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Del mar a la piel

Ya sea por sus propiedades hidratantes, regeneradoras, desintoxicantes y reafirmantes, los activos marinos propios de la talasoterapia pueden ser valiosos aliados de la piel. No en vano varias firmas cosméticas ya han incorporado las algas y arcillas como activos de sus cremas para el cuidado de cara y cuerpo.

31 de Julio de 2006 | 18:04 |
Definir la talasoterapia se trata, se diría que consiste en el uso de activos del mar en tratamientos con fines terapéuticos y a veces también estéticos. Los elementos básicos de esta terapia son el agua salada, algas y lodos, los que pueden ser utilizados en forma pura o combinados.

La Federación Internacional Mer et Santé, principal referente cuando se habla de talasoterapia, le da la siguiente definición: "Es la utilización simultánea, bajo supervisión médica y con un objetivo preventivo o curativo, de los beneficios del medio marino que comprenden el clima, agua de mar, barros marinos, algas y otras substancias extraídas del océano".

Fuente de salud desde hace cientos de años, médicos franceses popularizaron el uso de la talasoterapia a mediados del siglo XIX, y a partir de 1970 se inicia el despegue de la talasoterapia moderna, que hoy no sólo contempla las terapias que pueden desarrollarse en centros especializados, sino también el uso de activos marinos en tratamientos estéticos. Ello, impulsado por los comprobados beneficios que reporta a la salud y buen aspecto de la piel. Los activos marinos poseen propiedades hidratantes, regeneradoras, desintoxicantes y reafirmantes. Razón que explica que varias firmas cosméticas hayan incorporado las algas y arcillas como activos de sus cremas para el cuidado de cara y cuerpo.

Activos marinos

Algas: Destacan por su excepcional riqueza en oligoelementos, minerales, vitaminas y aminoácidos, los que pueden contribuir a paliar las carencias del organismo a través del proceso de osmosis. Desde el punto de vista estético, sobresale la capacidad de las algas de desintoxicar la dermis, reafirmar los tejidos y tonificar la musculatura. También son capaces de equilibrar el pH cutáneo, oxigenar y nutrir la piel, y retrasar el envejecimiento. Además tiene un efecto antiestrés y antifatiga.

Ya sea en tratamientos de cabina o incorporadas a una crema, las algas deben ser sometidas a un proceso de elaboración cosmética, a fin de que puedan alcanzar un alto rendimiento en tratamientos de flacidez, celulitis, obesidad, deshidratación y desvitalización cutánea. Muchas veces se utilizan algas microestalladas, que por sus componentes altamente activos penetran mejor y potencian sus beneficios. Cuando se trata del uso de algas en programas de cabina, lo que se hace son envolvimientos y máscaras donde la persona debe permanecer durante media hora cubierta con ellas para obtener sus beneficios.

Agua salada: Su salinidad y densidad la hacen un excelente recurso terapéutico y estético. Posee una composición similar al plasma sanguíneo, y tiene un efecto reequilibrante sobre el organismo gracias a la absorción de sus componentes a través de osmosis. La forma más sencilla de sacar provecho de estas cualidades es en un baño de inmersión o ducha, que provocan una vasodilatación de los tejidos dérmicos y permiten una mejor penetración de los minerales que contiene el agua. La temperatura ideal es de 34 a 37 grados, así se favorece la circulación sanguínea, disminuye los calambres por el recalentamiento de los músculos y alivia el dolor. El baño no debe durar más de quince minutos para no saturar al organismo.

Hay centros de talasoterapia donde también se aplica hidrocinesiterapia, que consiste en la realización de ejercicios en agua de mar aprovechando sus ventajas de desgravitación. (Una persona de 80 kilos que tiene un peso relativo en agua dulce de 20 kilos, en agua de mar sólo son 8 kilos). Otra alternativa son los hidromasajes, en donde se usan chorros de agua a presión, ideales para favorecer el drenaje vascular y descontracturar los músculos.

Barros: Poseen una importante concentración iónica, causada por la fauna y la flora del mar. Su acción es fisiológica, por su plasticidad y su poder de retención del agua y del calor. Se puede aplicar en forma directa sobre la piel, a veces mezclados con agua de mar, o bien como parte de una fórmula cosmética. Puede ser utilizado por cualquier persona, ya que además de su capacidad para relajar cuerpo y mente trae beneficios a nivel dérmico, derivados de su riqueza en minerales y oligoelementos esenciales para la piel.

También se indica en personas que sufren afecciones crónicas o simplemente dolorosas de naturaleza musculo-articular y circulatoria.

Algas marinas: secreto de juventud

El deterioro de la piel por el paso del tiempo es inevitable. A medida que pasan los años ésta tiende a resecarse, pierde firmeza y empiezan a marcarse líneas de expresión y arrugas. Este daño, que en condiciones normales se hace evidente cerca de los cuarenta, puede incluso acelerarse producto de las agresiones ambientales debido a la radiación ultravioleta y hábitos como el tabaco.

En respuesta a tal deterioro, la industria de la cosmética está constantemente desarrollando innovadoras fórmulas que buscan prevenir el envejecimiento prematuro, o bien restaurar parte del daño una vez que éste se produce. Claro ejemplo de la efectividad de estos productos es la prestigiosa Crème de la Mer, que ha ganado adeptas en todo el mundo y entre las mujeres más exigentes, a partir de una fórmula elaborada sobre la base de algas marinas que ayuda a conseguir una piel más suave y rejuvenecida.

Lo primero que se rescata de esta crema es la inusual forma en que fue concebida. Hace años Max Huber, un físico aeroespacial, sufrió un accidente cuando un experimento le explotó en la cara y le dejó graves quemaduras. Como ni la ciencia ni la medicina consiguieron ayudarle, decidió ayudarse a sí mismo, y después de doce años de pruebas elaboró una crema que le dio a su piel un aspecto increíblemente más terso y uniforme.

Según el doctor Huber, más allá de los ingredientes, entre los que destacan las algas marinas, calcio, magnesio, potasio, hierro, lecitina, Vitaminas C, D, E, y B12 y aceites cítricos, el secreto de Crème de la Mer está en el modo en que éstos son procesados, lo que marca la diferencia entre una buena hidratante y un pequeño milagro. Él descubrió que la antigua ciencia de la fermentación transforma estos simples ingredientes en un rico caldo nutritivo, ello a través de un proceso que tarda entre 3 y 4 meses. De ese modo, los ingredientes liberan espontáneamente su energía vital, generando un todo mucho mayor que la suma de sus partes.

Hoy, Crème de la Mer continúa fabricándose con el mismo proceso de biofermentación lento y meticuloso que descubrió el doctor Huber. Otra particularidad es que como las algas poseen propiedades antimicrobianas naturales, la crema necesita sólo una pequeña cantidad de conservantes para mantenerse en perfecto estado durante mucho tiempo. Asimismo, cada frasco debe rellenarse individualmente a mano para mantener inalterable su delicado equilibrio.

En Estée Lauder Companies, donde se fabrica actualmente la crema, se ha dicho que ni siquiera ahora pueden explicar cómo trabaja, pero lo cierto es que en poco tiempo los signos visibles del paso del tiempo y los poros se hacen menos visibles. Y que la crema hidrata incluso las pieles más secas, y calma a las más sensibles.

Recién llegada a Chile, los diversos productos para el rostro y cuerpo de la marca La Mer están disponibles exclusivamente en Falabella de Portal La Dehesa.






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