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“Pensamos que íbamos a dar una vuelta cortita”

13 de Diciembre de 2006 | 16:54 |
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El escritor Jorge Edwards hace mención, constantemente, a Valeria Sarmiento. Con ella tiene pendiente la filmación de un largometraje basado en su novela “El origen del mundo”, proyecto en el que se embarcaron hace tiempo y cuyo libreto escribió la directora.

También, cada cierto tiempo escribe alguna columna en la que recuerda su último viaje a París y su paso por el barrio Belleville, donde vive Valeria y su marido, el también cineasta Raúl Ruiz. El matrimonio lo acoge en distendidos almuerzos de domingo con tangos y boleros.

Los Ruiz- Sarmiento salieron de Chile a los pocos días del golpe militar. El 21 de noviembre de 1973 abordaron un avión con destino a Berlín occidental, donde permanecieron cerca de cinco meses.

Las razones son explicables; tras el golpe militar el documentalista Patricio Guzmán cayó preso, el cineasta Miguel Littin se había asilado y “uno tenía susto de que te fuera a pasar algo”.

“Era mejor salir a dar una vuelta, pero pensamos que íbamos a dar una vuelta cortita”, dice entre risas.

-Pero ¿eran tan militantes como para hacerlo necesario?
“Raúl era más militante (del PS) que yo, pero siempre bastante medidos. Ahora, claro, éramos partidarios de la Unidad Popular... Creo que fue el miedo a la prisión, eso fue lo que nos hizo partir”.

-¿Por qué eligieron París?
“Salimos a Berlín y al tiempo hicimos las maletas para radicarnos en Perú para estar cerca de Chile y poder volver inmediatamente. Pasamos por París y ahí nos ofrecieron ayuda y la posibilidad a Raúl para filmar. Y... nos quedamos; fue tan absurdo como eso (se ríe).
“París es la ciudad donde se hace cine, donde hay más diversos tipos de cine”.

-¿Fueron de los que imaginaron que la democracia retornaba pronto?
“Nosotros conversamos allá con un exiliado español (de la época de Franco) que vivía en Suiza y le dijimos no, lo de nosotros va a ser rapidísimo; él nos miró y nos dijo mira, hace 30 y tantos años que los españoles tenemos lista la maleta y no hemos podido volver. Lo de ustedes va a ser largo también y nos pasamos 10 años sin venir.
“Así uno está obligado de adaptarse, a trabajar, porque no te puedes pasar 10 años soñando con volver”.

Valeria Sarmiento asegura que los franceses fueron muy generosos con los chilenos que llegaron al exilio, cuestión que se graficó en el trato especial de los gobiernos socialistas a la viuda de Allende.

“Chile siempre fue como una especie de imagen edílica de lo que ellos pensaban que debía suceder en el tercer mundo; hacer cambios de una forma pacífica y Mitterand, yo creo, se inspiró mucho en nuestra experiencia para no cometer los errores de la UP”, explica.

-¿Algunos creen que el exilio chileno se quedó entrampado en una imagen nostálgica de la UP?
“Para nosotros no fue así, los exiliados nos marginaron rápidamente porque Raúl hizo la película “Diálogos de exiliados” que fue muy criticada por las instancias chilenas en el exterior. Nos apartaron y eso fue muy bueno para nosotros; sin querer nos hicieron un favor porque nos obligaron a integrarnos inmediatamente en el país donde estábamos.
“Ellos siguieron tratando de dar una imagen que es absurda”.

-¿Crees que algunos lo mantienen?
“Seguramente, seguramente”.

-¿Por qué, retornada la democracia, no tomaron la opción de volver?
“Tenemos una vida allá, llevamos 30 años fuera, eso es mucho tiempo. Lo que sí estamos tratando de hacer es ir y volver, venir y volver a nuestro hogar, porque ya tenemos nuestro hogar allá; si es posible trabajar.
“Cada vez que venimos sentimos los olores, los colores, las comidas, los sabores y recuperas muchas cosas, pero también este país ha cambiado”.

-¿Qué tanto?
“Mucho, mucho. Antes era un país como precapitalista –si tu quieres- donde el valor del dinero no era tan importante y hoy, todo el mundo piensa nada más que en dinero. En nuestra época era mal visto hablar de dinero”.

-¿Y es bueno o malo el cambio que hemos tenido?
“No sé, supongo que el capitalismo era una etapa que tenía que vivir este país para crecer”.

-Pero, ¿hemos evolucionado, retrocedido?
“Tengo una teoría. Este país se ha modernizado mucho, pero en un mal sentido de la palabra. Queman libros –eso me ha chocado enormemente- y todo el mundo hace como si no hubiera pasado nada. Si hubieran sido mil 500 memorias de computador, les hubiese importado más porque está moderno que el libro les parece algo caduca.
“Eso es una de las cosas que más me impresiona, para ustedes la memoria está en internet, en los libros. Casi nadie le ha dado importancia a la quema de libros y es una imagen terrible; un país que quema libros es un país...Cuando tiran una molotov a La Moneda es como volver atrás, es terrible, doloroso, se está dando una imagen nefasta”.

-¿Esperabas más del retorno a la democracia?
“Las democracias se van haciendo poco a poco, espero que esto sean etapas y las cosas vayan cada vez para mejor”.

Su primer viaje a Chile tras salir al exilio fue en 1982 y fue netamente privado. Con su marido vinieron a ver a la familia que quedó acá. “Fue sorprendente, todavía estaban los militares. Fue algo muy íntimo tratamos –prácticamente- de no decir que veníamos”, explica.

-¿Y qué añoras de Chile?
“Las humitas, porque el choclo en París no será nunca el mismo de acá.
“La luz, es maravillosa. Estuve en Punta Arenas y Puerto Natales y la luz de esos lugares... el cielo que te cubre es fantástico”.

-¿Y qué te hace ser una ciudadana francesa?
“Lo que me gusta de París es la libertad que te da. Tú eres completamente independiente y responsable de ti misma. En París los amigos que uno tiene son para toda la vida; uno se demora en tenerlos, son dos años más o menos, pero cuando te haces amigos franceses tú sabes que son para siempre. Puedes dejar de verlos un tiempo, pero después, inmediatamente se recupera todo. Además, puedes circular por cualquier lado”.