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La sexualidad chilena puertas adentro

Parejas que buscan experimentar más, gozar y vivir la sexualidad en un ambiente de mayor libertad es lo que aprecian dos terapeutas en su consulta. Invitamos a un desayuno a Diana Rivera y Fernando Rosselot para que conversaran sobre cómo realmente viven su sexualidad hoy los chilenos. La frecuencia en la relación sexual efectivamente les preocupa, pero lo que más sorprende es cómo los hombres se han volcado hacia los afectos y las mujeres se han erotizado, "dentro de un marco que todavía tiene mucho de tradicional".

22 de Noviembre de 2006 | 15:34 |
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Hablar sobre la sexualidad en la primera década de 2000. ¿Cuáles son los problemas que afectan a las parejas realmente? ¿Qué temas les preocupan? ¿Qué miedos los rondan?

La especialista Diana Rivera cree que actualmente en la sociedad chilena conviven modelos nuevos y antiguos al momento de vivenciar la sexualidad. "Se la sigue concibiendo como un ámbito más bien tradicional, de poca experimentación, pero también coexiste un modelo en que la gente busca - y aquí hablo también por las mujeres- el placer y la novedad. Quieren tener un sexo rico, afectuoso; orgasmos, libertad; gozar".

Explica que ello no se cumple así como así; expresa otras dimensiones de la pareja, como el encuentro, lo lúdico, la posibilidad de lo novedoso. Pero la sensación que más la impresiona es cómo los hombres se han volcado hacia los afectos y las mujeres se han erotizado, "dentro de un marco que todavía tiene mucho de tradicional; se ven cambios, pero de paridad todavía ni hablar".

El telón de fondo aún persiste: las mujeres siguen quejándose de que los hombres son poco afectivos, poco cariñosos, poco delicados en el acercamiento a las relaciones sexuales, y ellos que las mujeres no tienen tanto sexo como les gustaría. Pero aparece un fenómeno nuevo e interesante en Chile y el mundo: hombres faltos de deseo sexual.

El siquiatra Fernando Rosselot señala que este aumento da para reflexionar. "Hace diez o quince años, la consulta habitual era de un señor que perseguía a la señora, y ella se corría como podía. Ahora hay más parejas jugando al corre que te pillo, pero para el otro lado".

¿Y por qué se da eso? Cree que tiene que ver con que se han ido derribando varios mitos culturales: "Por ejemplo, la creencia de que son siempre ellos los que quieren más, que están siempre listos, con una sexualidad muy distinta a la de las mujeres".

La queja por falta de deseo es más común que la consulta por las disfunciones sexuales tradicionales, como la eyaculación precoz o la frigidez. "Muchas veces las parejas comentan que no saben cómo entrar en sintonía sexual y erótica; es como dar cuenta de una sensación de distanciamiento".

- ¿Llegan diciendo que ha pasado un mes y nada?
Diana Rivera: "Ocho años, cuatro años. A muchas personas les parece impensable, pero es mucho más frecuente de lo que se cree en parejas en conflicto, porque la sexualidad expresa mucho".

Fernando Rosselot: "Si uno piensa, una de las funciones de la sexualidad es la descarga, entonces a veces termina el encuentro buscando cumplir con esta función de descarga de la tensión físico-emocional".

Diana Rivera: "Y cortito y rapidito, porque tengo reunión en la mañana".

- ¿Las mujeres se quejan de falta del deseo masculino?
Fernando Rosselot: "Antes no se veía que una mujer trajera a un hombre por problemas sexuales, pero hoy llega diciendo No sé qué le pasa que no tiene ganas y un hombre que responde Es que estoy muy estresado, con demasiado trabajo. No siempre se logra saber lo que hay detrás. Hay muchos motivos para no tener deseo".

Diana Rivera: "Es como un bote en altamar, que sigue avanzando porque está acostumbrado a navegar; la verdad es que puede existir mucha disconformidad desde antes, una depresión, frustraciones, pero no tenerlo consciente, entonces el cuerpo se expresa".

La presión por la belleza física

Un tema que aparece en las consultas y que llama la atención de los terapeutas es cuán presente e inhibidor en la relación es la exigencia de belleza física en el otro. Fernando Rosselot cree que nunca había habido tanta importancia por la apariencia. "Hay una especie de modelo de lo que se tiene que ser, y lo que les sucede a las personas cuando se miran al espejo es que sienten que no calzan, entonces viven con una sensación permanente de insatisfacción de sí mismas". En los hombres es menos fuerte, pero apuesta, junto con Diana Rivera, a que se irá equiparando. "En el ámbito del erotismo y la sensualidad también opera; las películas hablan de un modo de vivir la sexualidad que supuestamente es excitante, moderno, y muchas personas toman esos modelos como ejemplos, íconos de cómo debieran ser; un ejemplo es Sex & the City".

