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Cuando la ficción está muy cerca de la realidad

11 de Agosto de 2006 | 19:22 |
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Boris Quercia es una persona muy agradable, con un tono de voz profundo y calmado, conversar con él es como esa viejas tertulias de amigos que pueden hablar por horas de los más diversos temas, intercambiando puntos de vista y reflexionando sobre la vida misma.

Incluso la propaganda que le hace a su película próxima a estrenarse no parece marketing –aunque lo sea- sino más bien parece la muestra fiel de alguien que está absolutamente seguro de que su producto es bueno y está "chocho" con él.

-¿Qué paso con la competencia que premiará al 'rey de los hueones' de la vida real?
"Han llegado muchas historias; vamos a presentar algunas y hacer un primer incentivo a los primeros seleccionados y hay una fecha de término en la página web".

- La película aún no se estrena, ¿cómo sabe la gente a qué le llaman ustedes "El rey de los huevones"?
"Porque insistimos en que sean historias donde alguien por ser justo, buena persona, por actuar correctamente, sale perdiendo".

-¿Perdiendo por devolver algo que no es tuyo?
(Se ríe) "Perdiendo concretamente. O pierde dinero u otras cosas. Ese es más o menos el contexto, pero ha llegado de todo: historias bien disparatadas, otras muy buenas, unas muy concretas. Es interesante ver que mucha gente se ve reflejada en esto".

-¿Cómo así?
"Es un sentimiento común, a eso voy, porque toda la gente siente que podría haberse aprovechado de alguna situación y no lo ha hecho. Se sienten torpes por un lado, pero también orgullosos (recalca la palabra). En un mundo donde la gente no hace tanto eso.
"También estamos en un punto de inflexión y de toma de decisiones al respecto. Estoy escapando un poco de la película –que es solo una comedia- pero siento que la gente se está planteando eso y así sale en las historias".

-¿A qué te refieres con que estamos en un punto de inflexión?
"Uno tenía la sensación de que como país éramos bastante honrados y que había poca corrupción y todo eso. Cuando empiezan a aflorar estos casos de corrupción, la gente siente una gran frustración.
"La gente paga peso a peso sus impuestos y sus obligaciones y si se equivoca en la declaración en cinco lucas un día, quizás cuánto va a ser la multa. Eso provoca una gran frustración en la gente; rabia también. Además de pensar si este gallo se robo quizás cuánta plata, por qué yo voy a tener que ser honrado. Empieza una escalada y una degradación social que a nadie le va a convenir".

-¿Cuál es tu diagnóstico al respecto?
"De verdad que las cosas funcionan peor y salen todos perdiendo; se generan mafias, violencia; porque una cosa lleva a la otra".

Orgulloso afirma que le gusta que a partir de lo que ha generado el tema de la película, gente como el jardinero que encontró un millón de pesos y lo devolvió, fue premiado. "Antes esas cosas no pasaban. Es interesante poner el tema sobre la mesa y que haya una reflexión al respecto", dice.

- Ahora que haces memoria de ese caso, resulta curioso que siempre que se conocen este tipo de hechos, los protagoniza gente humilde.
"Eso es algo que no sé si está planteado en la película, pero me gusta pensar que es una especie de homenaje a una masa de gente súper buena y súper trabajadora que mantiene este país funcionando, y que son solidarios y van p'adelante.
"Que son la esencia de que esto ande y que, en general, son gente bastante sacrificada y humilde".

Algo molesto, sostiene que le carga cuando en la televisión y en los medios apárece la delincuencia como de exclusiva responsabilidad de los sectores más marginales, de los que roban por pobreza, "cuando, en realidad, si ponemos la delincuencia como alguien que pasa por sobre las leyes; ampliamos este espectro y nos vamos a las capas más altas de la sociedad, como empresas estatales o privadas con altos niveles de corrupción, el daño que hace ese tipo es tanto mayor que el que asaltó a no sé quien o te robó una cadena en la calle. Esos gallos hacen desastres ecológicos enormes y de repente se roban millonadas de plata", dice.

-Pero es que eso no te afecta en el aquí y el ahora.
"Claro, esa violencia tan puntual –que sí existe- respecto a esa violencia tan soterrada, también, quizás, influye en que haya enormes desigualdades sociales y que surja la violencia más bruta.
"Me gusta mirar desde arriba, con una visión más macro del tema de la delincuencia: un delincuente es cualquier persona que no cumple con las leyes".
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