Con unas pestañas que se baten cuando habla y unos ojos grandes y expresivos, todo él habla: manos, cuerpo, posiciones. Fuma, se ríe, se echa para atrás en el sillón donde está; luego vuelve hacia delante; gesticula y cuenta de sus trabajos y de cómo y por qué llegó a la actuación.
La verdad, es difícil imaginárselo haciendo otra cosa que no sea la expresividad, pero no se contenta sólo con actuar, todo lo audiovisual lo apasiona y no descarta dirigir entre sus proyectos de futuro.
Sólo en su vida privada es hermético y sonríe con esos ojos coquetos para cambiar rápidamente de tema. Es cálido, acogedor y muy entretenido.
Estudió en el Saint George hasta segundo medio, pero lo echaron y se cambió al Francisco de Asís, donde terminó la educación media. En ambos colegios, estuvo siempre metido en la presentación de obras teatrales y montajes; le gustaba cambiar de personalidad.
-¡Que distintos los colegios!
"Sí, poh, na' qué ver".
-El segundo parece más formal que el primero ¿cómo fue que te recibieron si habías sido expulsado del otro?
"Lo que pasa es que el efecto Marshall o el liceo no sé cuanto –si bien dan ganas como de castigar al hijo echado del colegio-, yo cacho que mis viejos dijeron
pa' qué se va a seguir perdiendo… no sé ¡muy buena onda! en todo caso.
"Por otro lado, el colegio muy buena onda, recibir a un echado ¿cachai?, siendo que es un colegio estricto o que tiene sus rigores, aunque también es bastante hippie-religioso. Yo tuve la oportunidad de estar sentado escuchando el Álbum Blanco de los Beatles, mientras Bororo y Samy Benmayor pintaban cada uno una tela para cien pendejos de ese colegio…"
-Es que le interesa mucho la cultura.
"Sí, y así mil cosas. Las obras de fin de año son unas megaproducciones; hacen "los Miserables", "Cats" y quedan buenas… dirección musical, dirección de actores, tremendo presupuesto, iluminación, técnicos con unas tremendas mesas, banda en vivo… ¡no! ¡Total!"
-¿Por ahí partió la vocación de actor?
"No sé, tengo unas fotos bien chico disfrazado de mujer, ponte tú. Ni yo me acuerdo de haberme disfrazado, pero salgo con un vestido, una cosa en la cabeza medio "doña Florinda" (los tubos del pelo y el pañuelo que usada el personaje del 'Chavo del ocho') y cagao de la risa ¿cachai?
"Pero, como en octavo básico, nos hicieron hacer una obra de teatro o una película, si es que se podía, porque el acceso a las cámaras de video no era tan fácil en esa época. Por fortuna, teníamos una e hicimos como un western en el campo de un amigo –de Julio Zegers-. Todos querían ser los vaqueros más bacanes, arriba de los caballos, con pistolas y que les tocara hacer las escenas de más acción".
-¿Y tú?
"Habían papeles fundamentales, pero que eran más fomes, como –no sé- el líder de la banda que era más viejo, que lo terminé haciendo yo; o el banquero, que era súper perno, me peiné al medio, me puse una mangas negras… ¡en octavo básico!, cuando lo menos que querís es andar haciendo del perno. A mí me daba lo mismo, con unos bigotes pintados, así p' arriba.
"Ahí encontré que, como no se me hacía ningún problema ser el bacán de la historia, sino contar la historia o ayudar a contarla, seguí haciendo teatro, también en el Francisco de Asís".
-Después te inscribiste en unos talleres en el Instituto Cultural de las Condes.
"Con Nicolás (Saavedra) hicimos juntos teatro en IV medio, ahí, con Pancho González, que era nuestro maestro. Entramos ya como en otra fase, que era fuera del colegio, de las clases, ser responsable, cumplir con un proyecto, con un montaje; no poder faltar, porque se trunca el ensayo y ya como empezando a cachar y respondiendo súper bien a eso. El Nico fue el protagonista y yo el antagonista de ese montaje, con 30 compañeros más, de todos lados, de todo tipo.
"Na' poh… algo quería decir parece".
-¿En tu casa no hubo problemas porque decidiste ser actor?
"Sí, obvio, era una época en que, no sé - hoy ves papás incentivando y hasta siendo managers de sus hijos, que ya algo de artista tienen-, antes no era bien visto".
-¿Qué hace tu papá?
"Mi papá es constructor civil y después hizo esos master en business, y…"
-¿Esperaba algo más formal?
"Claro, pero él también se casó con una diseñadora, que es mi vieja, y él es bastante bueno pa' l show… viejo pascuero, disfrazado para los nietos y los sobrinos nietos… ¡igual!"
Diego recuerda que en su época de estudiante de Teatro "éramos como un poco anarcos y tenía que ser teatro no más y la televisión valía callampa. Hoy, si bien se mantiene el prejuicio, cada día más el nivel de las producciones, de todo lo que se va haciendo, a nivel de ficción y de audiovisual, va motivando también a los estudiantes, creo yo, a decir sí y a desprejuiciarse con la tele".
-¿Cómo partiste tú en televisión?
"Partí como 'bolo' en una teleserie – bolo es más que un extra y menos que un actor, porque tenís continuidad-. Yo era un mozo que estaba como atrás en la escena de los personajes principales en 'Borrón y cuenta nueva' del canal 7; cambiaba ampolletas, secaba los vasos".
-Hace harto tiempo de eso.
"Sí, estaba en la escuela. Allí era compañero de Sebastián Arrau, guionista de muchas teleseries del 13. A él, en el último año de la carrera de actor, lo cacharon y le ofrecieron ser parte del taller de guiones del 13 –en el que también estaba la Coca Gómez-. Durante el taller, el '98, empiezan a parir 'Cerro Alegre'.
"A final de año, la tenían como súper cocinada y Sebastián me decía
vente weón, vente, que hay un personaje pa' ti. Lo natural era que me quedara en el 7, por este bolo y eso, pero na' poh, finalmente acepté ese personaje, que era el hijo de la María Izquierdo. Era un súper lindo papel pa' partir, así que me fui pa'l 13 y ahí me quedé… hasta ahora".
-Pero el éxito llegó con "Machos".
"Sí, si de éxito hablamos, lo más exitoso que he hecho en la tele ha sido 'Machos'. Es que yo creo que hasta para el Tito Noguera, que ha hecho miles de millones de cosas más que yo, lo más exitoso en televisión ha sido 'Machos'".
-¿Por qué crees que produjo ese fenómeno?
"Pegó justo. Imagínate que hoy es la comedia lo que está pegando y caer, de repente, con un melodrama como ése, donde todos sufrían una enormidad y el público sufría con la teleserie, fue romper la rutina y eso es siempre bien recibido. Te sorprenden con algo distinto. O sea, cautivar a casi todo el mundo que sólo veía las del 7; entrar a estratos en los que el 13 jamás había entrado, son hitos que marcan".
-También ayudó el marketing.
"También, también; pero eso igual fue una novedad ¿cachai? Golpeó con lo importante que es una buena campaña publicitaria ¿Qué tenía que ver 'Perros de la calle' 'Full Monty' con la teleserie? Hay ahí una esencia de la publicidad que juega con verdad y mentira… no sé, esas chaquetas negras.
"En el clip, además, hacíamos como un rito Haka, que es maorí, que es el mismo que hacen los rugbistas de los All Blacks antes de salir a jugar. Qué tiene que ver con lo demás y con los cantantes cubanos que cantaban
macho, macho, macho… no, si es un fenómeno súper atractivo de analizar".
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