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Retos de la adolescencia

Revista Ya invitó a las psicólogas Paula Serrano y Neva Milicic ha desentrañar las dificultades de esta etapa clave en el proceso fornador de los hijos.

15 de Noviembre de 2006 | 17:04 |
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La adolescencia es para las madres (y padres) un destierro. Así lo define con exactitud la psicóloga Paula Serrano, quien explica que los padres, en esta etapa de las vidas de sus hijos, ven como estos dejan de ser sus niños dependientes y pasan a convertirse en adultos autónomos que pareciera no los requieren.

La adolescencia es un verdadero reto para los padres de hoy, mucho más de lo que fue para los padres de antaño. Si antes un joven se metía en problemas, los padres simplemente asumían que era un “chiquillo de moledera”. En la actualidad, en cambio, los progenitores ven en una acción similar, rebeldía y, por sobre todo, responsabilidad personal en las actiudes de sus hijos.

Sí, porque antes los hijos se comportaban igual que hoy día- rebeldes, contestarios, autistas- pero los padres no consideraban ser los culpables de ello. Ahora, por el contrario, los progenitores se culpabilizan porque estoy poco en la casa o no me di cuenta de que estaba en problemas.

Las psicólogas Paula Serrano y Neva Milicic analizaron los desafíos de la adolescencia en una charla organizada por la revista Ya, oportunidad en la concordaron en hacer ver que esa etapa de la vida de los jóvenes es de crisis y debe ser asumida como tal. Es decir, los jóvenes están en busca de sus propias convicciones y para ello necesitan hacer una revisión y replanteamiento de todo lo aprendido en la niñez.

Paula Serrano afirma que es mejor que los adolescentes vivan este proceso a los 12 o 15 años, a que lo enfrenten en una verdadera crisis a los 40 años, donde probablemente las consecuencias pueden ser devastadoras por el tipo de responsabilidad que a esa edad ya se pueden haber asumido.

“Los niños pasan por un proceso normal y al final del túnel hay una salida”, dice casi en una actitud consoladora a los padres. “Es una crisis que define la identidad”, agrega Neva Milicic.

Caminos a seguir

Recetas no hay perfectas, pero Paula Serrano y Neva Milicic nos dan algunas pautas a considerar por los padres para pasar o salvar de mejor forma esta difícil etapa de sus hijos.

Primero, y quizás lo más importante, es que los padres pongan límites a sus hijos y no dejen pasar todo con el fin de evitar el conflicto. Paula Serrano asegura que los padres deben atreverse a pelear, no tenerle miedo, porque sus hijos necesitan sentir que cuando golpean hay una resistencia y no están dando golpes en el vacío. De alguna forma ellos quieren saber que sus padres están ahí.

También recomiendan dejarse espacios de complicidad con los jóvenes. O sea, más allá de las confrontaciones que se vivan, hay que tener momentos para los regaloneos de modo que ellos vuelvan a sentirse niños. Esos mismos espacios también deben servirles a los jóvenes para hacer maldades, es decir, permitirles pequeñas trasgresiones.

“Se debe hacer un acto de confianza y no vivir en un permanente control desatado”, argumenta Serrano.

Lo anterior, es sumamente importante según Neva Milicic, quien señala que en estos tiempos es efectivo que los jóvenes se enfrentan a mayores peligros como el alcohol, la droga y el Sida, pero que aquellos padres que viven obsesionados con esos temas pueden dar paso a la profecía autocumplida.

“Hay que tener una mirada de alerta, ver cuando las actitudes pueden ponerlos en riesgo”, explica.

Dentro de las recomendaciones también se suma una serie de actitudes que la profesional denominada “factores protectores”. Contabiliza en estos impedir la escalada de descalificaciones mutuas; respetar los espacios de privacidad de los jóvenes (no leer diarios de vida, no abrir las puertas siempre cuando están cerradas); priorizar por qué se va a pelear y reconocer aquellas cosas que hacen bien.

Neva agrega que los padres deben practicar una política de puertas abiertas para las amistades de sus hijos que ayuda entre otras cosas, a establecer una lealtad de ellos hacia los padres.

Suma a esto el aprender a escuchar, o sea, no minimizar las tragedias que ellos viven porque todas las emociones son legítimas. Se debe también estar alertas a las necesidades afectivas de los jóvenes.

Uno de los factores más importantes es saber negociar con los adolescentes de modo que los compromisos y sanciones por eventuales violaciones se respeten. Es la forma de tratarlos como adultos.
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