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En busca de flexibilidad e independencia

Si bien el promedio de edad de las emprendedoras chilenas bordea los 40 años, cada vez se suman más jóvenes profesionales que deciden crear su propio negocio. Disfrutar de un horario flexible y no tener que responder a un jefe son las principales razones que tienen para independizarse. Y es que de esa manera se les hace más fácil compatibilizar sus actividades profesionales con la maternidad y todo lo que ello implica, aseguran.

12 de Julio de 2007 | 10:22 |
Día a día más mujeres jóvenes prefieren emprender sus propios negocios antes que integrarse a un empleo tradicional. Y es que la idea de estar "encerradas" en una oficina por largos años, tener un horario fijo y sólo 15 días anuales de vacaciones no satisface para nada sus expectativas laborales. Por el contrario, les atrae la idea de ser independientes, tener ingresos más altos y una mayor flexibilidad horaria que les permita compatibilizar trabajo y familia.

En nuestro país existen actualmente 513 mil emprendedoras, según reveló el primer estudio de Global Entrepreneurship Monitor (GEM) Mujer Chile, realizado por la Universidad del Desarrollo. Este medio millón de mujeres representan el 33% de los emprendedores del país, mostrando un importante crecimiento en la participación respecto del 20% de hace tres años.


Margarita Alcalde, la mujer de los chocolates

Desde muy pequeña, Margarita Alcalde miraba cómo su abuela fabricaba castañas confitadas. Fue precisamente ahí donde se comenzó a gestar su gusto por la cocina, "en especial por lo dulce", comenta.

Al terminar sus estudios de administración de empresas y servicios en la Universidad de los Andes viajó a Alemania para realizar un curso de chocolatería en la Escuela Técnica Central de la Industria Confitera Alemana, en la ciudad de Solingen.

"Ahí aprendí hartas cosas", dice. Pero ya desde hace un tiempo Margarita venía trabajando en sus bombones. Mientras estaba en la universidad fabricaba chocolates y los distribuía a algunos clientes."Tenían una buena acogida y los vendía desde mi casa. Yo misma hacía las cajas, la etiqueta y los dibujos", recuerda.

Precisamente esa buena fama de sus bombones fue la que la llevó a convertirse en la mujer detrás de La Fete, una exclusiva chocolatería que se instaló en La Dehesa y que a fines abrirá su segunda tienda en Parque Arauco. Ahí produce mensualmente unos mil kilos de bombones de una veintena de sabores, entre los cuales destacan los de lúcuma y miel de ulmo. "Son sabores chilenos que resultan muy buenos al paladar", señala.

Está feliz con su trabajo no sólo porque le otorga independencia y "poder organizar mi propia agenda", sino porque también le permite cumplir un anhelo de la época de colegio: independizarse."Mis compañeras de colegio siempre se acuerdan de que quería tener un negocio de dulces, y ahora que estoy trabajando en esto es un sueño cumplido", señala.

La perseverancia y las ganas de encontrar un nicho de negocios han sido centrales en su actividad. Cuenta que convertirse en una chocolatera profesional le tomó años de estudios. "Me costó mucho tiempo, pero los resultados han sido muy buenos", afirma.


Minibestias: muebles y objetos infantiles

Desde que estudiaban diseño en la Universidad Finis Terrae, Andrea Errázuriz, Soledad Carmona y Laura Hurtado acunaban la idea de crear algo independiente que les permitiera organizar su agenda y exponer sus creativos diseños de muebles y objetos para niños. Fue así como poco a poco se comenzó a gestar Minibestias, una tienda en la que se puede encontrar mudadores, cunas, escritorios y ropa para niños entre los 0 y los 12 años.

Según las socias, tenían la certeza que el tema de los niños les iba a permitir echar a andar toda su creatividad y lo aprendido en la universidad. Finalmente así sucedió y con una inversión inicial que bordeó los diez millones de pesos comenzaron a elaborar desde el logo de la tienda hasta el último detalle de la moderna instalación que se encuentra ubicada en la comuna de Vitacura.

Desde marzo pasado no paran. De reunión en reunión se dedicaron personalmente a supervisar y afinar todos los detalles que finalmente dieron origen a Minibestias. "Contratamos a un profesional para que ideara los dibujos que están estampados en la ropa hasta en el número de la puerta. Nos hemos preocupado de todos los detalles", comenta Soledad.

Y es que están conscientes que encontraron un nicho que faltaba en el mercado. "Generalmente las tiendas de muebles y objetos de niños están pensadas más en lo que les gusta a las mamás que a los niños. Entonces nosotros quisimos darle ese valor agregado a nuestra tienda, es decir, que sean los niños quienes disfruten y lo pasen bien con sus muebles", precisa Andrea Errázuriz.

Y así lo han comprobado, pues cuentan que los niños que visitan su tienda juegan y se entretienen. "Llegan acá y se quedan pegados", precisan las socias. Ello se debe a que todos sus diseños son "amigables", especialmente porque están hechos en PVC. "Elegimos trabajar el plástico porque es un material liviano, blanco y resistente a los golpes. Ideal para los niños", señala Laura.

Para el futuro la idea es seguir creciendo. "En la medida que se pueda nos queremos ampliar y tener otras sucursales", precisa Soledad. Y es que las ganas no les faltan a estas jóvenes emprendedoras, que tienen grandes expectativas para seguir desarrollando su negocio.


Demarias, vestuario femenino

Tener una tienda de ropa donde pudiesen ofrecer sus propias confecciones era el sueño universitario de las diseñadoras de vestuario Francisca Salas y Josefina Moreno. A esa ilusión se sumó rápidamente Francisca Moreno, diseñadora gráfica y hermana de Josefina. A fines de octubre, pusieron en marcha la tienda de vestuario femenino Demarias.

"Cuando salimos de la universidad, Francisca y yo teníamos las ganas y todo, pero nos faltaba la plata", cuenta Josefina. Poco a poco las socias se consiguieron los recursos: una inversión inicial cercana a los siete millones de pesos.

La idea de ofrecer ropa original y la posibilidad de independizarse fueron centrales al momento de madurar el proyecto, comentan. "Siempre tuvimos presente la idea de hacer algo propio, donde pudiésemos vender nuestros diseños", relata una de las socias.

Sin embargo, reconocen que no es un camino fácil. "Todavía nos falta adquirir algunas cosas para la tienda y traer más diseños, pero vamos de a poco", comenta. Y es que la perseverancia es uno de los requisitos centrales para emprender, sobre todo cuando las cosas no resultan a la primera y tampoco a la segunda, dicen los expertos.

Pero estas socias desafiaron los problemas y están trabajando arduo para posicionarse en el nicho que eligieron: ropa original y hecha en Chile. "Acá la mayoría de las tiendas traen ropa de otros países. Sin embargo, nosotros ofrecemos diseños pensados en las chilenas y realizados por nosotras mismas", afirma Josefina quien sostiene que ese es el valor agregado que tiene su negocio.

Las creaciones de Demarías están pensadas para todo tipo de público desde los 18 a los 50 años. "La idea es que si la mamá acompaña a su hija a comprar ropa también tenga oportunidad de ver cosas bonitas para ella", señalan.

Francisca Moreno es la que aporta la visión más clásica y en cierta forma funciona como el cable a tierra. "Mi hermana es la que nos dice que estos diseños son muy para desfile pero poco usables en el día a día y también nos da consejos sobre qué usar y qué no en cuando a telas", dice Josefina. Y es que todas están muy entusiasmadas con esto de tener algo propio donde puedan mostrar y vender sus diseños. Y para eso trabajan.
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