EMOLTV

Una actriz en permanente búsqueda

La intérprete y creadora de “Sur realismo” reconoce que el paso del tiempo ha introducido cambios a la obra que creó en 1993 y que se sigue dando con igual éxito. También reconoce que está cansada y asegura que le gustaría probar otras cosas.

12 de Abril de 2007 | 09:44 |
imagen
La obra “Sur-realismo” está compuesta por siete monólogos. Unos hacen reír a carcajadas, otros dejan para adentro, muy adentro.

La política que da instrucciones, por teléfono, a su casa y simultáneamente a su secretaria; la empleada doméstica que en la frustración de no poder educar a sus hijos piensa en prostituirse; la espástica discriminada o la niña que grita para que la consideren sus padres separados son algunos de los cuadros que transportan al público de la alegría a la tristeza; del odio al amor; del dolor al consuelo; de las frustraciones a la esperanza.

Con más de 6 mil funciones en el cuerpo, Nora Fernández, la actriz y autora de esta singular y exitosa obra de teatro, tiene mucho que decir de la naturaleza humana, ésa que intenta reflejar en cada diálogo y gesto.

A Chile, vino por primera vez en 1998 para hacer dos funciones y tuvo que volver meses después para quedarse casi dos años. Sus temporadas pueden ser tan demandantes como la de México, donde estuvo 6 años, o más bien itinerantes como sus pasos por Colombia, Suecia y Dinamarca.

En el camino, ha morigerado el acento mendocino y ha adquirido modismos de los distintos lugares por donde ha pasado, pero no ha perdido esa expresión dramática que la acompaña en cada una de sus frases.

-Escribiste “Sur-realismo” en 1993. ¿Por qué?
“Cuando la escribí, yo creo que fue como una especie de canalización, porque fue como una sinopsis de lo que me pasaba, veía, era una inquietud, por la etapa, la edad (hace 15 años), la búsqueda, el momento político-histórico de la Argentina. Me pude sentar en un café, soltar la rienda y flexibilizar la emoción. Fueron como varios permisos que se juntaron, pasiones y energías internas que salieron. Eso me llevó a lanzar para afuera tanta cosa que tenía adentro y sin el sueño del éxito. Y mira como viene el éxito, es re loco”.

-¿Siempre tuviste en mente promover un cambio con la obra?
“No me lo propuse, siempre estoy pretendiendo cambiar mi vida, transformar mis cosas, evolucionar y por ello, mi entorno. Eso no significa que lo haya querido con “Sur-realismo”, que haya dicho no, voy a escribir una obra (gesticula con mucho histrionismo) para producir lo que se produjo luego”.

-¿Pero has notados cambios?
“Mira en 14 años llevo 6 mil once funciones en 11 países. Desde la certeza y de la inquietud te puedo decir que “Sur-realismo” produjo grandes cambios en mi vida, mi mente, mi emoción, en mi ojo de mujer, en mí como actriz, escritora, mamá y abuela. Cuando empecé “Sur-realismo” tenía una hija adolescente y ahora tengo dos nietos. El ir viajando –que significa convivir con una nostalgia y un romance permanente- me ha hecho encontrarme en un espacio de hermandad en la búsqueda con machis, chamanas, magas, políticas, actrices, escritoras”.

-¿Y ellas que te han dicho?
“Una era una política y me dijo que había cambiado toda la urbanización de su ciudad después de ver a la chica con discapacidad, sacó todas las escaleras y puso rampas. ¡Mira, mira!”

Se entusiasma y cuenta que, otra vez, un joven arquitecto, muy buenmozo, viudo con tres hijos, le aseguró que el segundo personaje –la nana- le había permitido descubrir la angustia que sentía de pensar que, si se volvía a casar, su nueva esposa podía hacer diferencias con sus hijos. Y terminó en terapia.

-¿Cuánto has tenido que cambiar a tus personajes en estos 14 años?
“Nunca me senté en el computador a cambiarla, los personajes siguen siendo los mismos, pero al ir, permanentemente, creciendo, viajando –todo lo que vivo- han influido. Si miras la primera función y la última de ahora ha cambiado, no en texto, pero sí en la intención de estas mujeres, su vida, su búsqueda, el entorno de ellas”.

