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Perdiendo más centímetros

Estamos en el momento clave para iniciar una rutina que permita afinar la figura antes de ponerse el traje de baño. Ya sea sólo con el uso de cremas o combinándolas con otras técnicas, como el drenaje linfático, podremos eliminar los excesos de grasa y problemas asociados sólo si somos constantes en ello.

10 de Noviembre de 2006 | 09:15 |
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Después de testear varios centros de estética se puede concluir que lejos el tratamiento más solicitado en esta época es el de efecto reductivo. ¿El motivo?, la acumulación de grasa en ciertas zonas como caderas y abdomen es preocupación de muchas. Y con razón, si consideramos que estamos cerca de los días de piscina y playa donde es casi imposible esconder los excesos bajo el traje de baño. Según explica la dermatóloga Patricia Apt, junto con la celulitis, la grasa localizada es una de las alteraciones más comunes dentro de lo que se conoce como lipodistrofia. Agrega que suelen darse al unísono, por lo que casi todas las pacientes que recurren a un proceso reductivo presentan, además, algún grado de celulitis y flaccidez.

Si se habla de las causas de este desagradable problema vemos que tiene mucho que ver con la genética y con la calidad de la piel, pero además con la edad. "Esto - aclara la doctora Apt- porque existen ciertas etapas en la vida de la mujer que favorecen la acumulación de adipositos, como es la pubertad, los embarazos, el periodo de consumo de anticonceptivos y la menopausia, por los cambios hormonales que se producen durante esos períodos".
Reglas básicas
1
La regla básica es seguir una dieta baja en grasas, es decir, que sólo el 25 por ciento de las calorías provenga de ese origen. Por ejemplo, si se consumen mil calorías al día, dos cucharaditas de aceite serán aporte suficiente de grasa.

2
Hay que evitar aquellas grasas sólidas a temperatura ambiente como la mantequilla, margarina, mayonesa y la grasa de la carne. También los productos fritos, envasados y los preparados en casa, ya que al ser fritos a alta temperatura el aceite se satura. Aquí caben las papas fritas, ramitas, nachos...

3
Tampoco hay que abusar del consumo de la grasa presente en productos de pastelería como cremas, ni de la que hay en quesos maduros y jamón.

4
Entre los alimentos que hay que favorecer en la dieta, junto con verduras, están los cereales con mucha fibra, ya que se gastan bastantes calorías en digerirlos y ayudan en el proceso de quemar grasa.

5
Existen ciertas frutas y verduras que elevan los niveles de insulina en forma brusca, lo que puede favorecer el depósito de grasa. Por ejemplo, la sandía, melón, piña, zanahoria y betarraga. Algo parecido pasa con la papa, por lo que se recomienda no comerla más de una vez a la semana.

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Como recomendación final se debe poner atención al consumo de azúcar, ya que podría transformarse en grasa, sobre todo en aquellas personas sedentarias.

Si se compara a hombres y mujeres, vemos que los primeros suelen acumular la grasa principalmente en el abdomen, a diferencia de ellas que lo hacen en las zonas ginoides, es decir, en caderas, muslos y glúteos. La explicación de que sea así tiene que ver con que en esa área la mujer posee cinco veces más células grasas y de mayor tamaño que en otras regiones del cuerpo.

La especialista sostiene que a la hora de combatir esta acumulación de grasa hay que tener en cuenta qué tipo de tejido adiposo es. Esto porque existen dos diferentes: el general y el localizado. "El primero es una clase de grasa más superficial que se moviliza fácilmente y que en la mayoría de los casos se puede disminuir realizando ejercicio y llevando una dieta equilibrada. El segundo es una más profunda y localizada que permanece aún después de bajar de peso, y es la que se trata de eliminar con la aplicación de sustancias tópicas y máquinas".

En relación a las cremas, la oferta de la industria es variada. Desde las que sólo prometen reducir centímetros de contorno, hasta las que además poseen propiedades anticelulíticas o reafirmantes.

Y si bien no se puede decir que en cosa de una semana vamos a pasar de la talla 42 a la 40, pues no son mágicas, sí está comprobado que existe eficacia real en sus principios activos para destruir los adipositos de grasa más rebeldes. Eficacia que depende en gran medida de la disciplina y constancia en su uso. Tal como lo sostiene la doctora Apt, quien también agrega que "para un resultado reductivo de verdad y evidente se debe combinar el uso de este tipo de cremas con rutinas regulares de ejercicio y una dieta balanceada; es decir, baja en grasas saturadas y azúcares".

Con esto en mente hay que saber escoger el producto adecuado, ya que no basta con que estimule el proceso "quemagrasa" de las áreas más difíciles. La textura y hasta el olor pueden ser decisivos. Para el verano la opción más apropiada son los geles, esos que mediante un masajeo circular se absorben con facilidad para que los activos lleguen donde se ubican los tejidos adiposos. Un aroma agradable siempre invitará a darse un tiempo para cuidarnos. Si es cítrico, además potenciará la energía.

Pero este no es el único mecanismo para combatir la grasa; desde la cosmetología contamos también con herramientas como el drenaje linfático, el que puede realizarse en forma manual o con máquinas del tipo Endermologie o Siluet.

Si se hace manualmente se parte en la punta del pie, y desde ahí se va bombeando hacia los ganglios que están ubicados en ingles y axilas. También se puede aplicar en el rostro, drenando hacia el cuello. De una u otra forma, el objetivo es el mismo: estimular los vasos linfáticos que depuran la sangre de las toxinas que se acumulan en el organismo y tratar de romper los cúmulos de adipositos localizados.

Según la dermatóloga, se estima que este clase de métodos representan entre 30 y 40 por ciento de ayuda, pero sólo si se combinan con otros hábitos necesarios como actividad física en forma regular.

La cosmetóloga y esteticista Sonia Fernández aclara que hoy en día son varios los centros de estética que también están utilizando algunas sustancias de acción lipolítica, capaces de destruir los adipositos de grasa, las que son aplicadas con calor profundo para abrir los poros y favorecer su absorción. Agrega que en muchos casos esta técnica se combina con electrolipólisis, que consiste en la aplicación de microcorrientes y fajas infrarrojas para ablandar el tejido graso. Sólo entonces se aplican las sustancias lipolíticas por medio de un masaje manual. Es la mezcla de ambos procedimientos la que permite asegurar un buen resultado en esta guerra declarada a la grasa localizada.