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Los riesgos de la distancia sexual

Las excusas para no hacer el amor pueden llevar a una situación crónica, pues el que es rechazado a la larga deja de insistir. Pero, si los dos quieren, esto se puede revertir.

06 de Octubre de 2006 | 15:53 |
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Javiera y Carlos parecen un matrimonio perfecto. Son profesionales exitosos y muy unidos como padres. Nadie se imaginaría que hace un par de años que no hacen el amor. Ella dice que "no tiene ganas" y él se cansó de ser rechazado, así que, simplemente, dejó de insistir.

Como ellos, son muchas las parejas que sufren una distancia sexual, que no se presenta como un conflicto desatado, pero que imperceptiblemente los va alejando. "En el fondo, siento que no podemos vivir así, pero tenemos que resolver tantas cosas urgentes en la vida diaria, que lo vamos dejando pasar. Y, como no hacemos crisis, seguimos igual", dice Javiera.

Esta 'falta de ganas' puede afectar a cualquiera de los dos,
Testimonios
Daniela, 30 años.
"En nuestro primer año de casados tuvimos una vida sexual bien activa y bien lúdica. Pero a fines de ese año empezaron los problemas. Hubo una situación con su familia en la que yo no me sentí apoyada por él. Y nos empezamos a distanciar. Podía pasar un mes sin que tuviéramos relaciones.
Y como pasaba tanto tiempo, cada vez que él se acercaba lo hacía de una manera muy brusca, que me provocaba más resistencia. Yo le pedía que fuera más cariñoso 'antes de...'. Pero su mecanismo es: 'yo le doy, si ella me da'. Y no al revés.
Lo conversamos y decidimos buscar ayuda profesional. Al principio fui yo sola adonde una psicóloga, porque él decía que el problema era mío. Pero él consultaba por su lado con un psiquiatra. Una vez le pedí que fuera conmigo a la psicóloga y resultó muy productivo.
Yo me comprometí a aumentar la frecuencia en nuestra vida sexual, y él a no gritarme y a no conducir a mucha velocidad, cosa que a mí me molesta mucho. Y hemos cumplido.
Primero, me propuse que no pasara un mes (sin sexo), y después, más de tres días. Me he esforzado harto, pero siento que él no me refuerza como yo lo necesito. No me dice 'mi amor, qué bueno que estamos avanzando'. Me gustaría que fuera más cariñoso para reconocer lo que hemos logrado".
Luis, 30 años.
"Al comienzo, es un golpe al orgullo. Te sientes menospreciado. Sobre todo cuando has tenido un pololeo en que (el sexo) era full, sin tabúes ni restricciones. Si antes lo hacíamos a diario, ahora podía pasar un mes sin nada. Entonces empiezas a insistir, pero se te crea un temor: que ella crea que cada vez que tú quieres abrazarla es porque andas buscando eso. Y terminas por tomar distancia.
Y también sientes que cuando ella accede a tu petición es porque tú has insistido y no porque ella realmente lo quiera. Y yo creo que el sexo es de a dos.
Sé que la falta de deseo es producida por una serie de factores negativos: porque le gritaste, porque pegaste un portazo, porque le encuentras puras cosas negativas. Ella no se alejó de mí porque sí. Eso lo tengo claro. Y por eso estamos en un proceso.
Cuando me di cuenta de que estaba realmente enamorado, me dije: 'esto tiene que cambiar'. Y estoy en un proceso de empezar a pololear, de decirle 'negrita, estái cada día más linda'. Y te prometo que nos ha dado resultado. Estamos en una etapa de transición".
pero es más común que se dé en la mujer. Las causas pueden ser diversas: que nunca hayan tenido una vida sexual satisfactoria, debido a algún tipo de disfunción, y que las malas experiencias vayan apagando el deseo. O también, que hayan perdido la buena sexualidad que tenían al comienzo.


