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Los riesgos de recibir un mal masaje

La Universidad de Chile ha impartido cursos a personas del área estética, a modo de ir profesionalizando el ejercicio y evitar prácticas riesgosas.

20 de Septiembre de 2006 | 11:47 |
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Que las culturas orientales, con su tradicional sabiduría, hayan utilizado el masaje desde tiempos milenarios, habla de las ventajas que puede ofrecer esta práctica. Claro que siempre que sea realizado por manos expertas, de lo contrario los resultados pueden ser tan adversos como los vividos por Érica Maturana, en su primera y última cita, para aliviar su tensión.

"En la mitad del masaje, sentí dolor en la espalda y una gran irradiación de calor, pero la niña me dijo que pasaría. Después de 45 minutos, no me podía parar de la camilla y caí en cama. En la noche ya tenía esos dolores típicos de la gripe, no podía ni sacar bien la respiración. Me recuperé al cuarto día", dice.

Érica tuvo suerte, pues un mal masaje puede causar desde hematomas y contracturas musculares hasta daños en el tracto digestivo, el hígado o el bazo, según advierte Juan José López, kinesiólogo de la Universidad de Chile, especializado en el extranjero en el área del masaje.
Criterios para tener en cuenta
1. El masaje no debe doler, siempre debe ser placentero.
2. Después de un masaje en las extremidades inferiores, las piernas debieran sentirse de inmediato más livianas.
3. Si está dirigido hacia el abdomen, debiera ayudar a regular la digestión al cabo de 4 o 5 sesiones.
4. Un buen masajista debe utilizar buenos cosméticos (de calidad profesional). No basta un emulsionado para lograr un efecto óptimo.
5. Quien desee someterse a un masaje debe ser evaluado previamente y recibir un tratamiento personalizado. Las ofertas estándar que incluyen varios masajes por un determinado precio no sirven para todas las personas.
6. Algunos síntomas de masajes mal efectuados pueden ser los deseos de orinar seguido, similar a la cistitis, así como las erosiones en la piel.


A su juicio, en la Región Metropolitana existirían cerca de tres mil personas que trabajan activamente en el rubro y que una parte de ellos se ha formado de modo rudimentario.

Precisa que el Ministerio de Salud certifica a las cosmetólogas - dedicadas al área facial- , pero que los esteticistas, masofilaxistas y quiromasajistas - que trabajan con la parte corporal ya sea de forma estética como terapéutica- no están regulados. De hecho, por legislación, sólo el kinesiólogo puede hacer masaje terapéutico, pero la realidad es otra.

Con el propósito de aportar mayor peso académico a la práctica del masaje, López impartió, a través de la Escuela de Kinesiología de la Universidad de Chile, una serie de cursos de especialización para cosmetólogas, esteticistas, masofilaxistas y quiromasajistas. El programa contempló clases de anatomía, fisiología, técnicas actualizadas de drenaje linfático, además de sesiones prácticas y contenidos de ética. Esto último, para ser capaz de discernir cuándo se debe atender o derivar a un paciente.

No es raro que ante una molestia muscular, muchos descarten la consulta médica y opten en primera instancia por un masaje en un centro de estética. Por lo tanto, es tarea también de cada persona aprender a distinguir a un masajista adecuado según su problema.

Los masajes estéticos son solicitados básicamente para tratar disarmonías en las líneas del cuerpo, como grasitas de más; cambios en la piel, como la celulitis, o cierta flaccidez en los tejidos.

Sin embargo, hay casos de personas que han sufrido edemas de extremidad inferior (acumulación de líquido por alteración venosa o linfática) que, sin saber que su problema es médico, se someten a masajes reductivos que implican percusiones y movimientos rápidos del tejido, lo que les provoca una mala reacción y aumento de volumen. Igualmente, una técnica de drenaje linfático equivocada - que se usa en ocasiones para tratar celulitis- , puede empeorar el tejido más que limpiarlo.

En tanto, el cansancio laboral y la pesadez del cuerpo requieren ser abordados por alguien que sepa de técnicas de relajación. Pueden entonces atenderse con un quiromasajista, osteópata o quiropráctico, que aplican técnicas de masajes de línea terapéutica, opina López, agregando que estas prácticas - en especial, el quiromasaje- debieran estar asociadas a kinesiólogos o supervisadas por una entidad superior como centros médicos o deportivos.

Asimismo, si se desea aliviar un dolor agudo tampoco puede pensarse en un masaje estético, sino primero evaluarse con un especialista del área ortopédica, como traumatólogo, reumatólogo o fisiatra.