Antes de romper la inercia del sedentarismo hay que tomar en consideración dos aspectos. Uno es el principio de progresión, en el que las cargas de ejercicio deben instaurarse paulatinamente, un proceso que debe ser más lento y acucioso a mayor edad, y si no hay memoria biológica al ejercicio, es decir, si no se ha practicado deporte antes.
Otro aspecto dice relación con enfermedades previas o actuales. Aquellos individuos bajo sospecha o con una enfermedad cardiovascular, pulmonar, metabólica, ortopédica o neurológica deben consultar con un médico antes de empezar o aumentar una carga de actividad física.
Por otra parte, la mayor parte de los adultos no necesitan de esta consulta médica o de exámenes previos antes de comenzar un programa de actividad física de moderada a intensa. Sin embargo, se insiste con aquellos con una enfermedad cardiovascular conocida, y hombres sobre los cuarenta años de edad y mujeres sobre los cincuenta, con factores de riesgo cardiovasculares como sobrepeso, diabetes, hipertensión, y que contemplan seguir un programa de actividad física vigorosa. Ellos deben necesariamente recibir una evaluación médica antes de iniciar tal programa.
Se recomienda un examen médico pre-ejercicio que incluye un Test de Estrés con carga graduada en pacientes con una enfermedad cardiaca, pulmonar o metabólica. Esta recomendación se hace extensiva a aquellos individuos que sin presentar o tener el diagnóstico de tales enfermedades, muestran síntomas de enfermedad cardiaca o pulmonar.
El Test de Estrés con carga graduada también se recomienda a hombres sobre cuarenta años de edad y a mujeres sobre cincuenta, sin síntomas de dichas enfermedades, y que desean comprometerse en una actividad física vigorosa, entendiéndose ésta cuando supera el 60% de su capacidad aeróbica máxima o consumo de oxígeno (VO2) máximo.
El examen médico y el Test de Estrés de ejercicio con carga graduada no se recomienda en estos individuos de esa edad cuando se emprenderá una actividad física moderada; es decir, bajo el 60% de su capacidad aeróbica máxima, a menos que presenten síntomas de enfermedades crónicas.
No obstante, se recomienda igual un mínimo nivel de evaluación médica en los participantes en actividades físicas de nivel moderado a intenso que no presenten síntomas de enfermedades cardiovasculares, pulmonares o metabólicas.
Una aproximación agresiva al comenzar un programa de ejercicios físicos debe siempre evitarse. Probablemente el mayor foco de problemas para los ejercitadores principiantes es la sobrecarga de sus músculos, tendones, articulaciones y huesos, que puede resultar en dolor muscular, distensiones tendinosas o tendinitis, fracturas de estrés, molestias articulares, dolor en la canilla o en espalda baja.
Usted debe consultar con su doctor inmediatamente si durante o después de un ejercicio suave experimenta dificultad respiratoria fuerte o náuseas inducidas por el ejercicio, o dolor o presión en el pecho o en el lado izquierdo del cuello o en el brazo izquierdo. También si experimenta mareo o confusión.
Sin embargo, no se deje limitar por su estado de salud. Siempre encontrará una fórmula adecuada a su estado. Para romper el círculo vicioso. Porque el Deporte es Salud.
Cuando decida volver a retomar una rutina de ejercicios trate de ser aconsejado por un profesional del área de la educación física.
