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No importa el tamaño ni la edad

Los puntos G, el macho en la cama, la mujer erótica y recatada fueron los mitos que abordamos en la primera parte de este reportaje. Ahora, los mitos restantes.

01 de Febrero de 2007 | 09:34 |
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El mito sobre el tamaño del pene

A través del tiempo se ha tenido la creencia de que el hombre que tiene su pene pequeño es sinónimo de impotencia o de insatisfacción para las mujeres. “El de mi novio es chiquito pero sabroso y juguetón”, dice sonriendo con picardía L.C.

El especialista en ecoterapias Jorge Mendoza asegura que, visualmente, es probable que las mujeres sientan una mayor excitación al ver uno de tamaño más grande; sin embargo, ello no significa que le provoque mayor satisfacción que uno pequeño. Asegura que hay que tener claro que la estimulación visual es importante, pero no constituye el único aspecto a considerar. “Si bien un hombre puede sentir mayor estimulación cuando ve unos pechos más grandes no quiere decir que no sienta satisfacción si tiene una relación sexual con una mujer que los tenga chicos”. Aunque funcionalmente no es lo mismo, sirve para graficar el significado de la estimulación visual.

No obstante, el estudio de la anatomía de la mujer termina con este mito, pues la zona más sensible de la vagina se encuentra en los dos primeros centímetros de entrada. "No se debe olvidar que allí se encuentran los labios vulvares que tienen como promedio tres centímetros", agrega.

Si un pene pasa de los tres centímetros puede llegar con toda comodidad a la vagina. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la mujer tiene un cúmulo de zonas erógenas que pueden satisfacerla.
Otros mitos
Un mito frecuente en las parejas jóvenes es el que supone que una mujer joven no se embaraza en la primera relación sexual. María de los Ángeles Valenzuela explica que este es uno de los mitos que existe entre los pololos y parejas de jóvenes que no tienen conocimientos y que constituye una de las primeras causas de muchos embarazos no deseados.

Existe un mito o falsa creencia de que cuando a las mujeres se les extirpa el útero y a veces también las trompas y los ovarios por alguna causa quedan "huecas" o "vacías" y sus parejas temen tener relaciones sexuales con ellas por miedo a encontrarse con un vacío. La doctora Valenzuela aclara, que ha tenido que explicar a los maridos que no deben preocuparse porque se construye un muñón que hace las veces de la vagina y que la vida sexual no se ve afectada ya que las mujer continúa con su deseo sexual si mantiene su sistema hormonal bien regulado y con la capacidad de llegar al orgasmo en forma normal.

La menopausia

“Un día salí muy temprano de mi casa como de costumbre. Me levanté a la 5:30 de la mañana, me duché, preparé desayuno para mis tres hijos y para mi esposo y en menos de nada se había armado una discusión por una razón tan simple que ni siquiera la puedo citar. Lo que sí recuerdo fue lo que mi propio marido me dijo gritándome la menopausia te debe estar pasando la cuenta”, señaló Anita B. Ella advierte que todo se trata de un complot que la sociedad tiene contra las mujeres que pasan por los 45 años. Anita tiene 51 y hace dos que dejó de ovular.

Aproximadamente a partir de los 48 años, la mujer empieza a experimentar cambios generados en su aparato reproductor, pues los ovarios producen en menor cantidad estrógenos y hormonas femeninas, explica María de los Ángeles Valenzuela, doctora de la Universidad de Chile.

Anita cuenta que hace dos meses comenzó a sentir oleadas de calor repentino y que su médico le informó que ello era causado por la disminución de hormonas. La doctora Valenzuela agrega que la baja producción de éstas, propicia, además, síntomas como menstruaciones irregulares, sudoración excesiva, fatiga, depresión frecuente, irritabilidad y ansiedad; síntomas que Anita jamás sintió.

La doctora Julia Casamadrid Pérez, cofundadora de la Asociación Mexicana para el Estudio del Climaterio, sostiene que existe poca atención a los aspectos psicológicos y sociales que acompañan a la mujer en esta etapa de su vida y, por ende, se generan graves conflictos emocionales.

La psicóloga de la UC Claudia Muñoz señala que se ha generado todo un mito con respecto a la menopausia que esta hace que se la culpabilice como la causante de muchos estados emocionales y el deterioro del deseo sexual. No obstante, “con una terapia de reemplazo hormonal podrán combatir algunos de los síntomas fisiológicos revitalizando la relación con su pareja y podrán gozar de una sexualidad plena y disfrutar su libertad”, insiste

A Inés P. (63), cuya vida fue siempre muy activa, el retiro de su periodo menstrual (47) fue repentino. Acudió a su médico quien le confirmó su etapa de climaterio. Nunca sintió efecto fisiológicos pero sí psicológicos. “Nunca imagine que me pudiera sentir vieja y la palabra menopausia me deprimió. Crecí creyendo que esta etapa era un sinónimo de la ancianidad y tuve que recibir tratamiento psicológico”, era joven, no quería que mi esposo se diera cuenta de lo que me sucedía”, aseguró.

Las entrevistadas coinciden que la menopausia significaba en algún momento la vergüenza para sus maridos y el término de su vida sexual. Frases como: “vieja”, “histérica”, “enferma” son las que emplea un alto porcentaje de la población al referirse a quien vive la etapa del climaterio, que inicia con la menopausia.

Uno de los factores que más incide es esta etapa es la pérdida de la capacidad de concebir y esto afecta la plenitud como mujer. Para los psicólogos y la propia mujer, esta etapa debe tomarse como aquella en la que se debe fortalecer su autoestima y revalorar sus capacidades.

Los amantes

Culturalmente, que un hombre sea infiel no es lo mismo que si una mujer tiene un amante; así lo reflejan, también, los testimonios de las entrevistadas.

“Mi marido me fue infiel, yo lo perdoné porque pienso que lo descuidé”, asegura Carolina (27). Es ama de casa y tiene tres hijos que no sobrepasan los doce años. Afirma que el trabajo de su casa es agotador y que los hombres tienen sus necesidades sexuales que muchas veces las esposas no pueden cubrir. “Sé que me ama y eso es lo que importa. No voy a arriesgar mi estabilidad y la de mis hijos por una aventura sin importancia”, añade.

Claudia Muñoz explica que, aún cuando aparentemente no sea visible, no existe una diferencia respecto a cómo afecta la infidelidad a la pareja. Siempre, la confianza y la autoestima se destruyen y la intimidad se ve afectada. El mito se sostiene en la creencia de que la mujer debe mantener la estabilidad del hogar por encima de sus propios sentimientos, pero su incorporación al mundo del trabajo le ha dado un nuevo rol social que le permite continuar su vida con o sin su pareja.

Antes, el hombre esperaba que su mujer lo perdonara, pero no estaba dispuesto a perdonar una infidelidad femenina por una cuestión de egos; este mito también se rompe con el nuevo rol de la mujer. La cultura ha evolucionado y, socialmente, mujeres y hombres están a la par.

En general este es un mito que mantienen las mujeres que no han logrado alcanzar una independencia económica y que prefieren perdonar por miedo a que sus hijos queden desprotegidos.

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