Diana Rivera agrega: "Hoy vemos la posibilidad de experimentar la sexualidad de múltiples maneras. El modelo Sex & the City representa la idea de la mujer tener sexo ocasional centrado en la belleza; otra va a estar buscando la afectividad; otra, la delicadeza; habrá miles de alternativas, pero evidentemente creo que la belleza es un tema. Son cosas que a la gente le importan, y mucho".

- Si una mujer no calza en el modelo, ¿le influye en la sexualidad con su marido?
"Lo que he visto es una presión masculina para que ellas mejoren su aspecto físico, y eso lo encuentro espantoso. Si un hombre quiere tanto que la mujer vaya al gimnasio o se opere, en el fondo está diciendo quiero que tú seas distinta, y lo está expresando en un ámbito inadecuado. Es una suerte de fantasía, porque están buscando la solución en un ámbito donde no la van a encontrar, finalmente estamos hablamos de lo afectivo y relacional".

La importancia de la frecuencia

Una encuesta mundial de una marca de preservativos que encendió polémica y sacó algunas risitas nerviosas señalaba que los chilenos declaran tener relaciones sexuales cada tres días y que prefieren el sexo a cualquier otra actividad. El dato ha sido bastante cuestionado por los especialistas, pero más allá de un número específico, Diana Rivera y Fernando Rosselot comentan que efectivamente la frecuencia es un tema que preocupa a las parejas.

"Es curiosa la sexualidad - señala Fernando Rosselot- , cuando la mujer comienza a estar más activa y desenvuelta, la fantasía del hombre es si no estará aprendiendo por otro lado. O si encuentra que la mujer nunca tiene ganas, pero de repente ella empieza a buscarlo, empieza a sentirse inseguro y no sabe qué hacer. Y viceversa, si ella alega que él siempre está buscándola, al acecho, y deja de hacerlo, piensa qué me pasará que ya no me busca. Siempre que detrás hay amor personal, proximidad, contacto y valorización mutua, hay tensiones, y el día en que no existan, habrá que preocuparse, porque quiere decir que hay algo que ya no se está moviendo".

Diana Rivera señala que junto con la frecuencia está presente el tener una relación entretenida: "La fomedad del acto sexual es algo que hoy es cuestionado por los dos miembros de la pareja. Hay una petición de un sexo más relajado, divertido, en que se experimente más".

- ¿Se les puede ayudar a hacerlo más entretenido?
Fernando Rosselot: "A reencantarse. Las parejas buscan ayuda cuando ya han intentado varias cosas, y ahí uno tiene que analizar, porque el contacto íntimo muestra el lado más vulnerable de las personas".

- En general, ¿las parejas dimensionan esa intimidad entre ellos?
Diana Rivera: "Un número importante lo logra; son aquellas parejas que no consultan, que perciben al otro como un apoyo, una fuente de cercanía emocional, el lugar donde se va a ser acogido y comprendido; parejas que tienen buenas experiencias en términos de los modelos en que fueron educados. Hay gente que puede entrar más fácilmente en el ámbito de la intimidad, y las personas que tienen más dificultades son las que consultan. No hay nada más íntimo que el sexo, porque el sexo es íntimo en sí; es un contacto corporal donde todos los sentidos están involucrados".

- Para una mejor intimidad, ¿es positivo el estímulo del juego permanente?
Fernando Rosselot: "Cada pareja tiene que ver cómo, por eso una de las preguntas que uno hace es ¿qué te hace surgir el deseo? Cada persona tiene una particularidad desde donde se gatilla el proceso de excitación. Se dice que los hombres son más visuales, por eso les gusta que les bailen, que les muestren y les escondan; que les escondan y les muestren. A las mujeres, en cambio, les importa más lo que les digan y cómo se los digan; con qué cadencia, con qué pasión. Pero mirado desde el tema cultural, una pregunta muy común que yo hago a las parejas es cuánto tiempo del día están en una conversación en que no están presentes los niños o la nana, sino en que están hablando solamente de la pareja.

- ¿Qué tanto importan los juegos eróticos?
"Hay parejas que viven libremente su inclusión, no tienen problemas y nunca van a llegar a la consulta. Hay algunos que quieren siempre de una manera y el otro lo considera impropio, indebido; ahí hay un problema".

Diana Rivera: "Por ejemplo, a las mujeres les gusta que su pareja las invite a ver videos, una vez, dos veces, pero tenerlo como una práctica habitual puede vivirse casi como la intromisión de un tercero, como algo que entra en una relación de a dos. Los hombres son más abiertos".

Fernando Rosselot: "Me ha tocado ver parejas que incorporan mucha parafernalia, y lo que les empieza a pasar es que comienzan a perder la capacidad de excitarse de otra manera. Finalmente, se puede configurar una cortina que tapa otras cosas. Ahí creo no se puede olvidar que la intimidad se ha puesto en juego, y si la sexualidad es compleja, la intimidad lo es todavía más.