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Bailar ayuda a modelar el cuerpo y la mente

No sólo entretención ofrece la danza. También la alternativa de conectarse con las emociones, además de bajar de peso.

29 de Agosto de 2006 | 15:50 |
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"¿Ir al gimnasio? Muy monótono". "¿Andar en bicicleta en la calle? Demasiado peligroso". "¿Salir a caminar? Qué fome". Las excusas no faltan cuando se trata de justificar el sedentarismo que vive el 90% de los chilenos. Sin embargo, hay una alternativa que deja todos estos pretextos fuera de carrera: bailar.

Tipos de danzas hay muchos y para todos los gustos, requerimientos físicos, emocionales y hasta culturales. Y los lugares donde se pueden practicar también abundan.

Pero lo que no sobran son las precauciones que se deben tomar a la hora de dar los primeros pasos de un baile. "Al igual que cualquier actividad física, el baile es muy beneficioso siempre y cuando se practique de manera regular y tomando ciertas prevenciones", advierte Marcos Echeverría, kinesiólogo de la Clínica Indisa.

Antes de dar el primer paso, el kinesiólogo recomienda hacerse un chequeo, sobre todo si la intención es dedicarse a practicar una danza de manera continua. "Sólo se trata de un chequeo general con su médico, sobre todo después de los 30 años y con mayor razón si hay patologías crónicas de por medio".

Quienes padecen de cardiopatías, hipertensión, enfermedades músculo-esqueléticas o diabetes, no deben tirar la toalla y pensar que el baile no es para ellos: "Los cardiópatas no deberían tomar danzas con muchas exigencias. Es decir, quizás el flamenco no es para ellos, pero sí lo es el tango", complementa Viviana Osorio, kinesióloga de Clínica Dávila.

En general, se trata de que elijan bailes de menor impacto y que, por ejemplo, no incluyan movimientos que puedan complicar su enfermedad.

Para los sanos, la lista de bailes a elegir es amplia, y las precauciones a tomar básicas. Primero, deben considerar que siempre debe haber un precalentamiento antes de comenzar a bailar, como caminatas y elongaciones.

Segundo: "Que a la hora de optar es fundamental proteger las rodillas y la columna, que son las articulaciones más importantes a cuidar en cualquier actividad física", agrega.

Esto se logra fortaleciendo los músculos que se encuentran en los muslos (cuadriceps de la parte anterior y biceps de la posterior), para lo cual se combinan ejercicios que unen movimientos y levantar peso.

"Las rodillas y la columna son las articulaciones más expuestas cuando se hacen ejercicios, sobre todo con la aeróbica (por el rebote) y las máquinas, debido a que las personas se entusiasman, empiezan a agregar más peso y se lesionan".

Las precauciones, como se ve, no son tantas, comparadas con los beneficios. "El baile es un ejercicio muy completo, que desarrolla aptitudes como coordinación y equilibrio", comenta Viviana Osorio. También ejercita las articulaciones, la musculatura de todo el cuerpo, la respiración y el sistema vascular.

"También está demostrado -complementa Marcos Echeverría - que el ejercicio favorece la fijación de calcio en los huesos, sobre todo en las mujeres, y en mayor medida que al ingerir calcio en forma de suplemento".

Además, suma el kinesiólogo, el baile ayuda a mejorar la postura corporal. "Un instructor que tiene conocimientos de ballet clásico siempre les va a enseñar una postura correcta: qué músculos contraer, sobre todo los abdominales, y los glúteos. Tirar los hombros hacia atrás, etc.", explica Echeverría.

Un último aspecto que destacan ambos especialistas son los beneficios emocionales que tiene bailar. "El baile es relajante. Y la música llega a todo nivel y te ayuda muchas veces a descargar tus emociones o a conectarte con ellas", describe Viviana Osorio.

A esto se agrega un beneficio propio de toda actividad física: la liberación de endorfinas, neurotransmisores que producen sensación de placer y bienestar en las personas.

"Por esto -concluye Marcos Echeverría-, el baile es una muy buena alternativa para la población laboralmente activa, que tiene poco tiempo y que, desafortunadamente, ha desterrado la actividad física de su vida".


¿Cuándo parar?

"Cuando el dolor afecta a la zona de las articulaciones es mejor parar un rato y preguntarse si ésa es la danza adecuada para uno", dice la kinesióloga Viviana Osorio. Y ese dolor se debe diferenciar del que se produce en la zona de los músculos, que produce el ejercicio cuando se hace después de un largo período de sedentarismo.

El kinesiólogo Marcos Echeverría agrega otro dato: "Las pulsaciones por minuto no pueden superar el resultado de la siguiente resta: 220 menos la edad de la persona. Porque ese es el minuto que la persona comienza a correr riesgo vascular".
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