EMOLTV

“(La obesidad mórbida) es igual que la droga, hay dependencia”

La presidenta del Movimiento de Obesos Mórbidos de Chile trabaja por conseguir del Estado soluciones integrales y realistas para esta enfermedad. Apunta a las causas -soledad, modernidad, modelo- y plantea tratar al obeso mórbido y su entorno familiar.

21 de Septiembre de 2006 | 12:07 |
imagen
Ya es considerada una pandemia en muchos países del mundo y en Chile, las autoridades han levantando la voz de alerta. Sí, la obesidad mórbida crece a pasos agigantados entre la población y en nuestro país, el 1,3% ha caído bajo sus tentáculos.

Catalogada como una enfermedad de este siglo, sus efectos no se reducen sólo a la dificultad para encontrar ropa a la medida o a los problemas de movilidad. No, su presencia gatilla otra serie de deficiencias biológicas como reflujo gastroesofágico, apnea del sueño, osteoartritis, gota, diabetes tipo 2, hipertensión, insuficiencia cardiaca, colesterol alto, cáncer en el colon, recto y vesícula, además de depresión.

Según las estadísticas, el 60% de los chilenos sufre de problemas de mal nutrición por exceso, es decir, un 37, 8% tiene sobrepeso y un 22,3% obesidad y a pesar de esa realidad, aún no existe una política de salud universal destinada a tratar el problema.

Quienes sufren obesidad mórbida hacen su camino en solitario, enfrentando la discriminación laboral y social. Por eso, en 2003, un grupo de personas dio vida al Movimiento de Obesidad Mórbida de Chile, MOM, que promueve una serie de actividades y busca coordinar, con las autoridades, políticas de ayuda.

María Eugenia Fuentes, su presidenta, sabe muy bien de las dificultades que tienen para acceder a tratamientos integrales y la lucha que da se centra, precisamente, en eso.

-¿Cuál es la realidad de la obesidad mórbida en Chile?
“Un cuarto de la población sufre problemas de obesidad. Y resulta que las políticas públicas siempre se han enfocado hacia la población infantil en el ámbito de la prevención, quedando los obesos mórbidos fuera de parámetro.
“Los obesos mórbidos somos personas que abandonamos rápidamente cualquier tratamiento, desertamos y recaemos y por eso, ha sido difícil que conseguir la confianza de las autoridades”.

-¿Qué explica que el obeso mórbido abandone los tratamientos?
“Es que no tenemos un tratamiento adecuado, no nos tratan por obesidad sino por las patologías asociadas como diabetes o hipertensión. Y nosotros necesitamos un tratamiento especial, dirigido, de mejor calidad, que considere la parte psicológica y la actividad física. Debe ser un tratamiento guiado hacia nosotros y nuestro entorno familiar”.

-¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan los obesos mórbidos?
“El acceso a la atención en salud, porque no existe una política guiada hacia nuestra población donde podamos trabajar las conductas autodestructivas que nos llevan a recaer. El MOM trabaja desde hace dos años en señalar cómo deben ser, desde nuestra perspectiva, tratados los niños”.

-¿Y en la vida cotidiana, cuáles son las dificultades?
“Una serie de barreras físicas y el miedo a asumir. Los problemas para desplazarse van a depender de la cantidad de grasa que tenga acumulada y de cómo esté la movilidad.
“La calidad de vida está demasiado mermada, la autoestima está por el suelo… uno pasa a depender del entorno familiar y éste, cansado de esa dependencia, empieza a estorbar, a maltratar sin querer. Además, empiezan a controlar, te dicen no comas eso y pareciera que te lo dicen y pasa al revés, y quiere comer más y más. El entorno te empieza como a agredir y uno empieza a entender al revés las cosas y se actúa en forma inadecuada”.

-¿Tiene un gran impacto en la familia?
“Esto es igual que la droga, es una dependencia clara y se debe tratar de la misma forma”.

-¿Por qué crees que los chilenos han tomado poca conciencia de este problema?
“Porque el modelo económico social lleva a la exclusión del ser humano. La felicidad del ser humano está trasgredida”.

María Eugenia Fuentes hace referencia a las múltiples agresiones que sufren los obesos mórbidos, como cuando inician un tratamiento con una nutricionista y ésta les señala que deben comer cierto tipo de alimentos, sin considerar que a lo mejor, esa persona no tiene los ingresos mínimos como para poder comprarlos. “La nutricionista le dice que tiene que comer cinco frutas al día y la persona, de pura rabia e impotencia, porque tiene 300 pesos diarios para vivir, va y se compra todo en pan frío y margarina barata y se sienta a comer, para tapar, esa amargura, con grasa”, explica.

