El estudio "Detección y Análisis de la Prevalencia de la Violencia Intrafamiliar" que revela que en la Región Metropolitana un 34% de las mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual y un 16% violencia psicológica. El mismo estudio confirma que la violencia en la pareja se encuentra presente en todos los estratos socioeconómicos.
¿Cómo impacta la violencia doméstica en el comportamiento laboral de la mujer? Podríamos sustentar que cualquier tipo de violencia es un obstáculo ante las exigencias del empleo remunerado, lo cual impactaría el desempeño laboral y limitaría el interés y las posibilidades de ascenso y promoción.
Sin embargo, y aunque parezca insólito, el Estudio "Violencia doméstica y trabajo de las mujeres: un análisis de su impacto" (Corporación Domos; 2005), en el cual se entrevista a mujeres que sufren o han sufrido violencia, muestra que el trabajo se convierte en una válvula de escape de la agresión doméstica.
Mientras en el espacio doméstico son maltratadas y subestimadas, en el espacio laboral se sienten valoradas, tanto en su calidad humana como laboral. El trabajo se vuelve así en un refugio libre de violencia y un lugar de desarrollo personal y laboral valorado.
Asimismo, el trabajo tiene un fuerte poder estructurante en la vida de las mujeres, constituyéndose en una actividad principal y significativa.
Al mismo tiempo, las mujeres en las empresas se perfilan como excelentes trabajadoras, responsables, comprometidas, leales y con un buen desempeño laboral.
Políticas de recursos humanos de apoyo psicosocial se constituyen en una prioridad de primer orden, y muy rentable, si se quiere retener al productivo talento femenino en las empresas.
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