia cómo se ejerza el poder porque, finalmente, lo que se evalúa son los resultados.

“El poder va a ser siempre igual y se evalúa por las claves tradicionales de la política”, afirmó. Se sumó a ello, Jaime de Aguirre quien aseguró que es importante dejar este punto claro hoy, porque sería fatal que a las mujeres se les juzgara por su capacidad como género y no por sus habilidades políticas.

Ironizando, Gumucio señaló que Michelle Bachelet ha dado muestras de escuchar menos que Pinochet. Es más, destruyendo toda las teorías que señalan que en Chile el hombre ejerce el poder y la mujer está relegada a un segundo plano, se hizo cargo de una frase del poeta Diego Maqueira que asegura que las mujeres empiezan como geishas y terminan como samuráis, literalmente cortando cabeza y ejerciendo la autoridad.

“Las mujeres son ordenadas y autoritarias, los hombres son los creativos y flexibles”, dijo.

No a la visión de género

Fue el abogado Carlos Peña quien dio la luz frente al hecho de que todo el debate que se ha realizado en el último tiempo es más bien superficial y comunicacional. Indicó que la vida humana es mucho más compleja como para sólo mirarla por las cualidades psicológicas que tienen hombres o mujeres.

“(Introducir el factor de) género hace el análisis demasiado fácil” insistió, señalando que se requiere de algo más elaborado. “Se usa el género para estereotipar y eso es una simple tontera”, añadió. Insistió en que no rechaza la perspectiva del género, sólo que es un error quedarse en ella porque esto tiene que ver con la relación del poder.

Según Peña, el tema no es el género sino que la exclusión que se vive en la sociedad, donde algunos dominan y otros son dominados. El tema de fondo, remarcó, no es que la mujer salga al mundo público, sino cambiar la relación del poder porque de hecho, las mujeres que ejercen poder son de las elites.

¿Qué cambios?

“Los cambios han sido pocos porque han sido más bien discursivos y no de fondo”, apuntó Jaime de Aguirre, quien declaró que a él, en lo personal, no le ha pasado nada con esta supuesta irrupción de las mujeres. Dijo, que a lo más, lo único que ha hecho es pensar en el tema, pero “no ha pasado nada”.

El ejecutivo también se manifestó contrario a las políticas de paridad y cuota porque imponer las cosas al ritmo de las que no son es superficial. Es más, afirmó que el tema de la paridad está haciendo que no se vea el tema de fondo cual es la complementariedad que debe existir entre el hombre y la mujer.

“Las mujeres y los hombres tienen ciclos vitales distintos y eso se debe entender en complementariedad”, argumentó.

Se sumó a ello, Carlos Peña, quien afirmó que uno de los roles que sólo puede cumplir la mujer es el del apego temprano. O sea, la mujer no sólo es clave en la reproducción humana (es la única que puede procrear), sino que además, es fundamental en la formación de la nueva persona.

En ese sentido se preguntó si es correcto que estemos focalizando todos los esfuerzos en crear salas cunas para que las mujeres salgan a trabajar. Se preguntó si con ello no se estará generando un daño en los niños. Por eso, confesándose conservador, afirmó que aquellas mujeres que no quieren dar apego, no deben tener hijos. “No se puede cuadrar el círculo”, acusó.