-¿Algunas cosas quedaron atrás?
“Mira, la que más ha cambiado en ese aspecto es la adolescente (que en la obra muestra sus incongruencias) porque esa edad es efímera. Ha cambiado el vestuario, la moda, la forma de hablar, imagínate que cuando empecé esos adolescentes hoy tienen 30 años. Es con la que más me tuve que actualizar -no en la columna vertebral del personaje que es su indeferencia con el sistema, sino en que ellos son de una adolescencia perpetua- porque están en un medio que les exige, cada vez más, estar flacos, sin arrugas, tener éxito efímero y están en soledad”.

-¿Sientes que en algún momento tu discurso ha sido feminista? Algunos creen que está pasado de moda y tu obra sigue vigente.
“Creo que no es feminista en el aspecto partidista, mujer liberaté, sino que es el mundo necesita liberarse, mujer qué hacemos. A mí me parece genial todo lo que han hecho, otrora, las mujeres feministas y creo que han tenido que ser ortodoxamente combativas por la situación que les ha tocado vivir, pero estamos hablando de hace casi 100 años. De pronto, nos encontramos hoy también con varones ‘feministos’; nuestra realidad es diferente, no tengo nada contra el varón.
“De última, si hubiese algo que cambiar del sistema sería en la religión, los medios de comunicación, en la familia, en nuestra cabeza. Queremos ser mejores madres, pero cuando hablamos de ella no pensamos en la que bordaba los calcetines, te hacía sopita casera y fregaba (exagera en la modulación), sino que mejor madre en el aspecto de acompasar a un ser humano que tiene que desarrollar una vida futura. Uno quiere ser benéfico para el futuro de sus hijos y no para tú me respetas. Nadie dice que tengamos los materiales, cachai, pero si está nuestra intención”.

-¿Te sorprende que algunos hombres todavía se incomoden con la obra?
“Sí, nunca he tenido un enfrentamiento con un varón que me lo haya dicho; seguramente por sus venas corren cosas, pero la mayoría reacciona con mucho cariño y emoción. Supongo que en esta experiencia de tantos años, de una obra que se ha transformado en un clásico (se ríe) he visto que el varón también está en una búsqueda, se ha dado cuenta que las cosas no funcionan muy bien a lo ‘machismo-machista’. No sé si lo toman tan personal”.

-¿Qué explica el éxito después de tantos años?
“La vigencia...”

-¿Pero por qué sigue vigente?
“Y porque el ser humano busca la plenitud de la felicidad, del amor y de la amistad. Uno, cuando establece una relación, si es de pareja, no lo haces para ser infeliz y divorciarte; cuando establecés una amistad es porque ¡puta! querés a la otra persona. Cuando establecés una sociedad en un trabajo, en un movimiento espiritual o en una cuestión política, tu intención es poder desarrollar una parte de tu ser en ese ámbito, cachai, y si no funcionan te sentís muy frustrada y angustiada. No es que a nosotros nos hace feliz la angustia, cachai lo que quiero decir”.

-¿Será también que los cambios son muy lentos y la obra sigue mostrando la realidad?
“El mundo está cambiando vertiginosamente; las reglas han cambiado, pero las mujeres de la obra no hablan de reglas, ellas hablan de búsqueda y eso lo hace clásico”.

-¿Qué explica que esta obra tenga tanto éxito en países latinos, machistas, como Argentina, Chile, México, pero también en países nórdicos, desarrollados, como Suecia y Dinamarca?
“Yo creo que puede ser el hartasgo humano de estar embrollado, atascado, siempre en el mismo lugar, repitiendo las mismas huevadas y no saber por dónde. Es el mismo éxito que tienen las terapias alternativas, los libros, los cursos, seminarios y películas que no hablan de romance ni del sufrimiento de la mujer, sino de la angustia humana”.

-¿Pero, el monólogo de la nana no lo deben entender y suponíamos que la discriminación de los discapacitados estaba superada?
“Allá también viven la discriminación; lo que más me sorprendió cuando estuve en Estocolmo fue –en la ‘Casa de la Mujer’ que pedí visitar- que tienen un gran sistema de infraestructura, pero la discriminación es igual; la mujer sufre igual que la latina. Van un pasito adelante como sociedad en lo que se refiere a la disciplina comunitaria, pero no vi genios discapacitados en un puesto de gerencia; tienen el subsidio, el dinero, la cama ortopédica, pero a la hora de la relación humana, la misma cuestión”.

Continúa leyendo:
Una académica que quiere dar un giro a su vida

Ciudadana del mundo con compañía