"Si la pareja no hace algo para mantener lo romántico, lo más probable es que se vaya deteriorando. El estrés de la vida, las exigencias de la crianza, hacen que no quede tiempo para desarrollar la intimidad erótica", advierte la sicóloga Mariely Said. "Dejan de ser amigos, de contarse las cosas. Sienten que el otro no lo escucha ni lo entiende. Entonces, la distancia sexual pasa a ser el resultado de muchas otras distancias".
También puede ser producto de la desilusión. De situaciones dolorosas por las que se guarda resentimiento durante años. "Cuando se les pregunta por las rabias guardadas, muchas mujeres mencionan hechos que ocurrieron hace mucho tiempo", cuenta la sicóloga. Situaciones en las que se sintieron solas, poco apoyadas o maltratadas por su hombre; incluso alguna infidelidad, cuyo dolor se van guardando y provocando distancia.

La lejanía erótica empieza de a poco, explica la ginecóloga y sexóloga Elena Sepúlveda. Primero pasan semanas, después meses, hasta llegar a años. "Se empieza por no tener ganas: 'Me duele la cabeza, es muy tarde, tengo sueño'. Y el hombre acepta estas excusas, pero también se empieza a enrabiar. En algún momento puede hacerle un escándalo, y no consigue más que alejarla".

"Tras la distancia erótica, puede venir la distancia afectiva. Hay menos besos, menos abrazos. Y ellos lo van tapando con distintas cosas: salidas a comer, vida social, y las metas económicas: hay que comprar el auto, la casa, etc.", grafica la doctora.

Es fácil que el tema se instale y que no se hable de él: "Cuesta conversar de la propia sexualidad, porque es algo que compromete todo nuestro ser. Y da terror escuchar lo que tu pareja diga de ti en ese plano. Es un tema que nos expone, que nos hace muy vulnerables", afirma Mariely Said.

Por eso, un problema como éste puede rondar a una pareja durante años sin que ninguno de los dos proponga buscar una solución. Y, sin embargo, están arriesgando mucho: "No están viviendo en plenitud una dimensión esencial de la vida en pareja. La sexualidad es una de las cosas que los define como tal", dice la sicóloga.

La doctora Sepúlveda habla de "un duelo que se instala en el cuerpo" de las personas que están viviendo esta situación. Duelo por no sentir nada y duelo por no provocar nada.

"Muchos hombres que son rechazados sexualmente por sus mujeres terminan buscando otra pareja sexual; otros, se anulan y se resignan a una vida sin sexo". En cualquier caso, el marido se siente desplazado, amargado. Por muy exitoso que sea en otros planos, si su mujer lo rechaza, su autoestima se verá afectada.

Las especialistas coinciden en que nunca es tarde para pedir ayuda profesional y revertir esta situación. Lo importante es que los dos deseen hacerlo. "Cuando han tenido una buena vida sexual y la han perdido, se puede llegar a determinar qué provocó este quiebre. Las mujeres suelen tener muy claro qué hechos provocaron el distanciamiento", asegura Mariely Said. Y conversar de ello en el marco de una terapia de pareja puede ser mucho más productivo que en el fragor de una pelea.

Si el problema ha existido siempre, la terapia sexual de pareja o -si es necesario- la terapia individual para alguno de ellos puede ser la solución.
Y si la distancia es fruto de la rutina, de no haber sabido alimentar la intimidad erótica en el curso del tiempo, "hay muchas técnicas terapéuticas que sirven para recuperar el erotismo perdido", dice Elena Sepúlveda. Lo importante es que el hombre y la mujer reconozcan que no quieren seguir viviendo así.


También ellos

Cada vez se ven más hombres que rechazan el contacto sexual con sus mujeres. Esto tiene relación con los cambios de roles en la sociedad actual, afirma la sicóloga Mariely Said: "Frente a una mujer poderosa y competente, muchos hombres se sienten disminuidos, y no sólo incapacitados en su rol de proveedor y guía, sino también inseguros en su desempeño sexual".



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