A su juicio, el Estado debe subsidiar los tratamientos de los obesos mórbidos en su globalidad, eso implica ayudarlos en la compra de sus alimentos.

-¿Por qué la compulsión por comer?
“Porque la comida se asocia con la felicidad, con disfrutar la vida. La calidad de vida de los chilenos antes era distinta, aunque el papá y la mamá trabajaban, se compartía la mesa, almorzaban todos juntos. Hoy, es diferente, el microondas pasa a reemplazar a la mamá, la modernidad nos ha separado dentro del entorno familiar y nos ha jugado una mala pasada”.

-¿Es reduccionista, entonces, decir que el problema está sólo en cuánto comen?
“Esa es la forma, yo miraría más el fondo. El gordo está así por la sobreingesta, pero el qué provoca esa sobreingesta es el tema que hemos tratado de sensibilizar en los diferentes ministerios a los que hemos recurrido (ministerios de Salud, Educación y Secretaría General de Gobierno).
“El tema no es sólo dar las raciones alimenticias, sino cómo se come, porque hoy los niños almuerzan en las escalas, corriendo, de forma inadecuada. Hasta la forma en cómo uno se sienta tiene que ver con esto”.

-¿Qué tipo de apoyo psicológico necesitan?
“Ésta es una enfermedad socio-siquiátrica que heredamos los chilenos, ¿quién la trajo? No tengo idea. La gente está cada vez más sola en su casa, en todas las generaciones y por eso, también está más reactiva. Se está tanto tiempo encerrado en las casas, sin compartir las cosas simples de la vida, que uno se va amargando, frustrando y se vuelve agresivo, donde unos chocan con otros. Se pelea con el vecino, con todos”.

Hace exactamente una semana, la Presidenta Michelle Bachelet lanzó una Estrategia Global contra la Obesidad (EGO) que comprende una serie de compromisos de la autoridad a través de sus ministerios y la ciudadanía, entre ellos MOM, para atacar el tema.

-La obesidad mórbida no está considerada en el AUGE, no es enfermedad catastrófica tampoco…
“Sí, no tenemos acceso de forma directa, pero sí indirecta. Hay una serie de recovecos que seguir. Algunos me preguntan cómo lo he hecho y yo digo muy simple, aplico todos los juegos infantiles que aprendí cuando chica, el comprahuevo, al pillarse, la escondida. Uno de repente se pasea de ministerio en ministerio donde te mandan a comprar huevos rapiditos, pero yo era campeona en el comprahuevos, así que me logro apropiar de ciertas cosas. Tengo ciertas habilidades y capacidades y si no me lo apropio yo, lo hace otra socia.
“Hay algunos parámetros de trabajo con el Estado hoy, pero no son muchos porque el Estado tiene un rol cada vez más reducido; hoy es subsidiario y ante eso, todos los días tienes que estar concursando. Nosotros ya nos aprendimos a qué proyectos podemos o no acceder”.

-¿Debiera ser una política global?
“Debería. Nosotros estamos trabajando para que se inicie un programa de salud de tratamiento de la obesidad mórbida, pero para llegar a eso, tenemos que pasar por el ciclo vital, por lo niños, los adultos, después por los prediabéticos y así. Nosotros hemos sido tolerantes y generosos y hemos abordado el tema con una perspectiva más altruista y de altura de mira, porque sabemos que tener que llegar al tratamiento en sí.
“Eso se está coordinando y esperamos que trabajen en la forma como nosotros lo hemos solicitado. Se han demorado dos años y medio en el EGO, que planteamos el 2003. Esta estrategia global para nosotros no es casual, es causal de todo lo que nosotros hemos dicho, que se tiene que coordinar Chile Deportes con Salud y Educación”.

-¿Cuáles es la posibilidad cierta de ustedes para acceder a las soluciones quirúrgicas (by pass, banda elástica, globo esofágico)?
“Nosotros tenemos acceso a la solución quirúrgica en los hospitales Barros Luco, San Juan de Dios, Padre Hurtado y Cordillera. La salud pública opera gorditos, pero no todos tienen esa opción; no todos, como yo, cumplen con los requisitos para operarse”.

-O sea, no es la panacea.
“No, la solución es un tratamiento adecuado. Muchos de los que se operaron, no siguieron un programa de actividad física y han tenido problemas cardiacos. Y hay que darse cuenta que con una operación se trasgrede un organismo sano, entre comillas, que está acostumbrado a cierta ingesta calórica y después ésa es inadecuada y carente de los nutrientes que se necesitan”.

-¿Dónde está el mayor peligro de la obesidad mórbida?
“En que esto se extienda, el mayor peligro está en no prevenir en los niños”.


Continúa leyendo:
“Las miserias que nos dan, a nosotros nos sirven”

Una activa militante con marido machista